Capítulo XVII

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Las palabras tan seguras de Damian hicieron temblar a Abigail, aunque al mismo tiempo le hicieron dar seguridad.

-si no me quisiera no se hubiera molestado en llamar, porque hubiese estado muy entretenido con Laura ¡oh rayos no sé qué hacer! - ¿Estás hablando sola Abigail? -Un poco solamente Estefanía, es que no sé qué hacer Damian dijo que va a venir, pero… -No deberías esperar a que venga y te ruegue Abigail, él ya está muy ocupado con lo de la reapertura de su cafetería mejor deberías ir tú, yo te llevo. -Sí está bien.

No tardaron mucho tiempo en salir, Estefania no quería que los trastornados cables de humor de su hermana cambiaran así que pensó que entre más pronto salieran todo iba a mejorar más rápido. Cuando llegaron encontraron a Damian subido en una escalera colocando una bombilla en la parte fuera de la cafetería mientras Matt le ayudaba a sostener la escalinata; su cara cambio al instante cuando vio a Abigail así que rápidamente se bajó y se dirigió a ellas.

-Bueno Damian yo solamente venía a dejar a mi hermana que te quería acompañar así que ya me voy, te la encargo sí. -No te preocupes Estefania yo la cuido. -Adiós Estefania y gracias por traerme. -De nada Abi, te quiero nos vemos en casa.

-No te imaginas el gusto que me da que hayas venido amor, dijo Damian mientras le daba un abrazo fuerte y un beso. -Ese abrazo tan fuerte y ese beso tan lindo te juro que me hicieron derretirme de amor por ti una vez más Damian, y olvidar cualquier tontería. -Pues entonces te voy a dar muchos, Muchos más, rieron.

-Qué gusto que te hayas animado a venir a ayudarnos Abigail, dijo Laura acercándose. -Sí, gracias a mí también me da gusto de haber venido. -Pero créeme Laura que al que le da mucho más gusto es a mí, expreso Damian abrazando a Abigail por la cintura. -No hace falta que lo digas Damian se nota perfectamente en tú semblante, replico Laura con su voz “chillona” bueno yo los dejo que aún falta entrar las mesas y las sillas para que todo quede listo.

-Perdóname por el berrinche de ayer Damian, enserio no me quise poner intensa, pero sentí bien feo cuando me enteré que Laura te estaba ayudando. -No te preocupes amor, yo entiendo perfectamente, pero te prometo que no tienes por qué estar celosa Laura es solo una conocida, porque aún no llega a la palabra amiga. -De acuerdo mi lindo, ja, ja, ja soy muy mala siendo cursi. -No importa me gustó. Rieron. - ¿Y para qué querías que viniera a las nueve? -Para que me ayudes a decirme como colocar las mesas y las sillas. -Pero no sé qué color está pintado o decorado. -Ese no es problema porque está pintado exactamente del mismo color que me dijiste la última vez que hablamos, igual todo, todo fue comprado conforme a las ideas que me diste antes que pasará ya sabes qué y dijeras que no. -Sí lo siento enserio, respondió Abigail con un tono que enserio hacía notar que estaba arrepentida. -Ya te dije que no te preocupes sí, pero mejor dime ¿Me vas a ayudar? - ¡Sí, a eso vine!, alegó Abigail con una pequeña sonrisa. -Bueno entonces espérame acá voy rápido a decirle a Laura que tú me vas a ayudar en eso sí, antes que lo haga ella. -Ok, está bien acá te espero. -Enseguida vuelvo amor, decía Damian mientras le daba un beso en la frente.

- ¡Hola Abi! ¡qué bueno que te hayas venido por acá! No te imaginas el humor tan raro que tenía Damian porque no venías, y lo mal que vi se sintió ayer después que te fuiste. -Nunca lo hubiera imaginado. -Pues sí, imagínalo porque Damian enserio te quiere. -Gracias por decirlo Matt yo también lo quiero mucho a él, y aprovechando que estamos hablando te quisiera pedir una disculpa por lo mal que me porte contigo la otra vez. -No te preocupes Abi ya está olvidado.

-Abigail, ya está listo, decía Damian mientras caminaba hacia donde ellos estaban. -Bueno, está bien, pero me van a ayudar mucho, me tiene que decir como es y el espacio. -Tengo una idea amor - ¿Cuál? -Vamos a contar los pasos que hay de pared a pared, y te voy a dar un paseo por todo el tour para que te lo imagines. -Bien, creo que es una buena idea.

Damian guío a Abigail en todo el tiempo, no fue fácil, pero al fin lo consiguieron, la mente de Abigail daba muchas vueltas era como soñar, se imaginaba todo y al mismo tiempo guiaba y decía como tenía que ir todo, incluso termino por indicar incluso como colocar los cuadros.

-Enserio eres buena Abi, decía Damian mientras observaba perplejo como había quedado todo. - ¿Quedo bien? -Mucho mejor de lo que pensé, creo que mañana todos estarán sorprendidos con todo. - ¿Enserio no mienten? -No Abigail, es enserio, quedo todo muy lindo. Decía Matt mientras también observaba, creo que deberías hacer esto más seguido.

Incluso Laura había quedado sorprendida por lo bien que había quedado todo, cualquiera que lo hubiese visto no hubiera pensado que lo hizo una persona ciega. Fue la primera vez que Abigail se sintió realmente útil después de tanto tiempo.

-¿Enserio no mientes Damian? Preguntó Abigail una décima vez después que todos se habían ido. -Te lo juro amor, pero no me sorprende. -No ¿Por qué? -Porque sé que eres capaz y soy testigo con mi abuelo que no tener la posibilidad de ver no limita a nada, lo bueno de todo es que ahora sabes muy bien como esta todo y se te hará más fácil movilizarte en la cafetería. -sí eso creo, igual ya sé cómo está colocado todo y los espacios en cada uno.

-Quiero algo Damian. -Así ¿qué? -Bueno ahora que estamos solos creo… -No creas, sí estamos solos porque ya es tarde son las 7:00 p.m. -Bueno entonces, quiero que me enseñes a tocar el piano. - ¿El piano? -Sí quiero aprender a tocarlo, nunca te lo había dicho, pero cuando era pequeña quería ser pianista. -Bien entonces te enseño con mucho gusto amor. -Pero quiero que apagues las luces. - ¿Para qué? -Quiero que me enseñes y tengas una breve sensación de cómo es mi mundo, así se te hará más fácil.

Las luces se apagaron y Damian ayudó a guiar a Abigail a sentarse, aunque con lo obscuro de la cafetería era más fácil que Abigail lo guiara a él, se sentaron frente al piano y dentro de cada nota el tiempo fue avanzando. La mano de Damian se completaba con la de Abigail quien se dejaba llevar por la guía de Damian. -Quiero que bailemos, amor, dijo Damian tomándola de la mano. - ¿Sin música? -Sí, -Igual sabes que no puedo bailar. -No importa yo te enseño.  - ¡Damian estás loco! No podemos bailar sin música. - ¿Enserio crees que no? Solo déjate llevar amor, siente como el silencio es nuestra nota perfecta y el palpitar de nuestros corazones es parte de la música, deja que esto que siento por ti nos guie y nos muestre los pasos, ¡porque estoy locamente enamorado de ti Abigail! 

-Paola.

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