Capítulo 18: Hoy es mi maldita noche

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El traje de Reyna que olvidé poner en la imagen :v

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El traje de Reyna que olvidé poner en la imagen :v

Clarisse P.O.V

—Chica, no me voy a quedar una noche de sábado en casa. El maldito de Rodriguez dará una fiesta en su casa y nosotras vamos a ir. —le dije por teléfono a Annabeth.

—Clary, ¿segura que quieres ir? Odias a Chris y van a estar sus amigos.

—Odio más quedarme en casa un sábado para arrepentirme el domingo. Mis padres se fueron y no regresan hasta el lunes en la noche.

—No lo sé, Clarisse. No tengo muchas ganas de hacer algo hoy.

—Pues esa fiesta te va a animar. La casa del maldito es grande; va a tener luz de neón y repartirá pulseras. Busca algo lindo, rubia.

Colgué el teléfono. Sabía que Annabeth no iba a quejarse. No miento, Rodriguez hace de las mejores fiestas en Goode, porque sus padres están divorciados; sus hermanos menores pasan todo el fin de semana con su papá, y su mamá se marcha a casa de sus propios padres.

Entré en la habitación de Mark. Están sentado en u computadora revisando su Facebook. Cuando entré, me miró esperando a que hablara.

—Oye, ¿qué vas a hacer esta noche? —le preguntó.

—Estaba pensando en invitar a Kayla a salir.

—¡Metete en la cabeza que te frienzoniaron! ¡A Kayla le gusta Malcolm! ¡Deja a la chica en paz!

Se sentó de piernas cruzadas. —Ella olvidará al rubio inteligente y se fijará en el capitán del equipo de fútbol americano muy pronto.

—Como digas. —espeté. —Chris hará una fiesta en su casa. Te venía a preguntar si vas a ir.

—¿Irá Kayla?

—Le dije a Annabeth, por lo que es probable que vaya Malcolm. Él le diga a Kayla y sí, es probable ella vaya.

Mark se puso de pie, me dio vuelta a lo que yo no puse oposición, y me sacó de la habitación. —Debo arreglarme par una fiesta con mi futura novia.

—¡Ya quisieras! —grité cundo cerró la puerta.

Caminé a la habitación de al lado, donde estaba Piper dibujando una mandala en su cuaderno. Piper es buena con esas cosas; me gusta la manera en la que juega con la colores.
—¿Ya sabes que hay fiesta? —le pregunté.

—Sí. Entraré a mi baño cuando termine esta mandala. —levantó la cabeza para decírmelo, y en cuanto terminó, la bajó de nuevo.

Yo entré en mi cuarto y me metí a la ducha. Sí, iríamos a una fiesta en casa de Chris Rodriguez, un chico que no me agradaba. Pero era una fiesta con muchas personas, y no significaba que me lo encontraría a cada rato.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora