Lo primero que noto al salir de su casa fue a la pálida chica Carvajal, recargada sobre la puerta de su auto estacionado frente a su hogar, con su mirada azul concentrada en la pantalla de su celular. Vestia un pantalón negro que llegaba unos centímetros arriba de sus tobillos en conjunto con un saco igualmente negro que no parecía llevar absolutamente nada abajo; y como era usual en ella, unos tenis blancos. Su cabello ahora lacio estaba completamente suelto y su pálida piel tenia una ligera capa de maquillaje que la hacia verse aun mas hermosa como si acaso fuera posible.
Juliana cerro la puerta de su casa intentando hacer el menos ruido posible, con la esperanza de ver unos segundos más a la ojiazul de esa manera tan despreocupada pero fallo rotundamente en el intento.
El sonido de la puerta cerrándose hizo que inmediatamente Valentina pusiera su atención en ella, levantando su deslumbrante mirada azul y fijándola sin una pizca de discreción sobre su cuerpo.
Su mirada en ese momento era una obra de arte.
Sus labios estaban ligeramente separados y sus ojos azules se veían aun mas grandes por la evidente sorpresa al ver a Juliana.
La chica morena simplemente sonrió.
-Hola.-Saludo sin poder ocultar el nerviosismo en su voz, al tener tan descaradamente la mirada azul sobre ella.
-Te vez muy guapa.-Fue la inesperada respuesta de Valentina mientras daba un corto beso en la mejilla, ahora ruborizada de Juliana antes de abrirle la puerta del auto para que entrara.
Todo el camino se fue en silencio.
La noche había caído apenas y la musica del carro de Valentina era lo único que invadía el ambiente.
Juliana llevaba todo el camino viendo por la ventana hacia el cielo, unos ligeros mechones negros de su cabello se movian con el aire y su obscura mirada estaba fija en la luna, sumergida completamente en sus pensamientos. El hecho de estar con Valentina cada dia era más irreal, le costaba trabajo asimilar todo lo que pasaba y lo rápido que había cambiado todo en tan solo unas semanas, solo esperaba que ninguna de las dos se equivocara al estar haciendo todo tan rapido.
Mientras el auto seguía avanzando por el camino y la chica morena mantenía su mirada en el cielo, podía sentir como la mirada azul de Valentina pasaba por su cara y su cuerpo en repetidas ocasiones antes de volver hacia el frente; aún así Juliana prefirio fingir que no se daba cuenta de ello.
Cuando salió de sus pensamientos y volvió a prestar atención al camino se dio cuenta de lo conocido que era esa ruta para ella.
Se dirigían a la casa de Valles, lo sabía, no había algún otro lugar que fuera justo hacia esa dirección.
Por un momento se sintió ligeramente aliviada al enterarse de que su cita con la menor de los Carvajal sería a solas y en la casa de Valles, sabía que si hubieran ido a un restaurante y se hubieran encontrando con algún reportero o alguien de la prensa probablemente no hubiera sabido cómo reaccionar.
Cuando finalmente aparcaron a la entrada de la casa, la chica de ojos azules bajo rápidamente del auto para ayudar a bajar a Juliana.
Todo parecía en completa armonía; todas las luces estaban apagadas, la casa siendo iluminada apenas por el brillo de la luna, y no había un mínimo ruido en el ambiente que no fuera el del aire mientras corría.
Era una noche hermosa.
Entraron a la casa en completa oscuridad, tomadas ligeramente de la mano.
La pálida mano de Valentina sostenía delicadamente la mano de Juliana mientras la guiaba por la casa.
Habían recorrido prácticamente toda la primera planta cuando finalmente llegaron a su destino.