Capítulo 37.

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— ¡SEÑORES, SU HIJA DESPERTÓ! —Esa oración me deja estupefacto, tan inmóvil que no sé si lo que escuché es real

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— ¡SEÑORES, SU HIJA DESPERTÓ! —Esa oración me deja estupefacto, tan inmóvil que no sé si lo que escuché es real. El doctor Zair sale de la habitación que tanta tortura me ha estado causando. La cara del doctor es de felicidad plena, pero yo no puedo reaccionar. Me siento tan ¿emocionado? ¿Feliz? ¿Ella realmente había despertado? Cuando por fin puedo reaccionar, veo a todos celebrar a su manera, yo me había perdido. Lucas me mira con una cara de alegría que no puedo evitar soltar varias lágrimas. Ella despertó y yo tengo tantas ganas de verla, ahora mismo.

—Quiero...verla. —Digo, pero soy interrumpido por Clara.

—¡Soy su mejor amiga! ¡Voy primero! —Dice esta.

—Somos sus padres. —Menciona César con una sonrisa como nunca antes había visto y mientras dice aquello, sostiene a Rosella, que parece que se desmayará de la emoción.

—Todos la verán. —Levantó la cabeza al escuchar al doctor—. En su debido momento. —Dice con una sonrisa.

— ¡Ahhh! —La alegría en el ambiente es notable y se siente genial. No recuerdo hace cuanto que no tenía una sonrisa verdadera en la cara. El corazón me late muy fuerte. Ella, mi Ada, ha despertado y juro que la quiero tanto, la amo aunque parezca ilógico.

—Lo...Logan —Esa voz me detiene en seco. Me giro y puedo presenciar el vivo terror en el rostro de Lucas, me asusto al verlo de ese modo—. Paulho. —Dice esto último con una mirada seria. Es ahí donde caigo en cuenta. Paulho había salido del hospital tan desenfrenado que no hizo caso a los llamados de César. Él aun creía que Ada estaba mal, o lo que es peor, todos creímos que había muerto. El terror se hace presente en mi cuerpo ante el pensamiento de Paulho haciendo una locura.

—Llámalo, Luc. —Digo preocupado.

— ¿Qué pasa? —Pregunta Rosella acercándose. Intercambio una mirada con Lucas y el asiente mientras se aleja con el teléfono—. Logan, ¿qué está pasando?

—Rose... —No sé cómo comenzar, maldición—. Paulho, queremos avisar la noticia a Paulho. —El rostro de Rosella cambia instantáneamente, hasta ella teme por él. Cualquiera lo haría, incluyéndome. Paulho salió tan, no puedo describirlo, lo único que puedo decir es que salió tan mal que ni siquiera me importó en ese momento.

—No contesta, Logan. —Lo que dice Lucas me deja más preocupado.

— ¡Ay Dios! —La desesperación de Rosella es notable— ¡Lucas, búscalo! ¡Vayan por él!

Empiezo a correr con Lucas por los pasillos, maldición Paulho. Ese imbécil ahora me tiene preocupado. Dios quiera que no haya hecho algo estúpido.

Llegamos al estacionamiento y ni un rastro de él.

— ¡Sigue llamando! —Digo al borde la histeria.

La cara de Lucas se distorsiona y empieza a marcar de nuevo. Busco algún indicio de Paulho y nada, absolutamente nada. Saco mi teléfono y aviso a la policía de inmediato. Cualquier cosa se puede esperar, así que tengo que asegurarme.

— ¡Nada! ¡No contesta Logan! —La voz de Lucas me sobresalta.

— ¡Vamos! No debe estar muy lejos. —Nos encaminamos a mi auto y empiezo a conducir despacio por las calles cercanas. Nada, sé que no pudo ir tan lejos, debe estar por algún lado. Tengo el pulso acelerado, esto es realmente preocupante— ¡SIGUE LLAMANDO, LUCAS!

— ¡Lo hago! —Dice este. Miro por la ventanilla y a lo lejos puedo ver un auto viniendo a toda velocidad y frena tan fuerte. Miro detenidamente como un hombre se baja y cierra fuertemente la puerta de su auto. Empieza a golpear como desesperado su ventanilla. Maldición, esto realmente da miedo, sigo mirando y logro visualizar un arma en su mano. Freno tan fuerte al percatarme del sujeto. Me bajo rápidamente y empiezo a correr hacía él.

— ¡Logan! ¡¿Qué haces?! —Ni la voz de Lucas puede detenerme.

Sigo corriendo, maldición. Es tan idiota para no poder diferenciar la realidad. Me sobresalto al escuchar un disparo al aire.

— ¡PAULHO, NO LO HAGAS! —Grito con todas mis fuerzas a pesar que sé que no me podrá escuchar a esta distancia— ¡LUCAS, HAS ALGO! ¡MALDICIÓN PAULHO! —Volteo y observo a Lucas paralizado. Mierda, Paulho se va a matar. La desesperación me domina, así que vuelvo a gritar mientras corro con todas mis fuerzas— ¡HEY PAULH...

El sonido de otro disparo me frena, me deja perplejo, y no por el ruido sino porque desde mi lugar puedo ver a Paulho caer de rodillas sobre el césped. — ¡MALDICIÓN, NO! —Nuevamente empiezo a correr y cuando llego al parque, siento mi respiración fallar. Maldita sea, miro la escena con horror al llegar a su lado. Puedo ver a un Paulho tirado en el césped, su rostro demuestra el claro dolor que siente ahora mismo. La sangre no tarda en salir de su boca, y la herida en su estómago se hace notar aún más.

Eso es suficiente para aterrorizarme y quitarme la pizca de esperanza.

Sangre de su boca. Sangre de su boca. Sangre de su boca. Esa frase se repite en mi mente.

— ¡JODER! —Un rato después llega Lucas y al ver la escena se queda quieto. Su mirada me dice que no hay nada que hacer. Yo mantengo la mano en su vientre tratando de retener la sangre que emana de allí. Paulho me mira con la expresión de culpa y eso me duele. No importa todo lo que haya pasado, es horrible ver a una persona matarse frente a tus ojos.

—Lo...Logan, te ga...te gané... —Dice con una sonrisa sincera—. Soy...el prime...primero que se...juntará...con ell... —Niego con la cabeza, un lágrima rueda por mi mejilla y siento a Lucas arrodillarse junto a mí y sostener la cabeza de Paulho. Sus palabras, estoy seguro que me marcarán de por vida. Y sé que no es por hacerme peor, Paulho es así, su personalidad y sé que lo que está diciendo es en forma de broma pero, ¿broma en su estado? Sí, su momento de lucidez. Le sonrio y me preparo para lo que diré, pero Lucas me interrumpe.

—Ella despertó. —Dice con todo el dolor en esa oración. Los ojos de Paulho se abren mucho más y cuando siento la culpabilidad en mi cuerpo, él alza su mano y agarra del hombro a Lucas. Nos sonríe y finalmente dice:

—Cuída...la. —Mira Lucas—. Y tú —Esta vez se dirige a mí—, Ámala...como nunca antes na...nadie lo hizo. —Esas palabras me marcan—. Yo ja...jamás pud...pude hacer... —Escupe sangre.

—Ya Paulho, no sigas, tranquilo. —Digo con todo el dolor que puedo sentir.

—Dile...que la amo...

Sus ojos se agrandan una vez más y todo queda en silencio. Empiezo a soltar lágrimas de dolor y pena. Todo esto es tan abrumante. Primero ella, luego el dolor de no tenerla, después ella despertando y finalmente, Paulho...muriendo.

La mano de Lucas pasa ligeramente por el rostro de Paulho y al verlo sus ojos están ya cerrados y eso confirma su deceso.

FUE POR TI.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora