Capítulo 38: Mariposas en el estómago

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Rachel P.O.V

Tenía un par de semanas de que Percy no iba a mi casa. Me gustó tenerlo allí, aunque hubiese estado mejor si estuviésemos solos nosotros dos.

No lo malpiensen. Todavía no pensaba en él de ese modo. Pero, como toda persona, de vez en cuando me hacía ilusiones con él. Antes no era así; quizás porque ahora, pensaba, llegaría a pasar.

Me puse un poco celosa cuando se fue con Annabeth. Y si bien ni madre quería que fuera superior a los demás, deseó aún más que Percy saliera conmigo cuando vio que Annabeth era muy parecida a su mamá.

Ese día era Halloween y yo no había pensado disfrazarse hasta que las chicas me convencieron de hacerlo. Ellas habían enviado a hacer sus disfraces desde antes y los estaban mostrando en casa de Annabeth. Ella se disfrazó de Alicia del País de las Maravillas.

—¿Alguna más tiene ya su disfraz? —preguntó Piper. Ella tenía un disfraz de La Mujer Maravilla y dejaba ver sus envidiables piernas.

—Mira, te tienes que disfrazar. Hasta Clarisse lo va a hacer. —dijo Silena.

—Oye, yo siempre me he disfrazado. —se quejó La Rue.

—Prefiero no hacerlo. Casi nunca me disfracé. —contesté.

—Pero vas a ir a la fiesta de los Chase. —contestó Katie. —Y tienes que ir con disfraz.

—¿Calipso irá? —pregunté.

—Sí. —contestaron todas.

—Va disfrazada de bailarina hawallana. —mensionó Reyna. —Alguien intentó convencerme para que hiciera eso.

—Yo sé quién es ese alguien. —Silena comenzó a molestarla y Reyna a ahogarla con una almohada.

Ella se disfrazaría de La Katrina. Nos había mostrado su traje puesto y se veía muy hermosa con él.

La principal razón por  la que no me quería disfrazar, era porque mi madre siempre lo había escogido por mí. Después en mi adolescencia, preferí dejar de hacerlo porque me di cuenta de que las demás chicas se veían fantásticas con sus disfraces y me sentía incómoda porque los míos no me gustaban.

Si Percy me hubiese dicho que se iba a disfrazar, le hubiese pedido que nos disfrazáramos en pareja. Estaba muy emocionada con él.

—Bueno, yo tengo una amiga que tiene una tienda de disfraces y hay un disfraz perfecto para Rachel. —dijo Lou.

—¿De qué? —preguntamos todas.

—Disfrázate de Mérida. De Brave.

—¡Ay sí! —dijo Piper. —Eres igualita a ella, sólo necesitas el vestido y el arco.

—Me gusta. —comenté.

Sí, no lo había pensado pero no era una mala idea. Siempre me habían dicho que me parecía a ella.

Lou mandó a por el vestido y en cuestión de unos cuantos minutos me lo trajeron así que decidimos ayudarle a Annabeth y a Malcolm a preparar la casa para la fiesta.

Todos esos chicos y esas chicas, sabían dar buenas fiestas. Normalmente pensamos de los Chase que por ser los más listos de Goode siempre tienen sus rostros enterrados en un libro o algo por el estilo. Era cierto, leían mucho; pero eran diferentes a los demás.

Como Percy me había hablado después de mucho tiempo la tarde anterior, me sentí bien porque significaba que de alguna manera estaba progresando. No habíamos pasado tiempo juntos desde que se enteró que le gustaba hacía casi dos meses.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora