Cartas

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Supongo que no es necesario que explique cómo fueron los siguientes días. Al mediodía del día siguiente a lo que había ocurrido entre nosotros, Effie y Haymitch nos invitaron a comer a su casa. No se sorprendieron cuando entraron y nos vieron en pijama, abrazados en el sofá, desayunando las tostadas que yo había preparado, pero Effie sí nos miró con suspicacia cuando estábamos sentados a la mesa a la hora del almuerzo y no dejábamos de lanzarnos miradas cómplices y sonrisas, pero sin abrir la boca para decir una sola palabra.

-¿Os ha comido la lengua Buttercup? - Preguntó, mientras servía los postres y nosotros nos reíamos por lo bajo, volviendo a mirarnos - Chicos, ¿qué os pasa hoy?

-Es… El amor, Effie - Dijo Haymitch, quitándole importancia - Atonta las mentes.

Y bien lo sabía él. El huracán de pasión y frenesí en el que nos habíamos metido Katniss y yo se escapaba hasta de nuestras manos. Las vacaciones de Navidad fueron memorables. Jamás pasé tanto tiempo tapado apenas con unas mantas, a pesar de la nevada propia de la época, y perseguir a Katniss por la casa prácticamente en cueros se convirtió en un juego de idiotas enamorados que a la hora de comer se tiraban harina o chocolate a la cara y se partían de risa con eso. Parecíamos dos críos de veintidós años excepto cuando el desenfreno nos podía y corríamos hacia el dormitorio. Inventamos cuentos imposibles en nuestras largas charlas frente a la chimenea, salimos a pasear por el bosque y a contarle a Prim lo enamorados que estábamos y lo felices que ahora éramos. Llegábamos a casa y sobraba todo excepto nosotros. No entraré en muchos detalles, pero creo que aquella fue la época más erótica de toda mi vida.

Por desgracia, se terminó cuando acabó el año y yo tuve que volver a la universidad. La mala noticia fue que había llegado la época de exámenes y no volvería a casa durante un mes. Cuatro fines de semana completos sin ver a mi Katniss. La mañana en que cogí el tren ella me acompañó antes de marcharse a impartir sus clases en el colegio, y yo sentía una mezcla de enfado y ganas de besarla. No concebía cómo después de todo lo vivido iba a poder estar un mes entero sin verla y, lo que era peor, haciendo esfuerzos por no pensar en ella por tener que estar concentrándome en estudio y exámenes.

-Un mes se pasa muy rápido, Peeta - Me consoló, mientras esperábamos al tren del Capitolio y me cerraba el botón de arriba del abrigo, que siempre se abría solo -. Terminarás tus exámenes y te irá muy bien. Ya tendremos tiempo de vernos después.

Yo fruncí el ceño.

-Te voy a escribir todos los días - Le aseguré.

-¿No es mejor que hablemos por teléfono? - Se rió.

-También hablaremos por teléfono. Pero te escribiré, que es romántico, ¿no?

Movió la cabeza como si yo fuera imposible y me besó muy fuerte, durante mucho rato, pero a mí se me pasó rapidísimo. Cuando quise darme cuenta, ya estaba de vuelta en el Capitolio.

"Katniss, mi amor,

Solo hace cuatro horas que llegué y ahora mismo se supone que debería estar abajo, en el comedor, pero me moría por escribirte. Llámame cursi, pero ya te echo de menos. Todo se ve tan vacío sin ti…"

"Peeta,

Eres un exagerado sin remedio…. Pero no puedo negar que me encantan estas tonterías que haces. Espero que por el Capitolio haga menos frío que aquí. Anoche cayó tal nevada que esta mañana la escuela se mantuvo cerrada. Aproveché para ir a ver la panadería, que…"

"Katniss, cariño,

Ya he hecho mis dos primeros exámenes, de Dibujo y de Filosofía del arte, y creo que me han ido bien. Te extraño muchísimo, me despierto y me creo que estás a mi lado, pero no… Espero que todo vaya bien por el 12. También echo de menos a Effie y a Haymitch. No te olvides de recordar a Delicate que uno de los hornos tenía que repararse. Te quiero, te quiero, te quiero"

"Peeta, amor,

Anoche Sae tuvo que ser ingresada en la clínica del distrito. Jane vino a avisarme de que tenía un ataque de tos y fiebre muy alta. No pude hacer nada excepto llamar al doctor Aurelius. Espero que se ponga mejor y que el último examen también lo hayas aprobado. Te quiero…"

"Katniss,

Siento mucho lo de Sae y espero que pronto se ponga mejor. ¿Has hablado con Jane? Mis exámenes han salido bien y espero llegar a tiempo la semana que viene para ver a Sae en su recuperación. No te olvides de que te quiero con todo mi ser"

"Peeta, 

Sae parece mejor. He estado cuidando de sus nietas mientras tanto, y la escuela va bien. Con la compañía de las niñas siento la casa menos vacía. Estoy deseando que llegue el viernes para volver a verte, mi amor. Te quiero. Siempre"

"Katniss, cielo

Me alegro tanto de la mejoría de Sae… Ya tengo las maletas hechas, a pesar de que queden días, y cuando llegue el viernes cogeré el tren de primera hora de la tarde. Tenemos que celebrar lo bien que me han ido mis exámenes. Tú me quieres, pero yo te adoro…"

-Peeta - Katniss me recibió en el andén la tarde del viernes, como siempre, pero cuando fui a lanzarme a sus brazos, su rostro serio me detuvo.

-¿Qué pasa? ¿Va todo bien?

Me cogió la mano y me miró.

-Peeta, no sé cómo decirte esto, pero… Sae murió anoche.

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