- ¡oh, Santo cielo! Mira el tamaño Estefania ¡son enormes! -Se escuchaba la voz de doña Eva- mientras apreciaba el precioso ramo de rosas que había enviado Damian. -¿Qué dice cariño? Continuaba mientras buscaba un florero para colocarlas.
--¿Están lindas? -Preguntaba Abigail- mientras las tocaba.
--¡sí Abi! Deja eso son de un color rojo intenso, están hermosas.
-deberás que ese joven está seriamente interesado en ti cariño, no habría otra razón como para que un día antes viniera su abuelo a visitarte y la otra mañana un hermoso ramo de rosas.
-Yo también pienso lo mismo Abigail, y no es que te esté queriendo llenar la cabeza de ideas como dices, pero ¿qué otra razón abría?-Me puedes leer que dice la tarjetita Estefania por favor. -Sí claro con mucho gusto, haber dice: <<lamento no incomodarte con este pequeño detalle, pero no me pude evitar imaginar tu rostro al recibirlo.
Recuerda que te estoy esperando, con amor Damian>>
-Tiene que ver una forma de agradecer ese hermoso detalle Abigail, no pretenderás simplemente decir gracias y ya ¿o sí? Decía doña Eva mientras terminaba de colocar las rosas dentro del florero. - ¿Qué puedo hacer? -Invítalo a almorzar esta tarde, me encargaré de hacer un delicioso caldo de gallina criolla. - ¿Es enserio? - ¡Claro! ¿Acaso crees que miento? Además, el clima está perfecto para almorzar algo así, desde que desperté tengo el antojo de hacerlo y si viene compañía estoy segura que sabrá mucho mejor.
-Vamos Abigail la idea de la tía Eva me parece muy buena, además así sirve y lo conoces mejor pueden aprovechar para charlar más ¿Qué dices? -Sí, sí, está bien pero no tengo su número de teléfono para llamarle. -No te preocupes yo lo tengo, decía doña Eva más emocionada que sus sobrinas mientras sacaba del trinchante una libreta con muchos apuntes.
- ¿Estas nerviosa? Preguntaba Estefania mientras trenzaba el largo pelo castaño de Abigail. -No, no ¿Por qué tendría que estarlo? -No lo sé, dime tú. -No me molestes Estefanía que sabes perfectamente que la idea de que viniera a almorzar es de mi tía Eva no mía. -Entonces ¿si estas nerviosa porque Damian vendrá? - ¡claro que no! Es solo que es extraño, lo bueno es que no vendrá solo si no que acompañado por don Rodolfo, así que mi tía tendrá con quien distraerse. - ¿Y tendré que dar por hecho que estas muy contenta por eso? -Un poco, es decir siento felicidad... pero no voy a seguir hablando al respecto contigo. -Ja, ja, ja ¿Qué tiene de malo aceptar que estas nerviosa porque Damian vendrá? Ya tienes 24 años así que te aseguro que puedes con esto. -corrección aún no tengo 24 Estefanía, los cumpliré el mes que viene por si no lo recuerdas. - ¡deberás que no puedo contigo! Decía Estefanía muy sonriente; pero me encanta verte con mejor humor.
El toc, toc se escuchó en la puerta, los invitados habían llegado. -Bienvenidos, pasen, pasen, decía doña Eva mientras los recibía muy contenta. -Gracias por tan agradable invitación, doña Eva. -Gracias a ustedes por aceptar, yo entiendo que son ustedes personas muy ocupadas y agradezco mucho que hayan hecho un tiempo para acompañarnos. -Pero vamos pasen a la mesa, así no se enfría el almuerzo. - ¿Y dónde está Abigail? Preguntó don Rodolfo mientras se sentaba. -En su habitación, pero enseguida viene, está de más decirle que me siento muy agradecida con usted por la visita que le hizo a mi sobrina, después de eso la he visto con mucho mejor carácter y más sonriente.
Claro que cuando doña Eva comento sobre la visita de don Rodolfo a Abigail, Damian se sorprendió en gran manera porque ignoraba sobre aquella visita, de igual forma que doña Eva ignoraba sobre la gran indiscreción que había cometido.
El almuerzo estuvo muy ameno, pero al terminar Damian no dudo ni un solo instante en invitar a Abigail al lago mientras dejaban que don Rodolfo siguiera con la conversación tan intensa que estaba teniendo con doña Eva sobre los tiempos de antes.
-Gracias por la invitación la comida estuvo deliciosa, decía Damian mientras caminaban hacia el lago. -Gracias por las flores. -Pensé que te molestarías. - ¿Por qué? -Por ser tan atrevido porque te he visto y tú no eres así. -Quizás, pero las flores siempre resultarán ser halagadoras para cualquier persona. -Sí eso creí; sonrió Damian. - ¿Puedo saber cómo eres? -A qué te refieres -Me gustaría saber cómo es tu físico Damian Door. -ja, ja, ja ¿Y para qué quieres saber eso? -Para conocer o por lo menos tener una idea de cómo es la persona que se ha portado tan bien conmigo. -No tiene importancia Abigail. - ¿Por qué dices que no? ¿Tan feo eres? Dijo Abigail bromeando -ja, ja, ja enserio que eres muy pero muy malvada conmigo, pero lo digo porque cuando hay amor el físico es lo de menos, porque te enamoras de una persona por quien es, no por cómo se mira. - ¿Y tú crees que estoy enamorada de ti? -Enamorada no, pero sí sé que dentro de tú corazón ya hay un espacio para mí, dijo Damian mientras la tomaba de la mano. - ¿Puede algo así ser real? Pregunto Abigail. -No lo sé, simplemente sé que el mundo está lleno de magia y que a veces las personas más importantes las conocemos en lugares inimaginables. - ¿Cómo lo sabes? -Porque así te conocí a ti.
-Me gustaría mucho corresponderte enserio, pero... no puedo, dijo Abigail después que se quedó un momento callada. - ¿No puedes o no quieres? -No lo sé, es que me parece tan irreal escucharte. -Sí lo sé, pero no es irreal es real, mi sentimiento hacía ti son sinceros y yo tampoco entiendo cómo fue que algo así paso, pero sí sé que cuando una persona es la correcta no se necesita nada más que estar en el lugar correcto para saberlo, todo lo demás sale sobrando.
-Creo que ya es tarde Damian, debemos regresar a la casa. -Sí, tienes muy buena noción del tiempo, pero antes respóndeme algo ¿Tengo siquiera un poquito por muy pequeño que sea de oportunidad contigo? -Quizás más de la que yo creo, sonrió Abigail. -Bien, entonces es suficiente para mí, dijo Damian con una sonrisa encantadora.
-Paola
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DE LO MÁS PROFUNDO
Romance*Sin editar Hay una línea muy delgada en lo que pudo ser y lo que será. Abigail es una mujer joven que ha pasado la peor desilusión de su vida luego que su prometido la engañara a pocos días antes de su boda, y pareciendo que la vida se ensañó con e...