Capítulo X

3.3K 189 2
                                    

-Abigail, Abigail, despierta tienes visita; decía doña Eva mientras preparaba ropa para que su sobrina se vistiera. - ¿quién es? Preguntó Abigail extrañada. -No te pienso decir porque me pidió que no te dijera hasta que salieras para que no te niegues a atenderlo. - ¿Es Damian? -No, pero tiene cierto parecido a él en su forma de hablar. - ¿Entonces quién es? -No preguntes más, mejor date prisa levántate, vístete y apresúrate que no creo que te espere toda la mañana. -Mejor dime quién es. -Ya te dije que no te lo voy a decir así que no insistas, mejor arréglate y descúbrelo por tu misma; decía doña Eva con su típico tono autoritario desde la puerta de la habitación de Abigail antes de disponerse a salir.

-Buenos días. -Buenos días jovencita, espero no haberte despertado. - ¿Don Rodolfo? -Así es, qué gusto que tengas un excelente sentido del oído, perdona por mi tan inesperada visita, pero quiero invitarte a desayunar esta mañana y como creo que me debes una disculpa por tu mala educación del otro día, no creo que te niegues ¿o sí? -No, no claro, enserio estoy muy apenada con usted. -Sí lo sé, ya decía yo que no eras tan irrespetuosa como pareció por la forma en que te fuiste. - ¿Puedo saber el porqué de su visita? -Sí, pero primero respóndeme si vas a acompañarme a desayunar. -Sí, ¿Por qué no? -Bien entonces vamos.

- ¿en qué iremos? -En mi auto -Y ¿quién maneja? Pregunto Abigail muy confundida. -Ja, ja, ja, no creerás que lo haré yo ¿cierto? Por si no lo olvidas tampoco puedo ver, manejará mi chofer, ahora sube, sube, si no, no nos alcanzará el día. - ¿A dónde iremos? -A un pequeño restaurante campestre según me lo han descrito que está a la orilla del lago, quizás no puedas apreciar su hermosa vista, pero si podrás gozar de su hermoso ambiente.

-Bien, como imagino debes estar demasiado extrañada por mi visita y aún más por mi invitación, decía don Rodolfo mientras le daba un sorbo a su taza de café. -sí, y mucho. -La última vez que nos vimos no tuvimos la oportunidad de compartir vivencias como lo hubiese querido hacer, es decir no conoces a personas que vivan en tu misma obscuridad muy seguido. -Sí, lo sé perfectamente don Rodolfo. -sabes hubiera dejado todo, así como quedo si no supiera lo que estás pasando, así que por eso es mi invitación. - ¿A qué se refiere? No entiendo, pregunto Abigail, aún más extrañada.

-A qué si supiera que realmente eres como eres, porque simplemente te gusta ser así, simplemente hubiera pensado que eres muy mal educada por dejarme con la palabra en la boca, pero, aunque no lo creas te comprendo perfectamente, porque yo también viví en la obscuridad que sé que estás viviendo porque todo va más allá de perder la vista, se trata de que se pierden ilusiones, sueños e inclusive las ganas de vivir y eso no lo comprende nadie más que uno mismo que vive en eso. -No sé de qué está hablando; replicó Abigail con un tono indiferente. -Yo sé que lo sabes muy bien, así que solo escucha; dijo don Rodolfo con un tono molesto.

-Mira jovencita, yo no sé qué es lo que te sucedió, pero estoy seguro que más que perder la vista, perdiste otra cosa, he visto que mi nieto Damian está muy interesado en ti y sé, que si se interesó en ti es porque vio algo especial que estoy seguro que ni siquiera tú te has dado cuenta que lo tienes, y si me lo permites quisiera ayudarte porque créeme que no hay nadie más que te comprenda como yo, tengo tantos años de vivir que he aprendido lo que nunca imagine que aprendería. -Créame que agradezco su interés don Rodolfo, pero… ni siquiera sé que pasa conmigo.

Aquellas palabras de don Rodolfo comenzaban a surtir efecto aunque ella seguía siendo tan tonta que era incapaz de dar su brazo a torcer, había un clima frio con una pequeña brisa, y viento de soledad que aunque Abigail no quisiera todo aquello hacia que lo sentimental estuviera a flor de piel, por primera vez después de mucho tiempo estaba consciente que no podía dudar de aquellas palabras que escuchaba, siempre se había negado a creer lo que le decían porque se excusaba sobre la idea de que nadie estaba en la obscuridad que ella estaba, pero con don Rodolfo la situación cambiaba, así que mientras terminaban de comer todo siguió siendo indiferente para ella, hasta que comenzaron a caminar a la orilla del lago y con muchas lágrimas dijo:  

<<-Tuve una relación de tres años con un hombre que conocía de toda mi vida, y me pidió que me casará con él de la forma más romántica que me pude imaginar, preparamos cada detalle con tanta ilusión, y amor, estaba viviendo en un sueño hecho realidad, después que mi padre nos abandonó cuando tenía 16 años, vi como mi madre se derrumbó, y también creía que el amor no existía hasta que Raymundo me hizo ver que sí.  Pero después, dos días antes de la boda esos tres años de hermoso sueño se derrumbaron luego que lo encontré con Lucero una de las personas que iba a ser dama de honor, que según yo era mi mejor amiga y compañera de trabajo. Lloré tantos días que tan solo esperaba un lo siento de su parte, pero nunca llego. Tenía tres meses viviendo en completa depresión, había renunciado a mi trabajo hasta que un día me enteré que Raymundo se había vuelto a mudar a su casa, estaba a la par de la mía, y lo peor no fue que solo, sino que con Lucero ¡tenían una relación! mientras que yo no terminaba de salir de aquel enorme agujero y aunque todos piensan que intente quitarme la vida no fue así, estaba tan dolida que solo quería borrar cada recuerdo así que me dispuse quemar todas los regalos que aun guardaba, en uno de los apartamentos que estaba decorando y cuando me di cuenta que el fuego se estaba propagando tome una pequeña botella que vi a la par mía, pero no me di cuenta que era el amoniaco que utilizaban para limpiar los pisos de madera, así que mis ojos estuvieron al contacto aunque no fue mucho pero tuve la mala suerte de perder la vista. Y Raymundo ni siquiera viéndome en esa situación se tomó la molestia de pedirme perdón, nunca me buscó, nunca hizo nada don Rodolfo ¡nada! >>

DE LO MÁS PROFUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora