Mire al suelo viendo mis pies dar pasos, uno delante de otro.
Mi madre siempre me decía que debía de tener la cabeza bien en alto, que una princesa jamás agachaba la cabeza pero a mi me gustaba mirar al suelo. Mirar mis pies.
Me quede frente al colegio esperando a mi mamá, pero como nunca llegó, decidí irme yo solita. Ya era una niña grande, y mi casa no estaba lejos, así que podía irme, mi maestra no me vio irme, ella me habría detenido. Que bueno que no me vio.
Mi papá se reiría conmigo cuando les contara que me fui sola, el siempre estaba defendiéndome de mamá cuando me regañaba.
Mi papá es la mejor persona, siempre les decía a todos lo bueno que era con nosotras, es nuestro rey y el nos ama.
Todos los saludaban, el señor de la tienda, el panadero, pero sobre todo las vecinas. Siempre le decían a mi mamá que les hubiera gustado tener a mi papá, pero era mío, es nuestro.
Nadie más tendría a mi papá.
El me lee cuentos en la noche, siempre va a arroparme y me lee. Quiero aprender a leer mejor, quiero ya no trabarme con las palabras para poder leerle a mi papá. Quizá ahora yo sea quien lo arrope y le lea.
Me gusta leer, y me gusta más que el me lea. A veces me deja sus libros, pero no entiendo lo que dicen, hablan sobre números, y está...estadi...¿como era la palabra?
¡Estadísticas!
Sea lo que sea que signifique eso.
Me gustan más mis libros, cuando bella se enamora de bestia, me gusta cuando Alicia va al país de las maravillas, yo también quiero ir ahí y comer un trocito de ese pan que te hace crecer, quiero ser más alta. Quiero ser tan alta como mi papá.
Mi hermana está más alta que yo, y yo soy mayor. Eso no es justo.
Escuche como una puerta se abría, conocía a la señora, nos llevaba dulces a mi hermana y a mi, así que espere verla para que me diera dulces solo a mi, ya que mi hermana no venía conmigo, ella estaba muy pequeña para irse sola. Yo soy grande.
Pero cuando la puerta se abrió más y salió una persona, no era la señora, era mi papá.
Me quede quieta viendo como papá hacia sonreír a la señora con algo que le decía. La señora de los dulces le limpió la mejilla a mi papá, que estaba roja con esa cosa que se ponía en la boca que la hacia verse como un payaso.
Y luego mi papá la beso. En la boca. Como hacía antes con mi mamá.
Mi mamá me dijo que nunca debía de besar a nadie en la boca, que estaba pequeña y que estaba mal. Y que cuando creciera y tuviera novio, no debía de besar a nadie más en la boca.
Y papá tenía novia, esa era mi mamá.
No, no...mi mamá era otra cosa. Era su esposa.
¿Por que mi papá besaba a alguien más?
La señora se separó de mi papá y le dijo algo, pero no los pude escuchar. Después ella cero la puerta y papá bajo las escaleras con una sonrisa.
El nunca sonreía de esa manera.
Me daba miedo esa sonrisa. Esa no era una sonrisa.
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Enfermedad Terminal
Novela JuvenilNo quería que su antigua yo desapareciera, me asustaba como la mierda saber que había una posibilidad de que no recordará nada. Y si ella no me recordaba, significaba que no me amaba. No más. No como yo lo hacía. No como ella lo había hecho alguna v...