De repente todo a su alrededor se sintió como si pasara demasiado rápido y demasiado lento a la vez.
La chica de ojos turquesa tardo un poco en reaccionar a lo que estaba pasando, a pesar de que en su momento lo había visto como una posibilidad, era un poco irreal para ella incluso pensar que la morena hubiera reaccionado de esa manera al verla.
La mano de Juliana volvio a golpear contra la palida mejilla de Valentina en un par de ocasiones mas, pero la ojiazul no hacia el mas minimo intento por quitarse o por evitarlo. No sabía exactamente si era por el shock de la situación o porque dentro de ella sintiera que realmente merecía cada una de las bofetadas que estaba recibiendo por parte de la morena, pero su cuerpo no tuvo ni la más mínima reacción ante cada uno de los impactos.
Después de las primeras bofetadas las cosas no hicieron más que empeorar cada vez un poco más.
Juliana simplemente explotó.
Múltiples palabras salían de su boca a una velocidad impresionante, en un tono cargado entre enojo y tristeza que hizo que la panza de Valentina diera un vuelco. Era imposible entender todo lo que decía, tanto por la intensidad del momento como por la velocidad de sus palabras pero ultimadamente, la ojiazul entendía lo que estaba pasando, entendía el sentimiento de Juliana. Las manos de la morena se movían en todas las direcciones golpeando en más de una ocasión contra el cuerpo de la chica de ojos azules, mientras ésta guardaba, con dolor cada una de las frases que iba comprendiendo.
"¿Por qué?"
"Pudiste haberte quedado."
"No lo merecía."
"Estaba para ti, Valentina. Yo estaba."
"Yo también te necesitaba."
"No debiste irte."
Y la que hizo que el corazón de Valentina se apretara aún más como si acaso fuera posible, porqué cada parte de ella, sabía que era verdad:
"Pudimos haber pasado todo esto juntas."
Odiaba pensar en eso, porque sabía que era verdad, sabía que era un dolor que podían haberse ahorrado ambas, sabía que todo, en los brazos de la morena habría sido más fácil. Aún así, no se arrepentía de todo lo que había pasado.
Los ojos oscuros de Juliana comenzaron a llenarse de lágrimas, de entre ira y tristeza, haciendo que los azules de Valentina rápidamente siguieran sus pasos.
La chica de ojos turquesa hizo lo que fue su primer instinto. Aún con el moreno cuerpo de Juliana moviéndose de manera descontrolada, rodeó su cuerpo con sus pálidos brazos en un torpe abrazo en un intento por tenerla cerca.
A pesar de la situación en la que estaba pasando todo, no pudo evitar que un ligero suspiro saliera de sus labios ante el tan anhelado contacto.
El cuerpo de Juliana se tensó un momento, negándose a recibir el calor del cuerpo de Valentina, intento resistirse un par de segundos hasta que un sonido cambió completamente el rumbo de su mente.
Era la voz de Valentina, cantando de una manera casi angelical sobre su oído.
"Si pudiera volar, volvería a casa contigo,
creo que podría renunciar a todo, solo pídeme.
Presta atención, espero que escuches esto, porque bajé la guardia,
ahora estoy completamente indefensa,
solo para ti: te mostrare mi corazón,
para cuando estés sola y olvides quien eres.
Me falta la mitad de mi cuando estamos separadas.
Ahora me conoces, solo para ti.Solo para ti."
El cuerpo de Juliana impuso resistencia unos momentos más, intentando liberarse del agarre de la ojiazul, quien sin apartarse un poco de la morena, siguió cantando en el mismo ritmo tranquilo que al principio.
"Tengo cicatrices a pesar que no siempre se pueden ver,
y el dolor se siente duro, pero ahora que estas aquí, no hay mas dolor.
Presta atención, espero que me escuches, porque baje la guardia,
ahora estoy completamente indefensa,
solo para ti. Te mostrare mi corazón,
para cuando estés sola y olvides quien eres."El cuerpo de Juliana finalmente cedió dejándose caer sobre los brazos de Valentina que la sostuvo fuertemente. La morena era un mar de lágrimas ahora, toda su ira y frustración que había demostrado anteriormente habian sido remplazados por una extra orbital cantidad de lagrimas. Su cuerpo se levantaba lentamente al ritmo de sus jadeos, mientras su llanto y sus sollozos eran contenidos por el palido cuello de la chica de ojos turquesa, quien mediante su voz trataba de transmitirle todo lo que sentía.
"Me falta la mitad de mi cuando estamos separadas,
ahora me conoces, solo para ti.
Puedo sentir tu corazón dentro del mio, lo siento, realmente lo siento.
Me he estado volviendo loca, lo siento, realmente lo siento.
Sabes que solo estoy perdiendo el tiempo,
y espero que no huyas de mi.Solo para ti, te mostrare mi corazón,
para cuando estés sola y olvides quien eres.
Me falta la mitad de mi cuando estamos separadas.
Ahora me conoces.Solo para ti."
Cuando termino de cantar su voz se había convertido en un susurro casi inaudible. Su delgada y pálida mano acariciaba lentamente el cabello de la morena de forma tranquilizadora, no quería que dejara de llorar, no hasta que ella quisiera hacerlo, no hasta que se sintiera mejor, sabia lo que era cargar con un dolor sin poderlo sacar y sabia que era mil veces peor quedarse con ello. A demás, le gustaba sentir que de alguna manera podía cuidar a la morena, que podia estar ahí para ella; así que intentando con todas sus fuerzas protegerla, simplemente la abrazo.
Podría haber pasado quince minutos o una hora, desde que las chicas habían estado simplemente ahi paradas, abrazadas a la mitad de casa de Valles, el tiempo era algo relativo a final de cuentas.
La respiración de Juliana poco a poco comenzó a regularse, hace ya unos minutos que había dejado de llorar y parecía que estaba más tranquila ahora.
Se separaron un poco. No lo suficiente como para terminar su abrazo, pero si para que las miradas de ambas chicas finalmente se conectaran. Aquella mirada azul, que con las lágrimas se veía incluso un poco gris, y aquellos ojos oscuros fueron un golpe de realidad para ambas apenas se encontraron.
-Perdoname.-Fue la palabra que salió de los labios de ambas chicas, al mismo tiempo.
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