Cuando llegaron al salón en donde sería la actividad, después de un fastidioso trayecto por las quejas de Abigail, solamente escucharon un poco de música que parecía de tiempos extremadamente pasados, era la música de fondo para una pequeña obra de Romeo y Julieta que estaban presentando aunque claro todo el pueblo estaba allí reunido.-¿Es enserio? ¿A caso esta gente no tiene mejor imaginación que seguir con esta historia?
-No seas mal educada Abigail -decía doña Eva mientras le daba un pequeño apretón, si no te gusta simplemente no digas nada.
-No te preocupes a mí también me parece demasiado tedioso -susurraba Damian mientras se le acercaba por detrás.
-Nunca dije que me parecía tedioso, al contrario es una hermosa historia con un final realmente triste pero demasiado fantasioso para ser verdad.
-¿Qué es lo que te molesta entonces?
-El hecho es que siempre representan esta obra, y considero que hay muchas historias sobre la verdad que deberían ser vistas.
-Así ¿Cuáles historias son esas?
-Deberías de leer un poco más para saberlo.
-Bueno, para eso tendrías que recomendarme los libros correctos para poder conocer un poco sobre lo que te refieres.
Las carcajadas interrumpieron la conversación luego que Romeo cayó del escenario, ¡aunque claro supieron terminarla con muchos aplausos! inmediatamente se escuchó como la música cambio y el maestro de ceremonia incitó a que los hombres invitarán a las damas a bailar.
Damian observo sutilmente a Abigail mientras esta se retiraba de donde él estaba parado juntamente con Estefanía.
La señora Cortez quería ver a la pequeña Abigail como solía decirle, aunque ambas tenían una hermana más pequeña, para la señora Cortez Abi sería siempre la pequeña Abi.
-¡Santo Dios cuanto has crecido Abi! Estás realmente enorme, nunca pensé que fueras a superar a mi hija Flor en tamaño.
-Qué gusto que usted si pueda ver que eso sucedió, señora -replico con tono sarcástico mientras se alejaba de la mano de Estefania.
-Perdona a mi sobrina Gertrudis por esa respuesta -decía doña Eva muy apenada después del comentario de Abigail -debes comprender que después que perdió la vista hemos tenido un poco de problemas con su actitud.
-No te preocupes Eva, es de comprender pero mejor disfrutemos de la velada porque no es de todos los días.
Damian tenía deseos de invitarla a bailar pero sus planes fueron desechos luego que Laura una de las jóvenes del lugar le irrumpió el paso para invitarlo a bailar a lo que Damian no se pudo negar, pero Laura no logró cautivar la atención de Damian quien en todo momento que se le era posible volteaba su mirada buscando el rostro de Abigail, la primera canción había terminado y cuando Damian creyó que al fin lograría llegar hacia Abigail, Laura le pidió que la acompañara en la siguiente canción.
Laura era la hija del Alguacil del pueblo era una joven demasiado escandalosa para el gusto de Damian, su forma de hablar era tan exagerada que él solamente tenía que escuchar porque no había un minuto siquiera en el que tuviese tiempo para responder, algo totalmente contrario a lo que le pasaba con Abigail.
Por las bocinas se escuchó como la canción cambió, y sin perder la vista de Abigail, pudo notar que conforme las notas de aquella canción avanzaban su rostro cambiaba completamente aparentemente tenía ganas de llorar, así que sin dar ninguna explicación le pidió disculpas a Laura y se fue.
-Ven te voy a sacar de aquí -dijo Damian, mientras tomaba del brazo a Abigail y la conducía fuera del salón.
Estefanía que se dio cuenta de lo que sucedía intento salir a ver qué era lo que había ocurrido pero doña Eva se interpuso a su paso y le dijo que no se preocupara y que siguiera disfrutando del baile.
-Gracias Damian -dijo Abigail mientras con una mano se limpiaba las lágrimas.
-¿Puedo saber qué pasó?
-Esa canción era nuestra canción, la canción de Raymundo y yo, con esa canción pidió que me casará con él -respondió ella con su voz entre cortada.
Damian estaba perplejo al verla tan afectada, si quiera tenía la idea de quien era Raymundo pero por el simple hecho de la forma en que se lo decía pudo notar que dentro del corazón de Abigail aún había dolor. Así que sin saber que decir solamente la abrazó.
-Todo estará bien, no estás sola -le susurró -Sabes todo pasa por algo.
-¿Crees que no lo sé? Llevo meses escuchando eso y veéme ¡nuevamente lloro! -respondió ella con un tono incrédulo.
-No lo digo por ti, lo digo por mí, porque estaba teniendo una noche horrible con una mujer que habla más que una perica.
Las palabras de Damian hicieron sonreír a Abigail.
-No deberías expresarte así de una mujer.
-sí lo sé, y no es costumbre pero quería hacerte sonreír ¡nunca había visto tú sonrisa!
-Bien, tengo que regresar al salón, ¿me puedes ayudar por qué no sé por dónde?
-¡Sí claro! -dijo Damian mientras la tomaba de la mano y la guiaba hacia el salón.
-¿Pero puedo decirte algo antes?
-Sí, está bien, recuerdas que te dije que tenías unos ojos hermosos.
-¿Sí eso que tiene que ver? -R
respondió Abigail un poco molesta.-Qué esta noche acabo de notar que tu sonrisa opaca la belleza de tus ojos.
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DE LO MÁS PROFUNDO
Romance*Sin editar Hay una línea muy delgada en lo que pudo ser y lo que será. Abigail es una mujer joven que ha pasado la peor desilusión de su vida luego que su prometido la engañara a pocos días antes de su boda, y pareciendo que la vida se ensañó con e...