¿Dónde estoy? ¿Qué es todo esto? ¡Quiero moverme! ¿Logan? ¿Mamá? ¡Papá, ayúdame! ¿Por qué todo está oscuro? ¿Es una pesadilla verdad? ¡Ayúdenme! ¡Por favor!
Siento el cuerpo entumecido, trato de moverme, pero el cansancio puede más conmigo. Estoy a punto de quedarme dormido nuevamente cuando recuerdo que ya amaneció y que hay muchas cosas por saber. Digo muchas, porque Lucas ayer me dijo que me contaría todo. Yo no sé que es todo, porque claramente no tengo ni idea. Me mencionó algo sobre un trato de sus padres con los de Paulho. Esa pequeña información hizo que no pudiera conciliar el sueño en casi todo la noche, no sé en qué momento me quedé dormido. Y lo peor es que no me quiso decir nada y me dejó con una curiosidad inmensa. Además, según Lucas, necesitaba calmarme. Después dijo que iba a destrozar todo a mi paso si no me controlaba. Me trajo a casa, con mi madre atrás siguiéndonos en su coche, una vez en la puerta de mi casa, Tom salió a recibirnos. Así que después de eso, todo es historia.
Lo que intento ahora es relajarme un poco, pero ¿cómo podría? Que irónico. Me levanto de mi cama y observo que son las seis en punto. Dormí solo cuatro horas, que frustración. Debo ir a verla, debo estar con ella. Lo es todo para mí y lo será para siempre, aunque siga con la idea de mudarme y alejarme de ella. Es lo mejor.
Voy hacía el baño. Unos minutos después salgo y me coloco ropa. Al bajar las escaleras veo a mi madre en el sofá, tomando quien sabe que, le doy un beso en la mejilla, ella me mira preocupada y pregunta:
— ¿Ya te vas?
—Sí. —Respondo.
—En el comedor está el desayuno, coge lo que deseas. —Asiento, me acerco a la mesa y realmente no me apetece nada. Salgo de casa sin decir más y me adentro a mi auto.
Media hora después logro ver la puerta principal del hospital. Algo me recorre por dentro. Es miedo, temo que cada vez que me alejo de este lugar pase algo con ella. Eso sería más doloroso que ahora. Bajo rápidamente y empiezo a recorrer los pasillos. Una vez dentro de la sala, me encuentro a solo una persona. Sí, es Paulho.
Me quedo parado observando con odio puro al sujeto. Me pregunto ¿por qué Clara lo detesta tanto? Ah, y Lucas, claro. Levanta la mirada y noto claramente cómo se tensa.
Si tan solo pudiera golpearlo...
Me observa con un determinado gesto de asco. Se me revuelve el estómago, quiero golpearlo. El sujeto se levanta y viene hacía mí. Siento la tensión en los poros. Me pongo recto y lo miro desafiante. Aprieto mis nudillos hasta que no siento mis dedos. Si se atreve a decir algo estúpido le haré pagar hasta el último latido de su corazón.
— ¿Qué te hace pensar que debes estar aquí? —Pregunta.
Lo miro vacilante. ¿Y qué le hace pensar a él que puede hablarme así? Así que esta vez lo digo en voz alta— Y a ti, ¿qué te hace pensar que puedes hablarme así, imbécil?
—Cuidado con tus palabras, mugriento. —La ira empieza a brotar por mi cuerpo. Debo controlarme.
—El cuidado deberías tenerlo tú. —Digo.
— ¿Ah sí? Se supone que el que está con ella soy yo, no tú. —Dice.
¿Ah sí? Pues ya veremos. Pienso.
— ¿Sí? —Digo en un tono burlón—. Ahora dime, ¿Quién le saco sonrisas y no llantos estas últimas semanas? —Su cara cambia completamente, así que sigo presionándolo— ¿Te quedas callado, basura? También dime, ¿Quién le hizo sentir cosas que tú nunca pudiste? Solo fui yo, nadie más. ¿Por qué crees que ya no quería nada contigo? —Sé que me estoy arriesgando demasiado, estoy diciendo cosas por ella, que ni siquiera sé si las sintió—. ¿No vas a responder, imbécil? O es que, ¿ya no te quier... —Siento un golpe en la mandíbula, mi cuerpo se pone duro al instante, sé lo que se aproxima. Realmente quiero partirle la cara, así que no dudo en retener otro de sus golpes y aprovechar en impactar mi puño en su estómago, me pongo firme y atino otro golpe en su mejilla y un rodillazo que lo deja aturdido. Cuando estoy a punto de lanzarme contra él veo una bata blanca salir de la puerta. Esa puerta que te lleva directo hacia Ada. Me detengo en seco y corro hacia el doctor que viene con unos papeles.
—Doctor, ¿qué paso? ¿Hay algo malo? —Digo sintiendo la falta de aire.
—Tranquilo, ¿señor?
—Logan, mi nombre es Logan. —Digo.
—Señor Logan, ¿Es usted familiar de la paciente Ada Derzy Montés? —Pregunta.
Un estremecimiento me recorre, por el rabillo del ojo veo caminar a tres personas que se paran a mi lado. Volteo y me encuentro con la mirada penetrante de César, que viene con Rosella y Paulho.
—Soy el padre de Ada. —Dice César.
—Correcto señor. Debo decirle que la paciente está mostrando mejorías. —La alegría me embarga de inmediato—. Pero hay cosas que estamos estudiando aún. Señor, su hija no despierta y eso hace que tomemos precauciones inmediatas, por lo cual ella entrará definitivamente en cuidados intensivos. Le dijimos que la habíamos separado pero con los últimos resultados volverá a la sala. —Dice. Toda esperanza desaparece de mi cuerpo.
¿Es que ella nunca despertará?
Escuchó el sollozo de Rosella. Mi corazón se encoge más. Quiero salir de aquí. Necesito aire, mucho aire.
Salgo apresuradamente hacía el aparcamiento. Observo en todas las direcciones y veo a Lucas mirarme fijamente desde la cafetería del frente. Cruzo la calle y entro a la cafetería. Me acerco hacía la mesa donde se encuentra.
—Necesito saber todo. —Digo.
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FUE POR TI.©
Genç KurguPaulho Thompson era la persona que estaba destinada a casarse conmigo. A mis 21 años creía que mi historia ya estaba escrita en su totalidad y que no había más opciones para salvarme. Mis padres y los de él habían sellado su trato con nosotros de po...