Un cliché más [CONTINUADA]

Capírulo 10: ¿Y si todo sale mal?

Annabeth P.O.V

Estaba ignorando la mirada que Malcolm me estaba dando; pero aún así, sabía que se estaba burlando internamente. Pese a ser la persona que mejor me conoce, ser mi mellizo, uno de mis grandes apoyos... A todo ser en algún momento, le dan ganas de molestar a su hermano, hermana, o en plural.

—¿Qué quieres, Malcolm?

—Annabeth, hermana mía. No me vengas a decir que todo esto de convivir con Jackson no te trae más de un emoción.

Levanté la vista de mi libro y le di una mirada con rabia. —Por supuesto que sí. Me da enojo, ira, odio, cansancio, estrés, y un larguísimo etcétera. —le dije un poco rápido.

—Y... ¿No te da nada positivo? Digo... pasarás tiempo con Nico, Hazel, Chris, por molestos que sean los Stolls... Percy--

—¡No lo digas, Malcolm Frederico Chase! —le grité.

—No me llamo Frederico. —me dijo.

—Pero la abuela pensó ponerte así lo Frederick. —le dije. Él sabía que era verdad.

—Bien, pero no estamos hablando de eso. Pasarás tiempo con quien era tu mejor amigo, Annie.

Miré a Malcolm quien tenía una sonrisa de satisfacción. Cuando tiene razón en algo, la pone. Y nuestras peleas de cerebritos pueden durar días.

—Me siento algo triste, Malcolm. Quizás porque él me rechazó.

—Oye, le di su merecido, ¿no? —me animó.

Lo miré y le sonreí. —Sí, pero no fue del todo suficiente.

—Pero, le di la mejor pelea en ajedrez a Magnus.

Comenzamos a reír como si no hubiera un mañana. Nos gusta jugar ajedrez con Magnus, aunque siempre ganemos nosotros. Mi celular sonó y me detuve con dificultad.

—¿Hola?

—Annebeth, nos están declarando la guerra. —era Piper.

—¿Qué sucedió? —dejé de reír.

—Los Stolls besaron  las Gradners por sorpresa. Si ellos hacen eso, ¿qué demonios nos salva a nosotras?

Admito que en ese momento no sabía qué decirle a Piper. Por un lado me enojaba que Travis y Connor besaran a Katie y Miranda. Por el otro, ¿qué podía hacer? Estaba lidiando con mis propios problemas y ahora también con el de mis amigas. Tenía que idear un plan.

—Mi castigo terminó. Nos vemos en casa de Will en una hora.

—Ahí estaré.

Colgué el teléfono y lo puse sobre mi libro; que a la vez estaba sobre la mesa. Me quedé callada unos segundos en los que Malcolm me miraba confuso. De reojo puede ver que sonrió de nuevo.

—¿Por qué sonríes? —le pregunté.

—Son los Stolls. No es Jackson. No te pongas celosa. —se burló.

Me levanté de la mesa abruptamente. —¡Malcolm Chase, no digas eso! —luego tomé su cabeza y la enterré en su libro. 

***

Estaba llegando a la casa de Will cuando comencé a analizar lo que me había dicho Malcolm. ¿Sería cierto que estaba celosa? Percy me rechazó hacía varios años, y comenzó a andar con Calipso, luego con Rachel. En un principio sentí celos; pero luego me convencí de que sólo era odio por Jackson. Después comencé a ignorar toda mi historia con él.

Rachel y Calipso no eran malas chicas. Son amables y caritativas. De vez en cuando, las pocas veces que cruzamos camino y/o palabras, son algo... asidas conmigo. Pero aumentaron cuando se enteraron del beso.

No es un secreto que a ambas les gusta Percy. Ya lo he dicho varias veces. Tampoco es por decirles tontas, pero ninguna de las dos parecen darse cuenta de eso. Muchos estudiantes dicen que quieren ver la pelea que van a hacer cuando se enteren.

Cuando llegué, fui la última en llegar. Katie y Miranda estaban apretando unas pelotas para el estrés, sentadas en la cama con Will. Reyna y Piper estaban en unos puff púrpuras que tiene el rubio en su cuarto. Frank y Leo estaban comiendo fritura en el suelo con Clarisse.

—Llegas tarde, niña prodigio. —dijo Leo.

—Perdón. Mi padre no quería que viniera. —les dije sentándome en la cama.

—¿Por qué? —preguntó Reyna.

Todos se quedaron mirándome esperando mi respuesta. No la iba a decir toda.

—Algunas cosas que le han dicho.

Leo quiso continuar. —Sí, ¿pero qu--... Digoo... Nada, eso le pasa a todos. Relajate.

—No sabemos si es obra independiente de los Stoll, o si lo planean todos. Pero si ese acto de ellos les da ideas a los demás y comenzaran a jugar de un modo sucio. —explicó Reyna.

—¿Tú qué dices? —preguntó Frank.

—Es una buena teoría, Rey-Rey... —me di cuenta que tenía que atacar el centro de apoyo. —Voy a llamar a Jackson. —dije por sorpresa.

—¡¿Qué?! —gritaron todos.

Las Gardners tocaron mis hombros y dejaron de apretar las pelotas. Reyna y Piper no podían abrir más los ojos y la boca. Clarisse tenía el ceño fruncido y la boca abierta. Will tenía la mirada más confusa al igual que Frank. Leo... tenía una sonrisa pícara.

—¡Leo! —lo regañé.

—Lo siento, sabes que no lo puedo evitar. —se disculpó.

—¿Estás segura, Annie? —preguntó Reyna.

Todos comenzaron a reprocharme, preguntándome qué me sucedía. Fue Clarisse la que cayó a todos.

—Yo digo que es buena idea. Así podemos saber si es necesario patear a todos esos idiotas. —dijo.

—Ehhh... emmm... ¿Podemos sacar a Hazel de las patadas? Digo... ella es la más inocente. —dijo Frank algo nervioso.

—No vamos a patear a nadie inocente. Simplemente llamaré a Percy y haremos lo que dijo Clarisse. —

Saqué mi celular y busqué el teléfono. —Leo, ¿tienes el número de Jackson?

—Yo tengo el de todos, Annie. —dijo.

Mientras marcaba el número, mis dedos temblaban levemente. ¿Era lo correcto? ¿Qué le diría a el chico que fue mi mejor amigo pero que me rechazó? ¿Y si todo salía mal?

Esa pregunta me hizo recordar una vez cundo eramos niños. Teníamos como 9 años. Percy y yo estábamos en el Central Park, y decidimos escalar un árbol.

—Percy, ¿y si todo sale mal? —le pregunté.

—Si nos ayudamos los dos, no va a pasar nada. —me dijo.

Me ayudó a subir primero. Sostuvo mi pie mientras con el otro me impulsé y tomé una rama gruesa. En menos de cinco segundos ya estaba ayudando a Percy a subir. Se sentó junto a mí.

—¿Fue difícil? —me preguntó.

—Vale. No fue difícil.

—Las cosas siempre son más fáciles si nos ayudamos, Listilla.

—Estás buscando que te empuje del árbol. —le dije y comenzamos a reír.

Regresando a la realidad... El teléfono sonó, y escuché una voz al otro lado de la linea.

—¿Hola?