Juliana trato abrir la boca en un intento por decir algo, pero rápidamente fue interrumpida por la chica de ojos turquesa.
-No.-Dijo poniendo un par de sus pálidos dedos sobre la boca de la morena.-Por favor no, solo déjame hablar primero.-Su voz sonó, casi como una súplica y Juliana sabía que aunque lo intentara la ojiazul no había manera de que la hablar antes que ella, así que simplemente calló.
La chica morena clavo sus ojos sobre los azules de Valentina. Estaban cristalinos, como si en cualquier momento pudiera soltarse a llorar haciendo que Juliana se sintiera como la peor persona en la tierra, se sentía avergonzada, incluso un poco egoísta si quiera de pensar en su reacción anterior, aún después de todo lo que Valentina había pasado el ultimo mes.
-Perdón, ¿está bien?-Fue lo primero que salió de los labios de la ojiazul.-Se que el último mes ha sido un asco, te aseguro que lo ha sido completamente para mi, pero las cosas pasaron sin siquiera pensarlo, todo fue de una manera tan extraña. Te juro que todo paso tan rápido y tan lento a la vez que todo se salió de mis manos; sabía que te lastimarla y aún así fui lo suficientemente egoísta para amarte, perdóname, y perdóname aun más, porque sé que si tuviera la oportunidad de volver a vivir todo lo que viví contigo lo volvería a hacer, exactamente igual, aunque aún no se el final que tendrá. Pero. . . ni siquiera tengo palabras suficientes para explicar todo, se que ya te dije muchas cosas en la carta, pero hay tantas cosas que aun me cuesta asimilarlas.-Hablaba demasiado rápido, como si tuviera miedo de que algo pasara y no pudiera expresarse, parecía incluso que había comenzado a delirar.
-Val.-Intentó llamarla suavemente, para que supiera que no era necesario que explicara nada, que lo entendía. Aún así, la castaña no se detuvo.
-Pero el tiempo seguía pasando, y ya no podía detenerme. . . Te quiero tanto Juls; sin darme cuenta ya eras parte de mi rutina diaria, y lo amaba, no importaba como estuviera toda la situacion, no importaba todo lo que estuviera pasando, tu me hacías sentir segura, y eso era suficiente.-A este punto Valentina ya ni siquiera veía a la chica morena, era más como si estuviera repasando todo lo vivido para ella misma, para comprender todo lo que había pasado.
-Pero de repente las cosas comenzaron a empeorar.-Su ceño se frunció de golpe, como si estuviera confundida o frustrada por la situación.-Mamá comenzó a empeorar cada vez más y los días eran cada vez peores, los doctores decían cada vez más mierda y yo solo quería que todo fuera una pesadilla y simplemente despertar, pero todas las mañanas era lo mismo. Se convirtió en algo tan difícil el hecho de respirar, Juliana, que sentía como si yo me estuviera yendo junto con ella, y estoy segura de que de alguna forma fue así. Estar contigo ya no era suficiente para anestesiar el dolor, y ahí volví a darme cuenta de que no podía cancelar lo planeado, debía irme, aunque eso involucrara lastimarte, y me dolía, nunca dudes eso, pero Juls, si me quedaba. . . No sabría si lo hubiera logrado.-Confesó.
El corazón de Juliana comenzó a golpear fuertemente contra su caja torácica, sintió como el aire se atorava abruptamente en su garganta, ¿a que se refería Valentina con "haberlo logrado"?, realmente esperaba, que no fuera a lo que estaba imaginando, pero la forma como lo había dicho, la hacía pensar que si. La ligera voz de la chica de ojos azules la sacó de sus pensamientos.
-Y después. . .-Su voz sonó como un susurro lejano, casi inaudible.
Se detuvo un segundo, como si algo la hubiera golpeado fuertemente. Juliana sintió que realmente podría caer o desmayarse en cualquier momento, su mirada estaba perdida clavada en un punto desconocido de la habitación, su piel se veía más pálida de lo normal, como si acaso fuera posible y las pupilas de sus ojos azules, se veían como el más grande y oscuro abismo de tristeza.
Sus miradas se conectaron un segundo antes de que la ojiazul hablara de nuevo, su rostro reflejaba tanto dolor, que la morena sintió que podría echarse a llorar solo de verla.
-Juliana, murió mamá.-Dijo finalmente mientras lágrimas comenzaban a brotar una tras otra desde sus ojos azules. Su tono de voz había sido probablemente el más triste que la morena había escuchado en toda su vida y sintió como su corazón se contrajo al ver a la ojiazul en ese estado.
Con sus delgados brazos, la morena la detuvo fuertemente contra su pecho antes de que Valentina cayera al suelo, sus piernas finalmente cediendo y dejando de funcionar. Ahora todo era una mezcla de llanto y jadeos, la castaña se había quebrado como probablemente no lo había hecho desde la muerte de su madre, y Juliana sabía que no había más que hacer que estar ahí para ella.
Aún con Valentina en sus brazos, la chica de ojos oscuros lentamente comenzó a dejarse caer en el suelo, en un intento de poder sostener el peso de ambas sin separarse ni un segundo de ella. Adaptando rápidamente una posición más comoda, en la que podía sostener aun más cerca a la chica de ojos turquesa que lloraba intensamente sobre su hombro. Juliana se limitó a acariciar su espalda y repartir esporádicamente besos sobre su frente, sabía que no había nada más que pudiera hacer, así que simplemente concentro todo su esfuerzo en un intento por hacerla sentir segura.
El tiempo siguió pasando mientras ambas chicas seguían abrazadas sobre el suelo de la casa de Valles. Podría haber pasado una hora e incluso más desde que Valentina simplemente se había quebrado, pero el hecho ahora era que lentamente comenzaba a calmarse. Su llanto comenzó a convertirse en jadeos, y sus jadeos en esporádicos suspiros, hasta que finalmente, todo se detuvo.
Aún así, se mantuvieron abrazadas durante un tiempo, Juliana sin hacer el más mínimo movimiento, en un intento por no arruinar el momento que estaban viviendo, hasta que finalmente Valentina fue quien se separó.
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