Una semana, paso una semana para que Juliana y Valentina volvieran a tener alguna interacción.
Después de lo sucedido en el patio de la escuela y de la corta conversación que habían tenido por mensaje, Juliana no había vuelto a hablar con Valentina. Casi todos los días la veía en clases o en los pasillos, pero no había recibido ni siquiera una mirada por parte de la ojiazul, era como si ella simplemente no existiera, podían estar en la misma habitación a tan solo unas butacas de distancia pero Valentina se comportaba tan indiferente como siempre, como con todos.
Juliana tampoco hizo mucho por acercarse a Valentina, no le mando otro mensaje ni intento hablar con ella en la escuela, simplemente dejo que las cosas pasaran y a los pocos días dejo de pensar en el tema.
Era como si nunca hubiera pasado nada, como si nunca le hubiera dicho ese "Deja de hacerlo" que hasta la fecha aun no tenia una explicación, como si no la hubiera escuchado cantar en el patio con esa voz tan única, como si no le hubiera dicho que se veía linda, ahora todo eso eran recuerdos tan pequeños y tan fugaces que parecía como si nunca hubieran pasado.
Juliana y Valentina no volvieron a tener un acercamiento.
No, hasta ahora.
Era lunes, más de una semana después de aquel día en el patio de la escuela. Daisy no había asistido a clases, y no iba a ir el resto de la semana porque había ido a visitar a su familia de Colombia, ese día casi no había materias que compartiera con Lucy y Natasha, así que se podría decir que Juliana estaba sola, y para agregarle a los acontecimientos del día la Maestra Hansen no iba a asistir, así que tendría dos horas libres antes de tener su siguiente clase.
Todo era una completa mierda.
Pensó en sus opciones para aprovechar las dos horas libres que tenia. Podía ir a la biblioteca, pero no tenia tareas pendientes y últimamente no solía sacar libros de ahí, había perdido un poco la costumbre de leer; también podía ir al comedor de la escuela, pero siempre estaba lleno de gente y Juliana tenía su fruta para el desayuno en su mochila, no era necesario ir al comedor.
Decidió que podía salir al patio de la escuela, había ido un par de veces la última semana y lo había encontrado solo, como era costumbre, como casi siempre.
Casi.
Pensó que le haría tener un tiempo a solas, comerse su fruta y escuchar un poco de música le haría bien para estar activa en su siguiente clase.
Cruzó la puerta hacia el patio y se dirigió directo al mismo árbol que de costumbre, en el que siempre se recargaba cuando salía en busca de aire fresco y de tiempo a solas, el árbol donde se había encontrado a Valentina.
No podía creer lo que sus ojos veían cuando, después de entrar un poco más reconoció el cuerpo de la ojiazul recargado en el mismo árbol; estaba de espaldas a ella, su cabello se movía ligeramente con el viento y su delgado cuerpo debajo de su típica chaqueta de cuero y sus jeans ajustados estaban recostados en el pasto, recargado en el árbol. Tenía un cuaderno sobre las piernas y lo observaba mientras lo golpeaba ligeramente con una pluma que descansaba sobre los dedos de su mano izquierda.
Juliana se detuvo un momento.
Vaya coincidencias sucedían en ese patio.
Siguió caminando a la misma dirección, no iba a cambiar sus planes por el simple hecho de que Valentina estuviera ahí; la saludaría por educación, se sentaría cerca, desayunaría y volvería a sus clases.
-Buenos días.-Dijo secamente cuando estuvo lo suficientemente cerca para que Valentina la escuchara.
-Buen día.-Contesto la ojiazul de la misma forma, sin levantar su mirada del cuaderno.
Juliana paso a su lado y tomo asiento en el siguiente árbol a solo unos metros de ella.
Ambas se ignoraron por un momento. La mirada oscura se posaba repetidas veces en la chica de ojos turquesa pero nada salía de su boca.
Se sentía incomoda.
Quería iniciar de alguna manera una conversación con ella pero se sentiría bástate estúpida si era ignorada por ella como le había pasado a una infinidad de personas, en los salones, el pasillo o el comedor desde que Valentina había llegado al instituto.
La observo fijamente un momento, sin despegar la mirada de ella con la esperanza de que la ojiazul se diera cuenta y levantara la mirada, pero eso no pasó. Valentina estaba tan indiferente como siempre.
-Qué curioso que seas zurda.-Dijo simplemente después de un momento observando como Valentina escribía en su cuaderno de manera fluida con la mano izquierda.
-Ambidiestra.-Dijo secamente y vio un segundo a Juliana antes de continuar.-La izquierda es para las cosas importantes.
Silencio.
La conversación había terminado tan rápido como había comenzado y a Juliana no le quedaba otra opción que sacar su fruta y comenzar a desayunar.
Dejo de prestarle importancia, si Valentina no quería conversar con ella no la iba a forzar. Ultimadamente, Juliana solo quería ser amable.
Saco su tupper de la mochila y comenzó a comer. Aun no pasaba ni media hora y comenzaba a aburriste. No sabía que iba a hacer la hora y media restante antes de su siguiente clase.
-¿Qué comes?-La voz de Valentina la sorprendió. Realmente pensaba que pasaría el resto de su desayuno en silencio.
-Fruta.-No era que le quisiera contestar seca en venganza ni nada por el estilo, simplemente no pensó que pudiera dar otra repuesta.- ¿Quieres un poco?
Valentina no contesto pero la chica de ojos obscuros vio como la ojiazul negaba ligeramente con la cabeza.
Juliana sentía la tensión en el ambiente, era como esa incomodidad cuando estas en el mismo cuarto que tu madre después de que te ha regañado y simplemente no sabes que hacer.
-Nadie venia aquí.-Volvió a decir Juliana en su intento de formar una conversación. Quizá no era que Valentina no quisiera hablar con ella, quizá solo no era muy buena hablando.-Nadie, hasta que llegaste tú.-
-Que gusto.-Aunque su mirada seguía sobre el cuaderno, las palabras de Valentina sonaban un poco más expresivas.-Amo este lugar y me gusta estar sola.-
¿Me gusta estar sola?, esas eran las palabras que había dicho la ojiazul, pero ¿a qué se refería?, ¿era una indirecta para que Juliana se fuera?
-¿Es una indirecta para que me vaya acaso?-Contestó Juliana en tono sarcástico después de un momento con una pequeña risa nerviosa.
-No es eso.-Dijo en el mismo tono seco con el que había hablado durante toda la conversación.-Si quisiera que te fueras, créeme, te lo hubiera dicho. De hecho, no me incomoda que estés aquí.-
Y aunque había sido unas palabras tan secas y tan poco amables de parte de la chica de ojos turquesa, Juliana sintió como se movía algo en su estómago, como si hubiera sido el mejor de los cumplidos.