Plebiscito

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Ninguno de nosotros tenía ni idea de cómo funcionaba una democracia, excepto por lo que nos habían explicado de niños y adolescentes en la escuela. Pese a todo, el solo hecho de saber que democracia significaba poder del pueblo, ya nos tenía a todos más que embriagados. Democracia se había convertido en la palabra de moda de aquellos días en todo Panem.
Muchas cosas eran ahora diferentes. Por ejemplo, ya no éramos doce distritos, sino trece, más el Capitolio, el centro neurálgico pero ya no dictatorial de nuestro país. Hubo algunos momentos en los que, a pesar de la buena voluntad y gran predisposición de la gente a involucrarse en las elecciones, ninguno de nosotros supo muy bien cuál era su rol en aquel nuevo sistema. Sabíamos que nos iban a permitir votar, que iba a haber unos candidatos para la presidencia del país y también unos candidatos para la alcaldía de cada distrito, pero se vivía un ambiente parecido al de un evento mágico. Se diría que salíamos a la calle esperando ver dragones volar o unicornios paseando por las aceras. Para nosotros, y bien triste es decirlo, un sistema de libertad era una total utopía.
Nos quedamos con la boca abierta en aquellos días, cuando empezaron a llegar encargados del Capitolio y todo el distrito quedó engalanado con banderas, carteles y propaganda de los candidatos a presidente.
Yo mismo encontré muy pronto una mañana mi buzón lleno de publicidad, y para mi sorpresa comprobé que Paylor volvía a presentarse candidata.
Otra novedad que nos dejó perplejos y fascinados fue saber que no había que ser un aristócrata o una persona rica para poder presentarse a las elecciones, sino que cualquiera podía hacerlo, presentando un programa para que los ciudadanos pudiéramos votarle. Esto desató el nerviosismo de Katniss cuando, la misma tarde en la que recibimos los folletos de propaganda, en las noticias se habló de que grupos liberales estaban pensando en ella como candidata. Durante semanas apenas se había hablado en la televisión de algo distinto a la política, pero definitivamente aquello colmó su paciencia.
En cuanto escuché la noticia salí de mi casa y corrí a la suya, en donde me abrió la puerta sin saludarme y continuó con el teléfono. Estaba bastante enfadada.
-No, y es la última vez que lo repito, no quiero entrevistas, y no, no pienso presentarme a nada, solamente quiero vivir tranquila y no recordar nada de todo aquello. Dejadme en paz, por favor.
Y colgó con todas sus fuerzas. Estaba roja como un tomate.
-Sí, ya sé lo que me vas a decir - Me dijo, sin ni siquiera saludarme - ¿Están locos? ¿Yo, presidenta de Panem? ¿Pero qué les pasa? No quiero saber nada sobre política. ¡Nada!
-Eres el Sinsajo. Has luchado por la paz. Todo esto está como está gracias a ti. Yo creo que no es tan mala idea.
Katniss me echó a patadas de su casa y pasé el resto de la tarde en la de Effie, leyendo los folletos en los que se describía el proceso de votación.
-Aquí dice que la semana que viene todos los ciudadanos tienen que ir al Ayuntamiento de su respectivo distrito a inscribirse como votantes. Y podemos votar todos los mayores de edad - Dije, leyendo.
-Se sabe que en épocas de antes de los Días Oscuros durante mucho tiempo no pudieron votar las mujeres. E incluso en algunos momentos de la Historia, solo los hombres que fueran ricos y no esclavos podían hacerlo - Me contó Effie.
-¿Existía la esclavitud en esos tiempos? - Me sorprendí yo.
-Ya lo creo - Afirmó ella - Se ha perdido mucha información, pero bueno, sabemos que los humanos existimos hace millones de años, así que... Imagina la de cosas que habrán pasado. El mundo no es nuevo, Peeta.
Yo me di cuenta de mi ignorancia e ingenuidad. Nunca me había parado a pensar en esas cosas. Me prometí empezar a hacerlo, e incluso a investigar sobre ello.
Los candidatos a la presidencia se habían agrupado en lo que llamaban partidos políticos, y supimos que estos eran grupos de personas con intereses gubernamentales, con ideas particulares sobre el método de gobierno. Los había más liberales y más conservadores. Sin embargo, Paylor proponía una forma de gobierno completamente distinta a esta, y que provocó la polémica de manera instantánea.
-¿Por qué existe Panem? ¿Os habéis preguntado eso alguna vez? - Se dirigía al país en su discurso protocolario para dar a conocer sus propuestas, días más tarde - Panem existe porque hubo una guerra que asoló el planeta. Una guerra provocada por unos sistemas de gobierno que nos llevaron irremediablemente a la catástrofe. El poder estaba hecho para los poderosos. ¿Queremos volver a eso? No por mi parte. Mi interés en gobernar no es el dinero, no es tener la potestad de un país. Mi interés en gobernar es la democracia, y esto significa que quiero que seáis vosotros los que mandéis. Desde aquí, desde el Capitolio, os pido, es más, os imploro, que acudáis a mí. Todo aquel que esté interesado en ayudar, en colaborar, en participar en el juego democrático, será bienvenido a este gobierno. No importa si sois ricos, pobres, hombres, mujeres, trabajéis o no. Lo único que importa es que seáis personas dispuestas a no ganar una sola moneda con esto, sino solo la libertad, el derecho y la justicia para vosotros y para todo Panem. Por favor, ayudadnos.

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