Hasta aquel momento creí que habíamos sido nosotros los que le habíamos dado las sorpresas a Annie, pero cuando vimos a Johanna en la puerta, con su moreno de piel, su pelo oscuro y su típica sonrisa vacilona, me di cuenta de que había estado equivocado.
-¡Johanna! - Finnick se enganchó fuerte al cuello de Katniss, pero eso no impidió que Johanna y ella corrieran a abrazarse en cuestión de segundos - ¿Pero qué haces tú aquí? Ni siquiera sabíamos si seguías viva - Dijo Katniss, sin apartarse de ella.
-Hace falta algo más que una imitación barata de un Santa Claus hortera para acabar conmigo, Kat - Dijo ella, refiriéndose a Snow y provocando que me riera fuertemente con su comentario - Peeta, qué cambio, qué pedazo de... ¿Qué te han hecho? - Dijo, fijándose en mí - Dime que esta inútil finalmente acabó enrollándose contigo o no volveré a hablarle.
-¡Johanna! - Se rió Katniss.
-Algo así - Dije yo, avergonzado ante su poca sensibilidad pero increíblemente contento de volver a verla. Soltó a Katniss y nos abrazamos con fuerza.
-Como debe ser, sí señor - Me dijo, volviendo a mirarme de arriba abajo - No sabéis lo que me alegro de veros. Lo he pasado fatal hasta ahora, me acordaba muchísimo de vosotros, pero por suerte supe que habíais vuelto al 12 sanos y salvos.
Katniss había soltado a Finnick en el suelo y le daba la mano. Él nos miraba curioso.
-Tú estás guapísima - Dijo - ¿Cómo es que has llegado al cuatro?
-Es un poco largo de contar, pero en resumen, digamos que estuve con Annie hace algunas semanas y me comentó que vendríais. No iba a perdérmelo. Quisimos que fuese una sorpresa y veo que ha funcionado. Finnick, ven aquí, te he traído una cosita. Entremos dentro, Annie está haciendo la cena.
Los nudos de dolor de mi interior se aflojaron un poco más cuando fui consciente de que otra persona más, una buena persona que había luchado contra viento y marea por la libertad y la paz, había sobrevivido al horror. Nuestra amiga Johanna, esa mujer que con su vitalidad y humor por momentos nos contagiaba la sensación de que nada malo había pasado. Justo lo que necesitábamos.
-La Constitución la aprobarán de un momento a otro - Decía Johanna esa noche, durante la cena. Habíamos sacado una mesa al jardín para disfrutar del aire fresco -. No creo que Paylor vaya a tardar mucho en hablar de eso.
-Pues hasta que eso no pase, yo no me voy a quedar tranquila - Dijo Katniss -. Y después tampoco lo estaré del todo.
-Habrá que confiar en el sistema, Kat - Dije yo, mirándola -. Hemos sacrificado demasiadas cosas como para no hacerlo.
-Pues por eso mismo, Peeta - Me respondió - Todos sabemos que la democracia aún es muy joven y que a los partidarios de Snow y de Coin no se los ha tragado la tierra.
-¿Y qué podemos hacer mientras tanto? - Preguntó Annie - Peeta tiene razón, no podemos hacer nada más que confiar.
-Y estar alerta... - Siguió Katniss, alzando las cejas con escepticismo mientras revolvía su plato con un tenedor.
-No te digo que no, Katniss - Continuó Annie -, pero yo tengo a mi hijo y no me queda más remedio que ser positiva.
-Lo sé.
-Yo estoy con Annie - Dije -. Además, estoy seguro de que Paylor será una excelente presidenta y que la Constitución se hará con su mejor voluntad.
Nadie añadió nada al respecto.
-Bueno - Dijo después Johanna, levantándose y recogiendo algunos platos -, creo que yo me iré a dormir. Estoy cansada y mañana me quiero levantar temprano para ir a nadar.