Era fin de semana, Daisy acababa de volver de sus vacaciones en Colombia y ahora ambas chicas estaban en la habitualmente vacía casa de Juliana poniéndose al tanto de todo lo que había sucedido en los días que habían estado separadas.
-Fue asombroso, realmente algún dia deberías ir conmigo para allá, es un hermoso país, su comida es genial, sin contar su acento y...-La voz de Daisy de manera continua era la que había inundado la habitación de la chica morena desde hace mucho tiempo atrás, la euforia del viaje, agregándole la emoción de ver de nuevo después de unos días a su mejor amiga quienes comúnmente no estaban tanto tiempo separadas, hacían que Daisy simplemente no dejara de hablar, lo cual en cualquier otro momento no habria sido problema alguno, su amistad estaba perfectamente equilibrada y el hecho de que la chica hablara tanto en ocasiones era algo a lo que la chica morena ya estaba acostumbrada y le gustaba, le gustaba escuchar a Daisy, pero especificamente en ese momento el que hablara tanto ponia un poco nerviosa a Juliana y había una razón en particular.
Le iba a contar todo, ya lo había decidido, desde el dia que había hablado de eso con Valentina, necesitaba a alguien con quien hablar de la chica de ojos azules y de todo lo que estaban viviendo en los últimos dias, y definitivamente no había nadie mejor en el mundo, nadie en quien confiara más que su mejor amiga, pero eso no hacía que el contarle todo fuera una tarea facil, no tenía idea de como comenzar o de cual seria la reacción que tendría y a pesar de que Daisy siempre la había apoyado en todo, quizá era demasiada información para procesar.
La voz de Daisy seguía entrando por las orejas de la chica morena y comenzó a sentir como una gota de sudor bajaba lentamente por su frente, mientras su corazón palpitaba cada vez más rápido, la idea de decir en voz alta todo lo que estaba viviendo con Valentina poniéndola más nerviosa de que pensó que estaría.
-¿Estas bien durazno?, te ves bastante mal si soy sincera, ¿te duele algo?-Preguntó con cierta preocupación en su voz, olvidando completamente lo que estaba hablando anteriormente.
-Estoy enamorada.-Dijo repentinamente la chica morena, sabiendo que si esperaba mas para decirlo probablemente se arrepentiria de hacerlo, sabiendo que fue la mejor decision sintiéndose aliviada apenas salieron las palabras de su boca.
Un gesto de confusion apareció en la cara de Daisy, quien permanecía en silencio unos segundos.
-¿Estas bromeando?-Cuestionó finalmente después de unos segundos.
Juliana simplemente negó.
-¿Puedo sabes de quien?-Volvió a cuestionar por la escasa informacion que estaba recibiendo.
Juliana vaciló un poco, dudando si realmente estaba lista para confesarlo, cediendo finalmente ante la mirada de su mejor amiga.
-Valentina.-Dijo casi como un susurro.-Valentina Carvajal.-
La cara de Daisy paso de interés a confusión un par de veces antes de ir a la de completa diversión, soltando una sonora carcajada que confundió aun más a la chica morena.
-¿Que es tan gracioso?-Pregunto Juliana un tanto disgustada por la inesperada reacción de su tan cercana amiga.
-Pensé que era un enamoramiento enserio, ya sabes, no un crush.-Dijo como si fuera algo obvio.-Todos estamos enamorados de Valentina Carvajal, no solo el instituto, todo México, ¿acaso la has visto bien?-"Supongo que si", dijo más para ella que para Juliana antes de continuar.-Es como la octava maravilla, solo existen dos tipos de personas en este mundo, las que están enamoradas de ella, y las que no la conocen, y toma en cuenta que te lo dice alguien cien por ciento heterosexual; solo era cuestión de tiempo para que te dieras cuenta, nadie se libra del efecto Carvajal.-Concluyó.
-No estas entendiendo.-Siguió en un tono serio Juliana, intentando explicar su punto.-No es un "crush", de hecho, creo que estamos saliendo.-
-Ahora si estas bromeando.-Dijo aun mas confundida.-Por favor explícame de que hablas, que no estoy entendiendo nada.-Pidió.
Sin contestar una palabra, la chica morena tomo su celular buscando en su galería alguna de las fotos que se había tomado con Valentina hace unos días atrás, encontrando la tan solo unos segundos después, girando la automáticamente para que Daisy pudiera verla.
Un jadeo de sorpresa salió de sus labios al ver la pantalla del celular de Juliana, una foto de ella a lado de nada más y nada menos que Valentina Carvajal, mientras esta ultima besaba tiernamente la mejilla de su mejor amiga; la imagen era por mucho más de lo que esperaba.
-Oh por Dios, Cristo Santisimo.-Fue la exagerada expresión en respuesta por parte de Daisy.-Necesito saber absolutamente todo con lujo de detalle como fue que mi mejor amiga, que hasta hace unos días creí heterosexual, esta saliendo con la más hermosa y millonaria mujer de México; y lo más importante de todo.-Termino en un tono de aparente molestia.-¡¿Como es que su mejor amiga se va enterando hasta ahora?!-Reclamó haciendo reír levemente a Juliana.
La explicación de parte de la morena hacia Daisy fue aun más extensa de lo que imagino, cada vez que parecía que el tema comenzaba a agotarse una decena de preguntas surgían hacia la morena quien simplemente se limitaba a contestarlas.
-¿Tu le gustas?-
-Espero que si.-
-¿Se han besado?-
-Si.-
-¿Besa bien?-
-¿Incluso lo dudas?-
-Realmente no, solo quiero que me cuentes lo más posible.-Dijo riendo levemente-¿Ya se acostaron?-Preguntó inesperadamente haciendo que por primera vez desde que Daisy había comenzado a interrogar a la chica morena permaneciera en silencio, sus mejillas pintando se ligeramente de un tono rojizo.
-No puedo creer que hayas preguntado eso.-Contesto simplemente con una risa nerviosa.-Sabes que yo nunca e estado con nadie.-Concluyó
-No finjas inocencia conmigo Durazno.-Insistió en el tema Daisy.-Que conociéndote desde hace años puedo decir, que si tus mejillas se enrojecieron a tal grado, es por que lo estas considerando. Pero tranquila, su secreto esta a salvo conmigo.-Termino lanzándole una mirada culposa a su amiga, antes de dedicarle una sincera sonrisa a la que finalmente Juliana no contesto. No podía engañar ni mentirle ni a su mejor amiga, ni a ella misma; realmente lo estaba considerando.
