Capítulo 39: Dime que no tuve sexo con él

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Katie P.O.V

Estaba dormida, soñando con una valle lleno de flores y demás cosas cuando las cortinas de la ventana se abrieron de golpe y la luz me golpeó en la cara.

—¡Katie Gardner, levántate ahora mismo! —era Annabeth la que gritaba. Dios, sonaba como mamá.

—¿Qué, yo... qué?

No recordaba muy bien lo que había pasado la noche anterior. Vi a Annabeth matándome  con la mirada, pero no sabía por qué.

—Tú y tu hermana deben estar en su casa antes de las dos de la tarde o serán puré de papa. —me dijo. —Eso me dijeron tus padres hace 5 minutos.

—¿Estoy en tu habitación? —pregunté.

—Sí, Katie, estás en mi habitación. ¿Sabes por qué? —vaya que estaba enojada. —Casi todos ustedes se quedaron en mi casa. Clarisse se acostó con Chris y se quedaron dormidos en mi jardín trasero, bien juntido pero vestidos, justo a la vista de mis vecinos musulmanes.

—Oh por Dios. —murmuré.

—Tuve que poner a Calipso en la habitación de huéspedes porque estaba inconsolable anoche por algo que le pasó. Mi hermano se encerró con Kayla en su habitación a coger, y yo tuve que dormir con Percy en la de mis padres; ¿sabes por qué?

—¡Te digo que no lo sé, mujer!

—¡PORQUE TE ACOSTASTE CON TRAVIS EN MI HABITACIÓN Y NO PUDE ENTRAR! —me gritó furiosa.

Fue cuando me di cuenta, que la que creía mi pijama era una de las camisetas de Travis. No tenía sostén y además de esa camisa, sólo tenía mis bragas.

—Oh, no.

Lo peor de todo, era que Stoll todavía estaba allí y junto a mí, dormido, abrazado mi cintura.

—Dime que no tuve sexo con él. —le pregunté.

—Sí tuviste sexo con él. —me contestó.

—¿Y dónde demonios quedó Miranda? ¿O Connor? —dije angustiada.

—¡Yo qué sé! ¡Dormidos en algún rincón de mi casa; Igual que todos los demás. Los únicos que se fueron anoche, han sido Rachel, Lou, Cecil, Lee, Hazel, Bianca, Zoë, Frank y Will. ¡Todos los demás se emborracharon y durmieron en mi casa!

Obviamente no todos los de la fiesta. Sólo eramos nosotros, sus amigos más cercanos.

Por fortuna para nosotros, los padres de Annabeth no estaban, y ese día no había clases.

—¿Me acosté con Stoll? —todavía no lo podía creer.

—Sólo te diré una cosa. —me dijo amenazante. —Ya no eres virgen, y supongo que él tampoco.

Annabeth salió de su habitación, y se encontró con Percy en el pasillo. Ella le pidió que le ayudara a despertar a los demás y a limpiar la casa.

Miré mi reloj y eran las 8:23 de la mañana. Me levanté, cerré la puerta y me vestí en el baño. ¿Cuántas personas sabían que había hecho eso? Lo último que recordaba era que nos estábamos besando en la cocina.

Salí y era desalentador la escena de la casa. Leo estaba dormido en el pasillo con un montón de pulseras luminicentes y su disfraz de mariachi todavía puesto. Calipso salía de la habitación de huéspedes con la misma facha que yo, sólo que ella todavía era virgen.

Se acercó a mí, y caminamos juntas hasta el primer piso.

—¿Qué pasó anoche? —preguntó.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora