Despierto por el constante sonido del vibrador, ¿por qué nadie me permite dormir? Ni mi propio celular me da ese deseo.
Seis llamas perdidas de Logan.
Oh, Dios.
Contesto por fin a la séptima llamada.
— ¿Sí? —Suelto una risita tratando de disimular mí voz ronca.
—No me digas que recién despiertas, porque lo pagarás.
—No, para nada, ¿Dónde estás?
—A fuera mongola.
—Ahorita bajo, no te muevas. —Digo con un gran sobresalto.
—No me muevo.
Corro hacia mi armario y me pongo un short y una blusa de tirantes floreada y unas sandalias.
—Ahora al baño, estúpida. —Me digo.
Una vez que termino de cambiarme, bajo las escaleras a una velocidad máxima, mentira estoy exagerando. Una vez en la puerta la abro y me encuentro con ¿nada?
Oh, que no sea lo que estoy pensando.
Marcando...
— ¿Dónde estás Logan?
—Estoy llegando... —idiota.
—Maldito... ¿Es enserio? —digo con impotencia.
—Solo quería asegurarme, bebita.
No me queda más que colgar, tendré canas más rápido que Clara. Ay no, olviden eso...
Escucho el sonido del timbre y sé que es él.
Ay Logan, ¡Que nervios! Nahh tonterías.
—Hoy te mato... — ¿Y esta?— ¿Hola?
—Hola, Ada. —La voz de aquella chica no es nada agradable, el tono cortante que utiliza me descoloca, más que toda la expresión de su cara me hace revolverme de inquietud. Sus cabellos rojizos llaman mi atención, y sobre todo sus ojos saltones, y el color verde con los que resaltan, todo esto me estremece de inmediato. ¿Quién es?
— ¿Quién eres? —digo, pero en voz alta.
—Una amiga.
— ¿De quién? —pregunto algo ofuscada.
—De Logui.
— ¿Logui? —pregunto confundida.
—Logan, querida. —Dice, como quien aclararme la duda. Ag, me cae mal.
Y es ahí cuando recuerdo que es la misma chica de la pizzería. Ah, que problemático.
Lárgate de mi casa babosa, y ahora ¿qué quiere la novia de Ford acá? Esperen novia, menudo problema...
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FUE POR TI.©
Teen FictionPaulho Thompson era la persona que estaba destinada a casarse conmigo. A mis 21 años creía que mi historia ya estaba escrita en su totalidad y que no había más opciones para salvarme. Mis padres y los de él habían sellado su trato con nosotros de po...