Capítulo 24│Parte 1.

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¿Por qué la vida tiene que estar cargada de problemas? Cuando crees que todo se está solucionando llega otro golpe que te deja sin aliento, literal

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¿Por qué la vida tiene que estar cargada de problemas? Cuando crees que todo se está solucionando llega otro golpe que te deja sin aliento, literal. Ahora no sabía si yo era la que sentía que el mundo se acababa ante mis ojos o era una pesadilla que en cualquier momento acabaría. El dolor carcomía mis entrañas como un cuchillo siendo afilado. Me sentía desgarrada, sentía que todo se acaba allí, en ese mismo instante donde todo se volvió negro. Pero en lo que no había oscuridad era en mis pensamientos, la oscuridad me cegaba, pero no evitaba que recordara cosas, no evitaba que mi cerebro dejará de enviar información, sentía que todo había quedado en tinieblas, pero quedaba esa maldita voz de mi conciencia. Y fue ahí donde recordé lo que había pasado en ese día y vi exactamente como extrañaría todo si no salía de esta.

Primero pensé en el único proveedor de mis augurios, es decir, de mis problemas, él era el causante de toda mi desgracia, siempre había sido él. Paulho, siempre fue él.
Creí estar librada de sus redes, ¿pero qué pasó? Alguien, es decir, el maldito instituto se enteró que estaba, o estoy, no lo sé, saliendo con el nuevo. Claro, así llaman a Logan. ¿Y qué sucedió? Corren como idiotas e ignorantes a contarle al, según ellos, "traicionado". ¿Estúpido verdad? Demasiado, esta vez se pasaron. ¿Qué demonios decían cuando yo era la traicionada? Nada, no decían nada. Callaban, y lo peor es que siempre sucedía ante las narices de los amigos de Paulho, pero para ellos no era nada, y ahora, uno tratando de vivir por fin, ven a la cornuda de Ada con alguien más y se lo cuentan todo. En realidad no me preocupaba que se lo contaran, es más, me daba igual. Lo que si me tenía temerosa era lo que le podría hacer Paulho a Logan al enterarse. Dicho y hecho, lo hizo.

Logan me saco del baño de mujeres con tal enojo que hasta se podía ver fluyendo cerca de él. Al principio no sabía que le pasaba, hasta trate de frenarlo, pero no funcionó. Le pregunté cual era el problema, pero no respondía y eso me ponía de los nervios. Al final estacionó su auto en una cochera, suponía que era su casa, ya que no podía ingresar a cualquier lugar así nada más. Me llevó hacía una puerta que estaba al costado del espacioso ambiente donde estábamos, no dijo nada, siguió caminando por unas escaleras preciosas, su casa parecía más genial que la mía. Finalmente llegamos a una de las habitaciones del lugar, nada más ni nada menos que la de él. Hubiera estado feliz de estar allí si no hubiera sido por el miedo que sentía. Hasta donde lo conocía nunca había demostrado esa actitud. Ardía, temblaba, pero ¿de qué? De ira, y eso me asustaba, dándome opciones de empezar a llorar.

— ¿Todo era mentira? —preguntó de pronto.

— ¿A qué te refieres? —pregunté con la voz temblorosa.

—Ada no sigas, solo dime la verdad de una buena vez.

—Logan si tan solo me dijeras a qué diablos te refieres— dije sintiendo ese horrible nudo en la garganta. Lo quería tanto, que me sentía idiota por haber fallado, no sabía en ese momento que era, pero cuando dijo esas cuatro palabras, fue suficiente para desarmarme.

—Tu compromiso será hoy.

Mi mundo, mis sueños, todo, absolutamente todo se derrumbó. No había sentido en sus palabras, él no tenía que enterarse así, de esa forma. Y lo más espantoso es que caí de rodillas con las lágrimas brotando de mis ojos, me abracé a mí misma con tanto miedo de perderme y esta vez no encontrarme. Logan me miraba con tal asco que mi corazón se volvía más débil.

—Dime si es verdad —dijo con una voz tan dura.

Seguí soltando lágrimas, hasta que se cansó, me levantó  y me sentó en su cama, se alejó rápidamente, apoyándose en su ventana.

— ¡Ya dilo, maldita sea! —Gritó, observaba sus manos aferrándose con fuerza en las rejillas de la ventana— ¡Dime, por favor!

Me sentía como una estatua, pero solté la respuesta con una voz casi muerta— Sí.

Todo quedó en silencio, lo único que podía escuchar era mi respiración descontrolada. El tiempo transcurrió como si pasaran años, cuando finalmente escuché su voz.

—Vete. —Dijo después de un momento— Largo. Eres... eres de lo peor, Ada, ¿cómo pudiste?

Me sentí nuevamente humillada por alguien y sea quien sea no lo permitiría— ¡NO! —Grité—. No es así, yo no quie...

— ¿Por qué me utilizaste para tu jueguito patético? —Dijo con todo el asco que pudo— ¡¿NO TE CONTENTASTE?!

— ¡CALLÁTE! ¡Tú no sabes nada! —dije con todo el dolor de mi corazón.

— ¡Y no sé, eso es lo peor! ¿No te das cuenta que tu estúpido juego no salió como querías? Eres tan, tan... insensible...

— ¡Basta! ¡No sigas! No me digas así... yo, yo no soy así... —dije lo último en un sonido apenas audible.

— ¿Y qué eres? ¿La hijita ricachona? O a lo mejor, la chica con el corazón roto, que utiliza el de los demás para sentirse bien, porque un idiota la ilusionó y la mandó a volar. Pero como lo ama, hace un trato con sus padres para que la ayuden a casarse. Y como no se satisface con uno, busca otro imbécil que caiga. ¿Repugnante, no?

Todas esas palabras dichas burlonamente, fueron cuchillas que terminaron por romperme y dejar mi dignidad por los suelos. Ya no quería nada, solo terminar con esto de una vez.

— ¿Quién te dijo eso? —Pregunté levantándome con toda la fuerza que me quedaba— ¡¿QUIEN TE DIJO SEMEJANTE COSA?! ¡¿Acaso no confías en mí?! ¡¿Acaso no te permití entrar en mi vida?! ¡Yo solo quería seguir con mi vida! ¡Intentarlo y no estar detrás de alguien como él! —Grité sintiendo la falta de aire— ¡Quería seguir adelante! ¡Y NO ESTANCARME POR CULPA DE MIS PADRES! ¡QUERÍA TU APOYO, IDIOTA! Quería que fueras tú, solo tú, la persona que me sacara de estas... —dije, pero me callé porque me estaba ahogando con mis propias lágrimas. Finalmente dije —. Quería todo contigo Logan... necesitaba tu ayuda... ¡TE QUERÍA A TI!
Maldita sea, te quiero tanto, como nunca quise a nadie. Ni siquiera a él...

Era suficiente, su cara había pasado de enojado a serio, se notaba que no creía en mis palabras, sus ojos me lo decían, yo definitivamente tenía que salir de allí, no sin antes decir lo último— ¿Quién fue el maldito que decidió una vez más por mí? ¿Quién te lo dijo? —la voz que salía de mi garganta, no era la mía, era de una persona que estaba hundida, completamente rota.

Me miró con asco otra vez y dijo—Tu querido padre con su querido yerno.

Eso fue todo lo que necesité para empujarlo y salir de allí e irme a mi destino.

No me importaba la gente que me miraba, podía estar lo más espantosa posible, ya que cualquiera en su sano juicio, al ver a una chica llorando, hundida, rota por dentro y mucho más por fuera, sin planes, sin futuro, sin sueños y sin esa pisca de amor. Cualquiera se hubiera espantando, en vez de ayudarla. Pero eso no impedía el valor que se formaba en mi interior. Llegué a la sede principal, oh... ¡qué hermosura!
Gran sede de la mejor de las empresas Derzy. Diría la peor, otra de mis más oscuras desgracias.

Iba a entrar y realmente los destruiría a todos.



*O*

FUE POR TI.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora