-¿Por qué estamos aquí?- Pregunté aferrada a su mano para no caerme, no veía absolutamente nada y me asustaba que me estuviera guiando entre las sombras.-Cállate.- Me ordenó estirándome tan fuerte de la mano que fácil podría haberme sacado la muñeca del lugar.
Deje de hablar dándome cuenta de que si lo hacía, ella ya no se ponía tan histérica y no sufriría ningún daño en mi cuerpo.
Después de no se cuento tiempo al fin me soltó y me quedé de pie en medio de la oscuridad viendo a todas partes, pero sin ver absolutamente nada.
Vanne parecía conocer tan bien este lugar que pudo encontrar el interruptor de las luces en medio de la penumbra e iluminó todo el lugar. Era una especie de fábrica textil, pero se veía que no estaba en funcionamiento desde hace más de dos décadas, quizá más.
No sabía que estábamos haciendo aquí, pero me daba miedo preguntar. No era ningún secreto que mi mejor amiga estaba un poco desorientada mentalmente.
Me había llevado a su casa en cuanto le dije que huiría de la mía, pero tiempo después había salido de su habitación llevando una enorme gabardina negra sobre su vestido color verde, no sabía cómo aguantaba esa prenda con este calor.
Pero en fin, aquí estábamos en medio de esta vieja fábrica.
-¿Sabes una cosa, Lu?- Se acerco a mi poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oído. También ella había cambiado mi atuendo soltándome el cabello y prestándome una camisa de hombre muy larga que escondía los pantalones cortos debajo de esta.
No me había dado ningún explicación al respecto, solo dijo que eso tenía mucho significado.
-Me agradaste más cuando no recordabas nada.- Acarició mi mejilla y fruncí el ceño sin saber de que estábamos hablando ahora. Bajo su mano poniéndola en mi hombro e hizo un puño con la tela. -Está camisa la usaba todo el tiempo.
Mire hacia abajo viendo la prenda.
-¿Y por qué estoy usando esto?
-Es la última imagen que quiero tener de ti. Usando su camisa y que el vea que todo esto es por su culpa.
De acuerdo, ahora sí que estoy perdida.
-¡Vannessa!- Escuche un grito y me asuste saltando en mi lugar haciendo que la mano de Vanne cayera de mi hombro. Una puerta de metal crujió cuando fue abierta, la luz entró por ahí haciendo que la sombra que estaba debajo del umbral no fuera posible de distinguir.
-Ahora comienza el juego.- Vanne aplaudió empujándome hasta que estuve sentada en una silla con el cojín roto probablemente por ratas. Me dieron escalofríos. -Ni se te ocurra moverte.- Me susurró en el oído de forma amenazante.
-¡Quítale las manos de encima!- La sombra se movió hacia nosotras y se podía notar perfectamente lo enojado que estaba. Empezó a tomar forma y vi unos ojos verdes intensos mirarme con desesperación.
-¿James?- Entrecerré los ojos viéndolo mejor y dio un paso hacia la luz revelando su rostro enfadado. Jamás lo había visto de esa forma. Ni siquiera cuando me estaba gritando hace unas horas en mi casa.
¿Que hacia el aquí?
-Lu, aléjate de ella.- Escupió las palabras con desprecio señalando a Vanne, detrás de mi.
Me enfurecí.
¿Como se atrevía a darme órdenes? ¿A mi? ¡Después de todo lo que me había hecho! ¡Después de todas las mentiras que me dijo para salir conmigo cuando en realidad solo sentía lastima porque el era el culpable de que hubiese perdido mi memoria! ¿Como siquiera se le ocurría hacer eso?
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Enfermedad Terminal
Teen FictionNo quería que su antigua yo desapareciera, me asustaba como la mierda saber que había una posibilidad de que no recordará nada. Y si ella no me recordaba, significaba que no me amaba. No más. No como yo lo hacía. No como ella lo había hecho alguna v...