Capítulo 23: De corazón

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Travis P.O.V

No tenía ni idea de describir cómo me sentía. Habían muchos sentimientos encontrados luego de leer el periódico estudiantil: enfadado, avergonzado, apenado, triste y otros más.

Katie y Miranda no eran nuestras mejores amigas o algo por el estilo. Pero cuando se dice algo así de ti y que todo el mundo lo cree una cosa que en realidad son mentiras... Eso no es agradable en lo mínimo.

Era casi un seguro suicidio lo que íbamos a hacer, pero las chicas se lo merecían. Seguíamos sintiendo que era nuestra culpa; queríamos reparar un poco lo que habíamos causado.

Con respecto a las Víctor, no diego que por un corto momento me sentí interesada en Holly. El problema es que vi lo que ve Katie y aparentemente nadie nota: es una mala persona. Una chica como ella no merece la pena.

Era viernes en la tarde y nos dirigimos a casa de las Gardners. Sus padres estaban trabajando hasta tarde ese día y llegaban casi en la noche; así que decidimos hablar con ellas. Sabía que la más afectada sería Katie. Era una persona muy sentimental y sensible. Sin mencionar que en la escuela no le habían hecho muy buena cara y menos Holly y Laurel.

Al tocar la puerta nos abrió Piper. No me imaginé que fuera a estar ahí, aunque no me mostré sorprendido. Ella también estaba muy sensible, pues sus ensayos de baile con Jason ya habían comenzado.

—Sí, imaginé que estarían aquí. —dijo secamente​.

—¿Están aquí? —preguntó de igual manera Connor.

Ella asintió y nos dejó pasar un poco amargada. Al atravesar el pasillo, llegamos a la sala donde estaban Katie y Miranda sentadas. Cuando nos vieron, no reaccionaron como pensé que lo harían; o por lo menos Kat.

Miranda sólo se molestó y evitó el contacto visual con nosotros. Luego me di cuenta de que estaba llorando y no sabíamos qué hacer.

Pero lo más difícil me tocó a mí: Katie sí se puso a llorar como magdalena y se levantó del sofá, corrió a las escaleras nada más con verme. Eso me hizo sentir miserable.

—Estaré en el jardín trasero, Stoll. —me dijo Piper.

Yo corrí tras ella y la alcancé justo antes de que entrara en su habitación. Forcejeó mientras yo le decía que se calmara y terminamos dentro.

—¡Está bien! —me gritó. —¡¿Qué es lo que quieres?! ¡¿No es suficiente con que tu novia me haya dejado como una idiota ante toda la escuela?!

—Te quería pedir disculpas.

Se detuvo abruptamente con sus palabras y me miró extrañada mientras las lágrimas bajaban por sus rosadas mejillas. Puse mis manos en el aire para que se calmara y entendiera que todo iba en serio y no era una broma.

—Lamento todo lo que pasó, Katie. Nunca quise que algo como eso se publicara. Holly y Laurel mintieron y están equivocadas con respecto a ustedes.

—¿Cómo sabes eso?

—Te conozco desde los 5, Kat. No eres así, ¿verdad? —en sus ojos se podía ver la furia que bajaba poco a poco. —Lo siento mucho.

—¿De verdad lo haces? ¿De corazón?

—De corazón. Te lo prometo.

Bajó sus ojos y miró el suelo. Se comenzaba a formar el incómodo silencio que tanto odiaba. Estaba esa tensión en nosotros que era horrible y odiaba. Sabía que podía ser rechazado, pero debía hacerlo.

—¿Me das ese abrazo de amienemigos, Katie?—ella recibió mi abrazo que duró un buen rato. De hecho la elevé un poco del suelo mientras la abrazaba.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora