La preocupación me iba a matar. Mientras caminaba, un fuerte dolor de cabeza me acompañaba, pero lo ignoré. Nada ni nadie me detendrían ahora, quería verla, eso era lo único que quería y si no me dejaban, por lo menos sabría cómo estaba. Ya no me quedaban más esperanzas, sabía que podría perderla. Pero trataba de no pensar en la opción de que ella se fuera y me dejara. Mi conciencia me atormentaba, si ella abandonaba esta vida yo seguiría con el recuerdo de nuestra discusión, de cómo la trate o como ella grito que me necesitaba. No sabía cómo parar las voces de mi cabeza, cada vez era más doloroso, mi cuerpo estaba duro como una piedra, mi madre que iba a mi lado solo me miraba con preocupación. Algo ocultaba, pero sinceramente esta vez no quería saber que era, temía que fuera algo que me destrozaría más de lo que ya estaba. Cuando me iba acercando hacia donde estaban todos, mi cuerpo sentía la tensión aún más. Allí estaba su padre, con la cara demacrada, pero eso no hacía que dejara de abrazar a su esposa, la señora Rosella. No podía describir como se encontraba ella, era aún peor de lo que cualquiera podría imaginar. Sus ojeras se notaban desde cualquier punto, esas bolsas que se reflejaban debajo de sus ojos. Cualquier tipo de belleza del pasado ahora solo era un recuerdo lejano. También me percaté que estaba Paulho, el susodicho, pero no estaba solo, sus padres lo acompañaban. Lo que más me molesto, fue que este estaba en un estado espantoso. Estaba mucho peor que el papá de Ada.
Ada...
Me dolía tanto pensar en ella, sentía que cada vez que pensaba su nombre con exactitud la mataba más. Tenía el presentimiento que al decir su nombre en mi mente, ella se iba cada vez más de mi lado, sentía que no la merecía. Noté también a Lucas. Sí, su hermano, este estaba en una fase crítica, su cabello estaba desordenado, sus ojos no estaban en este mundo. Y qué decir de mí, me sentía la peor persona de este mundo, la culpa podía más conmigo. Porque sí, yo era el culpable de todo, absolutamente todo. Yo dejé que esto pasara, solamente fui yo, si tan solo me hubiera alejado de ella nada de esto estaría pasando. Pero la estupidez y el egoísmo pudieron más conmigo. Dirán que fue el amor, pero si de verdad la quisiera me hubiera alejado. Eso a decir verdad tenía que suceder. Si ella salía de esta, sería como si yo nunca hubiera existido. Yo la metí en esto, yo dejé que Gabriela siguiera con esto. Porque fui yo, debí denunciarla pero no lo hice, por cobarde. Eso era la razón, mi cobardía siempre estaba presente o tal vez si no me hubiese involucrado con Ada, ella estaría sana y feliz con su prometido, Paulho. No podía mirarlo a la cara, porque sabía que si lo hacía me mataría o yo a él. Volví a mirar a todos en la sala. Según mamá había dormido como tres horas y en esas horas habían pasado muchas cosas que debería saber.
—Logan.
Una voz rasposa me llamo. Volteé y allí estaba Patrick con un vaso en la mano. Él tampoco estaba solo, lo acompañaba una chica alta, al parecer ella era la que me había llamado. Sentí otra punzada de dolor, apreté los puños y me ardió la mano al hacer contacto con la herida. No podía más, sentí que todo en mi vida, las tristezas, no eran nada comparado con lo que ahora estaba viviendo. Levanté la cara y mire fijamente a Patrick. Estaba en un estado que no se podía describir. Avancé un poco hacia él y lo abracé, otro dolor más punzante me recorrió entero. Él se alejó después de un rato. Miro su celular que había sonado, sus ojos se dilataron aún más al mirar la pantalla.
—Clara ya llegó. — Dijo. Mire a la castaña detrás de Patrick. Vi rodar una lágrima por su mejilla. Todos estábamos muriendo lentamente.
— ¿Cómo está, Ada? —Mi voz sonó más dura de lo que hubiera querido. No sabía cómo reaccionar, pero lo que si sabía era que tenía que ser más fuerte. Y así era como ocultaría mi dolor.
—Vamos a la cafetería ¿sí? —La sugerencia de Patrick me tomó por sorpresa. Giré para mirar a todos, recién se habían dado cuenta de mi llegada. Lucas me miró y se sorprendió, se levantó rápidamente viniendo hacia mí.
—Tienes que saber algo. —Dijo. Por el rabillo del ojo vi como Paulho se levantaba, su padre lo detuvo a tiempo, instintivamente me giré, quisé enfrentarlo, pero mi madre me dio una mirada que decía que me fuera por un rato. Fui el primero en avanzar, luego me siguieron Patrick y Lucas. La castaña se quedó y me miró fijamente hasta que la perdí de vista.
—Tendrás que declarar, ¿lo sabes no? —La pregunta me incómodo un poco aunque sabía a qué se refería.
— ¿Ya la tienen? —pregunto.
Lucas me miro por un momento y respondió—. Sí, y no se arrepiente de nada.
Mi corazón recibió otro desgarro más, la furia se apoderaba de mí hasta que Lucas dijo:
—Ella está muy grave, debes saberlo. El impacto que recibió fue de una velocidad intermedia, lo que quiere decir es que tenemos esperanzas, si hubiera sido más rápido, ella no estaría en esa camilla.
—Explícate —digo.
—Tiene una lesión muy grave en la rodilla, ruptura de ligamentos, tendrá que pasar por tratamiento si... ya sabes. —Dice mirando a otro lugar—. Su brazo izquierdo está roto, pero según el doctor hay esperanza de curarlo. El estado de su cabeza es... bueno, tiene una contusión cerebral grave, el doctor dijo que eso es el que más estudio necesita. Tiene una fractura en el hombro izquierdo... por su brazo. En general, el diagnóstico dado hasta ahora es que tiene una sintomatología de politraumatismo, es decir, hay muchas zonas afectadas... Todo esto es información general porque la lesión en la rodilla y cabeza es un trabajo complejo y difícil de saber con exactitud.
Cada palabra era una daga que me desgarraba el alma.
— ¿Y su columna? —pregunto con miedo.
La expresión de Lucas y Patrick cambia. Luc empezó a delirar.
—Milagrosamente se salvó. —La respuesta de Patrick me alivia de cierto modo.
Otro pedazo de esperanza me embarga.
Ella tenía que sobrevivir y si no lo hacía yo la seguiría. Si se quedaba, ahí sí que me alejaba.
Era nada por nada.
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FUE POR TI.©
Ficção AdolescentePaulho Thompson era la persona que estaba destinada a casarse conmigo. A mis 21 años creía que mi historia ya estaba escrita en su totalidad y que no había más opciones para salvarme. Mis padres y los de él habían sellado su trato con nosotros de po...