13: Cita

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Rápidamente fui hasta el ropero y saque unos pantalones ajustados color negro, una blusa de licra del mismo color y una blusa a cuadros morada.

Corrí hasta el baño y me metí en la ducha a un tiempo récord.

Me cambié en el baño porque no me gustaba salir en toalla cuando había alguien en casa y estaba mamá.

Me seque el pelo con la toalla morada y cuando ya estuve peinada y cambiada, salí hacia mi habitación para mirarme en el espejo.

Me gustaba está ropa, pero no sabía si a James iba a gustarle.

¿Por que me importaba que le gustará lo que usaba?

Mire mi cabello suelto debatiendo me en si debería recogerlo, pero opté por dejarlo suelto. Me gustaba más.

-¿Por que te arreglas?- Me sobresalté al escuchar la voz de mi madre en el umbral.

Me toque el pecho tratando de que mi corazon latierá con regularidad.

-Saldré con James.- Dije con una sonrisa intentando que mi cabello se viera bien pero era rebelde.

Mamá se dió el gusto de pasar y sentarse en mi cama.

-Sabes lo que pienso de eso, Lu.- Me contuve de rodar los ojos porque me parecía un gesto grosero hacia mi madre.

-Mamá, no empieces.- Dije con un puchero como si tuviera dos años.

-No se cuantas veces más tengo que repetirlo.-

-Ni una más, mamá. Lo entendí perfectamente desde la primera vez.-

-Entonces no me explico porque no me haces caso.- Puso sus manos en sus estrechas caderas luciendo intimidante.

-Lo hago, no le haré ninguna pregunta, mamá.- Le dije maldiciendome por ser una mentirosa. En esa cita planeaba saber toda mi vida.

-No te creo.- Negó con la cabeza como si adivinará mis pensamientos.

Estaba comenzando a ser irritante.

-No quieres que recupere mi antigua vida, lo entiendo. Entonces deja que empiece una nueva.- Dije casi gritando.

-No es lo que yo quiera, no me hagas lucir como si fuera la mala.-

-No lo hago. Por más que quieras protegerme no recuperaré mi memoria encerrada en estas cuatro paredes. ¡Quiero salir, quiero ser solo una chica normal que tiene una cita con alguien a quien acaba de conocer!- Me pase las manos por la cara en signo de desesperación.

-¡El no es solo un chico al que acabas de conocer!- Gritó haciendo que diera un paso atrás.

Mire sus ojos en busca de algo, pero no me iba a revelar que clase de chico era para mi.

Salí de mi habitación enojada, bajando las escaleras y la escuché gritarme desde atrás que me detuviera.

En el instante en que baje, la puerta se abrió revelando a James que tenía una sonrisa pero al ver nuestras caras, se le borro.

-¿Esta todo bien aquí?- Pregunto con cautela.

-Entiende.- Mamá me agarró del antebrazo.

-¡No le preguntaré nada! ¡Si no voy a recuperar mi antigua vida, quiero comenzar una nueva!- Me solté de su agarré con un movimiento brusco.

-Pues la nueva tú, no me está agradando para nada.- Me lanzó una oscura mirada tan potente que me fue imposible no derramar una lágrima.

¿La mirada?

Enfermedad TerminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora