Estar recorriendo la ciudad por dos horas solo indicaba faltar a clases, obviamente, ya eran dos veces que me escapaba con Logan del instituto. Podías salir cuando quieras, pero tenías que dar una buena excusa ¿no? Lo cual nosotros no hicimos.Mi celular empieza a vibrar en mi bolsillo. Lo saco y veo que es Clara.
— ¿Clari? —digo.
— ¿Se puede saber dónde estás? Tu coche está tan solo en el estacionamiento al igual que tu mejor amiga.
Oh cieloooooooooos.
—Clara, Clarita, tú sabes que te amo mucho, ahora voy por ti, ¿sí?
—Ven ahora por favor y sal de ese maldito hotel, ¿quieres?
— ¡Clara por Dios! ¿Qué hablas? —Digo conteniendo la risa.
—Venga hija, ya sé que te hacía falta, pero no es para dejarme sola aquí.
—Voy en camino —digo y cuelgo.
Doy un pequeño respiro de alivio de que Clara no se haya molestado.
—Logan debemos volver.
— ¿Acaso se te olvido Clara? —dice mofándose de mi dura realidad.
—Lo que pasa es que me distraes Logui, me haces salir del campus solo para fastidiarme. Ahora si no es molestia vamos a regresar por Clara y mi coche, ¿quedó claro o más?
—Más.
Sé que no puedo hacer nada con esa expresión de burla y satisfacción que lleva adornada en la cara. Con un golpe se lo quitaría al instante.
—Eres un idiota, ¿lo sabías no?
—No.
—Te detest... ¡Ay! —me golpeo la frente contra la parte delantera de coche.
— ¡Ada! ¿Estás bien? — escucho a Logan como en la lejanía.
— ¿Qué pasó?—logro levantar la cabeza y veo que un auto rojo se marcha a toda velocidad doblando la esquina de la otra calle.
—Ese maldito coche pasó rozando y se saltó el semáforo —dice con la mandíbula tensa.
—Ah... sí... su...supongo que sí. —No sé qué más decir—. Ahora la gente maneja por manejar. —Digo sobándome la frente adolorida— ¿Que decía? Ah, ¡Te detesto!
—Sí lo sé.
Seguía con la mandíbula tensa y en sus ojos se podía distinguir la rabia, el ambiente estaba totalmente incómodo, no quería mencionar nada más del golpe en la frente que me hizo ese estúpido auto, porque el golpe fue ridículo, no quería pasar más vergüenza por un simple roce.
—Logan solo fue un roce, no es para tanto.
—Sí. —Dice apretando el volante hasta que sus nudillos se tornen blancos.
Y seguí parloteando hasta que me cansé de sus monosílabos que al principio era por fastidiar, pero después del pequeño incidente fueron toscos.
Llegamos al campus y allí estaba Clara sentada pacientemente como si no hubiera pasado nada. Eso era mala señal señores.
— ¡Clara! —digo con todo el entusiasmo posible.
—Hola mi querida amiga —dice con una sonrisa aterradora.
—Ehh... lo siento es qu...que estaba con... —Interrumpe.
—Logan —dice mirando atrás de mí, claro que no era el complemento de lo que decía, era un saludo hacía la persona que estaba detrás de mí. Sentí alivio porque me di cuenta que Clara le había echado la culpa a Logan por dejarla aquí y no a mí.
— ¡Hola Clara! —Dice con el mismo entusiasmo que yo— ¿Qué te parece si vamos por unos helados los tres como buenos amigos que no se abandonan, si? —Sigue diciendo cautelosamente porque la fiera de Clara estaba a punto de salir.
— ¡Si! ¡Si amiga vamos! —digo ayudándolo.
— ¡Son unos idiotas! —Grita con la cara colorada— ¡Tú! ¡Tú Ada! por dejarme como mongola aquí —Continúa— ¡Y tú! ¡Tú roba mejor amiga! —dice señalando a Logan.
—Siento haberme llevado a tu querida amiga Clara, pero se sentía mal —dice mirándome con una sonrisa burlona.
— ¿Te sentías mal? —Dice Clara, cambiando radicalmente de actitud.
—Sí, me sentía muy mal.
—Estaba como en otro mundo, parecía que había visto algo malo, muy malo —noté el sarcasmo en la voz de Logan.
—Ya, ya, bueno me sentía mal, me dolía la cabeza y más con el golpe en tu coche ¿no Logan? —Digo burlonamente.
La sonrisa de Logan desaparece totalmente y su rostro se torna serio.
¿Tanto le dolía que le rayaran el auto? Podía ir a arreglarlo y ya.
Y ahí entendí que él se había dado cuenta de algo más. Algo que yo pasé desapercibido en el incidente de hace un rato.
Decidí no tomar importancia a su comportamiento y me subí rápidamente a mi auto.
— ¿Dónde nos encontramos, Cris? —Pregunto mientras Clara se sube de copiloto—. Espero que sigas queriendo ir por unos helados.
Me mira tratando de encontrar algún indicio de sospecha en mí, pero al parecer no lo consigue y dice—. Por supuesto que no cambie de planes, nos encontramos en la heladería a la vuelta de tu casa.
Asiento y sin decir palabra más, arranco el auto con toda la velocidad que puedo.
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FUE POR TI.©
Teen FictionPaulho Thompson era la persona que estaba destinada a casarse conmigo. A mis 21 años creía que mi historia ya estaba escrita en su totalidad y que no había más opciones para salvarme. Mis padres y los de él habían sellado su trato con nosotros de po...