Capítulo 47: Una fiesta tensa

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Katie P.O.V

La noche de Sofi en Nueva York fue brutal.

Para empezar, Connor era quien iba conduciendo el auto y por poco arrolla no a una, sino a dos mujeres y un gato. La tercera vez que ocurrió lo mismo, Travis y él cambiaron de lugares.

Lo siguiente que hicimos fue ir a la heladería Ice Cream Dreams, donde trabajaba una amiga de Miranda. Mi helado por poco se derrite porque encontraba más interesante las historias de Sofi que él.

Claramente los chistes de Connor y Travis ayudaban a que fuese un gran momento. En la heladería sonaba música, comenzó a sonar una canción lenta que sonaban en todos los bailes de despedida.

-Katie. -me llamó Travis. -Siendo que eres mi novia, ¿te importaría hacer el ridículo conmigo bailando esta canción?

Puso su mejor sonrisa y extendió su mano hacia mí. Yo estaba deslumbrada y fue imposible rechazarlo, así que tomé su mano y nos pusimos de pie.

Él me abrazó por la cintura y yo me abracé de su cuello. Además de ser una persona que disfruta sacándole la risas a las personas, Travis Stoll es un gran bailarín.

-Oye, Travis...

-¿Sí, Katie?

-¿Alguna vez te has puesto a pensar que tal vez seamos el cliché más gastado de un drama adolescente común? Digo, nos odiábamos hasta hace unos meses en los que resultamos enamorados.

Él besó mi mejilla. -Katie, tú sabes que sólo fueron juegos de niños. Siempre me gustaste, y yo siempre te gusté.

-No me arrepiento de ser tu novia, Stoll.

-Yo tampoco, enanita.

***

Piper P.O.V

-¡POR TODOS LOS DIABLOS, CLARISSE; VAMOS CINCO MINUTOS TARDE! -grité desde mi auto, alterada con el cabello erizado como un gato y los ojos a punto de estallarme.

Clarisse corrió con su mochila de porrista a medio colocar intentando no dañar su peinado. Mi madre se divirtió mucho peinándonos y maquillandonos.

Era el día del partido... íbamos tarde. Nunca dejen que Afrodita las maquille.

Clarisse texteó su teléfono. -Todas nos están esperando.

-¡Ya lo sé, Clary, ya lo sé!

-No es para que te alteres.

Pasé todos los semáforos en rojo que pude y a la mayor velocidad posible. Llegamos antes de lo pensado.

Tomé la mano de Annabeth y estaba tan fría como la mía. -¿Nerviosa? -me preguntó.

-Ni te lo imaginas.

Annabeth se giró a nosotras. Los colores azul celeste y marino oscuro de su uniforme le sentaban bien. La cola de caballo con el gran moño y el maquillaje la hacían ver radiante.

-En estos momentos, nuestros chicos están en sus vestidores dándose animos y palabras bonitas. Nunca he sido porrista, pero les quiero decir que sé que vamos a salir de maravilla. -comenzó a caminar a lo largo de nosotras. -Los chicos van a salir a jugar, y nosotras que somos sus amigas o novias vamos a apoyarlos, y lo haremos bien porque somos talentosas, hermosas, listas y no nos importa lo que las básicas digan de nosotras. Somos lo mejor de lo mejor, y los mejores chicos se merecen lo mejor. ¿Queda claro?

-¡Sí! -gritamos al tiempo.

-Ahora, Percy, puedes pasar. -la puerta de nuestro vestidor se abrió y entró Percy junto con Nico, Will, Leo, los Stolls, y Michael Yew.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora