-Esto es abuso de poder.- Dije abrochándome el suéter intentando alejar el frío invernal.
-Es mío, ¿dime por qué no puedo usarlo?- Preguntó agarrando mi mano y entrelazando nuestros dedos.
Mire hacia atrás donde un sujeto cargaba nuestras maletas.
-Porque el avión es de la compañía y tú lo usas para otra cosa. No es justo para los empleados.- Dije como excusa frunciendo los labios con enojo.
-Solo estás molesta porque no viajaremos en una aerolínea pública y no podrás saber a donde vamos.- Me cedió el paso para subir las escaleras y así lo hice adentrandome en el avión privado.
Nunca había viajado en avión y me alegraba que mi primera vez fuese con James.
El parecía saberlo todo, como si tuviera una solución para cada problema incluso antes de que este se presentará.
-¿Ya te dije que odio las sorpresas?- Pregunté con sarcasmo caminando hasta uno de los sofás y sentándome en él.
-Siempre lo dices.
-¡Lo digo siempre que haces una! ¿No puedes simplemente decirme hacia donde vamos? Mi madre se preocupara si no sabe donde estoy.- Me quité la bufanda del cuello ya que el avión estaba climatizado.
-Tu madre confía en mi.- Se sentó a mi lado pasando un brazo por mis hombros.
Mamá había vendido la casa donde vivíamos para mudarse con Darrell, y una semana después de llorar por perder mi hogar me di cuenta de que James la había comprado.
Ahora vivíamos los dos ahí, pero seguimos teniendo los estados de Facebook como "en una relación" en lugar de "casados".
Ya casi había perdido toda esperanza.
-Todo el mundo confía en ti.- Dije haciendo referencia a los contratos que había firmado solo está semana.
La mayoría eran con mujeres y eso me tenía muy ansiosa, pero después de que James hiciera una cena de beneficiencia y me mostrará a cada una de sus socias como "el amor de su existencia", la ansiedad se había ido.
-¿Por qué tú no?- Pregunto ocultando el dolor en su voz. Aún seguía un poco resentido respecto a las acusaciones que le hice cuando estaba en las garras de Vanne y sabía que tomaría un tiempo olvidarlo.
-Confio en ti.- Me incline hacia él con la intención de darle un beso rápido, pero me agarro de la nuca manteniendo nuestras bocas juntas. Saboreo con lentitud mis labios y luego se hundió en mi boca de gustando cada parte.
Amaba los besos de James. Eran de otro mundo.
¿Como pude sobrevivir sin ellos?
La voz del piloto nos interrumpió y me separe de el como si nos hubieran pescado infraganti. Anunciaron que estábamos a punto de despegar y sentí un nudo en el estómago.
-¿Estas bien?- Preguntó cuando agarre su mano y la apreté con fuerza.
-Si, si, si estoy bien.- Asentí pero pareció más como si estuviera temblando. Íbamos a estar a miles de pies del suelo, si el avión se estrellaba no había ninguna posibilidad de sobrevivir.
Podríamos perder las turbinas, las alas, el piloto podría desmayarse. Yo no sabía como manejar un avión, muy apenas sabía conducir un auto.
Ojalá hubiéramos ido en Maxon. Mi hermoso bebé.
Esperaba sobrevivir para poder darle un beso cuando regresaramos a casa.
James se levantó haciendo que lo soltara.
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Enfermedad Terminal
Teen FictionNo quería que su antigua yo desapareciera, me asustaba como la mierda saber que había una posibilidad de que no recordará nada. Y si ella no me recordaba, significaba que no me amaba. No más. No como yo lo hacía. No como ella lo había hecho alguna v...