Un cliché más [CONTINUADA]

Capítulo 30: Pregúntale al atún

Annabeth P.O.V

Okay, yo sabía que corría el riesgo de ser expulsada por involucrarme en un disturbio escolar. Sabía que tendría sus consecuencias, pero, vamos, esas chicas merecían lo que les pasó.

¿Dónde habíamos quedado? A, sí, cuando Silena anunciaba la hora de muerte para Drew.

Luego de decir eso, Silena tomó a Drew de la coronilla mientras la arrastraba hasta la mitad de la cafetería. Quione, Laurel y Holly intentaron defenderla, pero Katie, Miranda y Calipso hicieron lo mismo con ellas. Las demás fuimos con ellas menos Rachel, quien todavía seguía muy petrificada de lo que estaba pasando.

Una de las otras amigas de Drew, Jiji, se me abalanzó, pero antes de que se acerca mucho a mí, le di una patada en el rostro con la punta de mi bota. M dolió a mí, eso le dejó una fea marca.

Todo el mundo nos rodeó. Cuando estábamos en el centro, lanzaron a Drew y sus amigas (que habían estado gritando todo el tiempo) para que pudieran defenderse. Algunas otras chicas salieron del tumulto y se colocaron junto a ellas, pero seguían siendo más pocas que nosotras.

—¡Estoy cansada-- no, TODAS ESTAMOS CANSADAS de tu maldita actitud! —le gritó Silena envuelta en ira.

—Creo que es hora de que te den una cucharada de tu propia medicina, maldita malcriada. —le dijo con el rostro fruncido Piper.

Bueno, a estas alturas, ustedes se estarán preguntando por qué yo me involucraba tanto en eso; literalmente casi mato a alguna allí ese día, pero 1) se lo merecían, 2) se metieron con una amiga, 3) se habían metido conmigo antes, 4) ésta la averiguarán más adelante.

La más molesta de todas era Quione, las demás estaban sorprendidas y todavía no salían del shock. Pero fue Quione quien se abalanzó primero directamente a donde estábamos Lou y yo. Lou le dio un puñetazo y cayó al suelo, luego intento levantarse otra vez y quedó matándose a golpes con Lou.

Yo desperté, porque Jenny Williams me tomó de mi coleta de caballo y pude ver su cara. Le pasé mis uñas por la cara y allí me soltó, así que le puse la pierna para que cayera justo frente a Clarisse, quien se encargó muy bien de cuidarla por mí.

Mi objetivo no eran las obreras, era la reina. Tenía que darle a Drew lo que se merecía, así que caminé adonde estaba ella, y tuve que empujar a alguna de sus chicas que me intentaron atacar. Ya saben, defendiéndome.

Silena estaba en el suelo sobre Drew mientras le decía una que otras verdades además de unas cuantas bofetadas.

—Oye, Silena, creo que es mi turno. —le dije.

—Por supuesto, Annie.

Silena se levantó y tomó a Drew de un codo, luego se hizo a un lado porque Holly Víctor intentó alejarme de Tanaka, pero nadie me quitaría el placer de golpear su bonita cara.

—Soy compasiva, Tanaka. Dejaré que te defiendas. Otra te golpearía mientras su amiga la sujeta.

—¡Vete al infierno, rubia tonta!

—Oh... —dije fingiendo dolor. —Y yo que​ pensaba dejarte dar el primer golpe.

Pensé que eran suficientes juegos, así que le di un golpe en el rostro. Cuando levantó la cara, su labio estaba ligeramente reventado. El padre de Drew había practicado artes marciales cuando era joven y le dio a su hija una que otra clase. Pero, eso había sido hacía muchos años y Tanaka sabía máximo dar una patada. Eso fue lo que hizo: me lanzó una patada un poco chueca, así que la detuve en el aire y tiré de ella, haciendo que Tanaka se fuera directo al suelo.