4: De nuevo estaba dormida.

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Casi caí hacia atrás cuando me di cuenta de que me estaba mirando.

No lo podía creer. Fue como si realmente me hubiese escuchado o a su hermana.

No se había rendido, tal como se lo pedí, y ahora estaba despierta, mirándome, ahí estaba ella.

Istintivamente mis manos se presionaron contra sus mejillas. Ver sus ojos otra vez fue como si me aplastaran el pecho con todo el peso del jodido universo, me quede sin aire y no podía hacer más que mirarla.

Sus hermosos ojos grandes y brillantes eran lo más maravilloso que había en este mundo.

-Lu, estás despierta.- Susurre aún cerca de su boca y sonreí. Volví a temblar, pero de la euforia. -¡Estás despierta!- Grite y volví a besarla ansiando el movimiento de sus labios. Era un maldito afortunado. Moví mis labios sobre los suyos pero ella estaba estática. Me di cuenta de que no había dicho nada al despertar, no se había movido.

Me separe de ella solo un poco para seguir viendo sus ojos y estos demostraban miedo.

¿Que estaba pasando?

-¿Lucia?- Dije con cautela mirándola de arriba a bajo en busca de algo, no se que, sólo quería dejar de sentir el nudo en el estómago al verla de esa forma.

La puerta a mis espaldas se abrió pero no me giré para ver quién había entrado. Aún sostenía la cara de Lu entre mis manos y de la nada comenzó a gritar.

Inmediatamente mi memoria me llevo a ese día en su coche en el que también la había intentado besar, pero su grito me trajo a la realidad de nuevo.

Me separe de ella porque sus manos me empujaron lejos, comenzó a llorar mirando a su alrededor confundida y se presionaba contra la camilla intentando huir de mi.

No podía describir como me sentía. La felicidad se había evaporado de mi, no podía pensar en nada y los latidos de mi corazón se sentían por todo mi cuerpo.

-¿James, que le hiciste?- Pregunto Jenn tocando mi hombro mirando como su hermana lloraba y buscaba una salida pero no se atrevía a levantarse de la camilla.

Abrí mi boca para decir algo, pero de esta no salió nada.

Estaba en shock viendo como gritaba, asustada de todo. De mi.

Jenn salió a toda prisa de la habitación, supuse que a buscar enfermeras o a alguien que me explicara que carajos estaba pasando.

-¿Lu?- Pregunté de nuevo. Al parecer solo era capaz de decir su nombre.

Al ver que trataba de acercarme a ella, comenzó a gritar más fuerte, si es que eso era posible y me desgarro el alma ese sonido.

Jamás olvidaría ese sonido.

La puerta volvió a abrirse de nuevo y entro Jenn con dos enfermeras que me miraron a mi en busca de una explicación de porque Lu se había vuelto loca, pero yo esperaba que ellas me lo dijeran.

Las enfermeras comenzaron a hacer  sonidos calmantes hacia ella pero no se tranquilizaba.

Nuestros ojos se encontraron de nuevo.

Y sus ojos...no me reconocían.

Se alejó todo lo que pudo de las enfermeras y al ver que estaba conectada a los aparatos se los arranco sin ninguna consideración. Creo que me dolió más a mi que a ella.

Una enfermera salió de la habitación y la otra se acercaba a Lu pero esta se escapaba.

Sabía que a ella no le gustaba que le miraran cuando estaba expuesta, pero solo vestía una delgada bata de hospital y está se estaba abriendo por los bruscos movimientos de Lu, pero no parecía darse cuenta.

Enfermedad TerminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora