Capítulo 14: ¡BUM!

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Connor P.O.V

Esta hablando con Jason cuando mi mamá habló desde el piso de abajo. Lo que me asustó fue lo que dijo.

—¡Chicos, la familia Gardner está de visita!

Aunque fuera algo que me gustaba ocultar, nuestros padres eran muy amigos. Desde pequeños fuimos algo así como amienemigos, pero desde la división, sólo enemigos.

Las Gardners son muy mandonas. Y no me gusta que me manden.

Cuando bajé las escaleras con Travis, vimos a Katie y Miranda. Ellas fácilmente pasan como gemelas que se tiñeron el cabello. Miranda lo tiene rubio trigo con ojos verdes. Katie lo tiene castaño y ojos del mismo color. De resto, son idénticas.

Ni ellas ni nosotros pusieron buena cara al vernos. El más alterado era Travis, pues los problemas con su novia no le habían resultado bien.

—¿Se visten igual? —preguntó en voz baja, pero mi madre lo escuchó y le pellizcó el brazo disimuladamente —¡Au!

Las chicas rieron por lo bajo.

Mamá y la familia Gardner pasaron a la sala, así que papá y nosotros nos quedamos en la cocina. Puse cara para preguntar y extendí los brazos exigiendo una respuesta.

—Invitamos a nuestros amigos a casa y ellos vinieron con sus hijas. No le veo nada de malo a eso. —nos dijo con los brazos cruzados.

—Papá, vimos a esas chicas toda la mañana, ¿y ahora también toda la noche? —le dijo Travis.

—No es mi problemas que ustedes no se lleven bien. —nos dijo antes de salir.

Miré a Travis, quien se llevó las manos a la cabeza y se alborotó del cabello. —Me estoy volviendo loco. Ángela no me habla, tuve que pasar un día con Katie, y ahora tengo que ser un niño bueno. —se sentó en el paredón de la cocina.

Mamá regresó y continuó preparando la cena, mientras papá hablaba con Deméter y Eric, los padres de Katie y Miranda.

-—Travis Stoll, baja de ahí.

Mi hermano y yo salimos al jardín trasero donde tenemos una mesa y no sentamos. Travis desvió la mirada hacia la valla por donde a menudo Ángela entra para visitarnos.

—¿Para qué la quieres ver? —le pregunté.

—Sé que no es la chica para mí..., pero no quiero que todo termine así. Tengo que hablar con ella para que todo tenga un buen final.

—Entonces la vas a terminar... —le dije mientras le daba un sorbo a mi lata de coca-cola.

La puerta de la cocina se abrió y salieron Katie y Miranda. No tenía ni idea de qué estaban haciendo ahí si no queríamos vernos. Lo primero que pude pensar es que venían a reclamar de la vez que las besamos en la dulcería.

—¿Qué quieren? —preguntó Travis malhumorado.

—Ahhh, cambia esa cara, Stoll. —se burló Katie.

Ambas se sentaron en las otras dos sillas, quedando en medio de nosotros. Puedo decir que son mandonas, que son maternales, que son vegetarianas, pero no puedo decir que no son lindas. Cuando eramos niños, ellas tenían una apariencia muy tierna. En la adolescencia, una más... sexy.

—Nuestros padres nos obligaron a salir con ustedes. —dijo Miranda, quien estaba junto a mí.

—Siempre y cuando no comencemos una pelea, digan algo molesto, se pueden quedar. —dijo Travis.

Un cliché más [CONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora