-Mírame cuando te hablo Valdés.-
Las palabras de Valentina y el hecho de tenerla sobre sus piernas, mas cerca que nunca y de esa manera tan repentina, comenzaban a subir cada vez mas la temperatura de Juliana.
Era algo irreal.
Si le hubieran dicho hace unas semanas que ahora tendría a Valentina Carvajal, sobre ella, provocandola y apunto de besarla, probablemente se hubiera reído.
Pero la realidad era que aquí estaba, con ambas piernas de la pálida chica a cada lado de su cuerpo, su mirada azul que ahora se veían ligeramente obscura sobre sus labios y sus delgadas manos sobre su cuello acercándola peligrosamente hacia ella.
El rostro de la ojiazul estaba cada vez mas cerca, podía oler perfectamente el delicioso aroma de la piel de Valentina y en este punto sentía literalmente su cálido aliento chocar con sus labios.
Estaban demasiado cerca.
Sus labios casi se tocaban, iban a besarse, Juliana lo sabia. Pudo sentir como los labios de Valentina comenzaban a rosar los suyos y cerro los ojos esperando el tan anhelado contacto, que nunca llego. Estaba a punto de abrir sus ojos, buscando la razón de la ausencia de el contacto de los labios de Valentina sobre los de ella. Ese contacto era algo que hasta cierto punto necesitaba.
En respuesta recibió algo mucho mejor.
Un ligero jadeo salio de sus labios al sentir sorpresivamente el contacto de los delicados labios de la chica de ojos azules, sobre su cuello, con los movimientos y la presión perfecta para hacer que la temperatura de la morena se elevara aun mas de lo que ya estaba. La forma en la que Valentina besaba su cuello comenzaba a excitarla mas de lo que le gustaría admitir, pero es que ¿como resistirse?, los movimientos que hacia la chica de ojos turquesa sobre su piel, succionandola con tal lentitud era una sensación de otro mundo, además el hecho de que estaba sentada sobre sus piernas era algo que la morena no podía ignorar.
Sintió como las delgadas manos de Valentina se aferraban con mas fuerza a su cuello y por un segundo pensó que se detendría, pero claramente la ojiazul tenia otro plan en mente. Lentamente, y sin dejar de besar el cuello de Juliana, la chica de ojos turquesa comenzó a moverse sobre ella de una forma tan lenta y torturante, rozando su centro con el de la chica morena, que aun sobre la ropa lograba que mil sensaciones explotaran en la parte baja del abdomen de ambas chicas.
-Valentina.-El tono de la voz de Juliana había sonado mas como una suplica cuando sintió como los labios de la ojiazul fueron remplazados un momento por sus dientes en una ligera mordida en su cuello, para terminar acariciando su expuesta piel con su lengua.
Juliana se sorprendió así misma cuando se escucho, era como si su voz no fuera suya, jamas se había escuchado así, de una manera tan ronca.
-¿Si?-Contesto Valentina con tono de inocencia sobre el oído de la chica de ojos obscuros, por primera vez despegando sus labios de su cuello desde que todo había comenzado, lo cual hizo que un ligero escalofrió recorriera su espalda. Se estaba burlando de ella, lo sentía, le gustaba que Juliana estuviera tan sumisa a ella, lo disfrutaba, el tono de burla que había usado al contestarle era la clara prueba de ello.
-Para.-Intentó decir Juliana en su tono mas serio con la esperanza de que la ojiazul se detuviera, no por el hecho de que no lo estuviera disfrutando, eso era algo de lo que no había la mas mínima duda, si no porque sabia que si Valentina seguía haciendo los mismos movimientos que estaba haciendo hasta ahora, no iban a poder parar.
-¿Estas segura que quieres que pare?-Cuestionó en el mismo tono burlón que había usado antes la chica de ojos claros, mientras hacia un movimiento aun mas intenso que los anteriores chocando su propia cadera con la de Juliana, provocando que un ronco y profundo gemido saliera de la garganta de la misma.
-Nosotras... nosotras debemos terminar el trabajo.-Dijo Juliana tartamudeando un poco su temblorosa voz en su ultimo intento por detener lo que estaba pasando, la excitación comenzando a apoderarse de su mente, mas que la cordura.
-This is more important.-Fue la respuesta de Valentina en un perfecto ingles con una risa burlona al final.
La mandíbula de Juliana internamente cayó al suelo. Se sintió incluso estúpida al no haber pensado antes en la gran probabilidad de que Valentina supiera inglés. Era obvio que había fingido desde un principio el no saberlo, lo dominaba, su acento la delataba.
En un acto reflejo la chica morena tomo a Valentina por la cintura dándole vuelta y cambiando radicalmente las posiciones. Ahora la ojiazul estaba acostada sobre la cama, con su espalda completamente recargada sobre la misma.
Ahora Juliana tenia el control.
Tomo ambas muñecas de Valentina con sus propias manos y las posiciono sobre la cabeza de la misma de una manera en la que no las pudiera mover. Se subió sobre la pálida chica, de la misma forma en la que esta había estado sobre ella unos momentos antes y sin pensarlo demasiado simplemente la besó.
No era un beso delicado como el que se había dado en la casa de Valles, era mas un beso agresivo, necesitado. Ambas chicas necesitaban sentirse y la tensión que se había formado por parte de ambas en toda la situación previa que acababan de vivir era mas de lo que cualquier persona pudiera soportar.
Su labios se chocaban de una manera sorprendente y los movimientos que casualmente hacían con su lengua y pequeñas mordidas en medio de los besos hacían que estos fueran mas excitantes como si acaso eso fuera posible.
Juliana comienzo a subir lentamente la blusa de la pálida chica con su mano derecha, mientras con la izquierda seguía sosteniendo ambas manos sobre la cabeza de la misma, el hecho de tener el control por un momento la hacia de alguna forma querer mas.
Metió su mano bajo la blusa de la ojiazul y comenzó a acariciar su plano abdomen sin dejar de besarla.
Sorprendente mente el primer gemido salio de los labios gruesos de Valentina. El sonido era mejor que cualquier cosa que hubiera escuchado antes, suave y ronco, y fue ahí cuando Juliana se dio cuenta de que no quería parar, necesitaba escuchar ese sonido de nuevo.
Su mano comenzó a subir lentamente por el pálido abdomen, hasta que fue interrumpido por una gruesa voz del otro lado de la puerta.
-¿Valentina?-
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Me van a odiar, lo se, perdónenme.
Intentare actualizarles mucho ya que estamos en uno de mis meses favoritos del año.
Feliz mes del orgullo.
