Genki había subido a la colina con Shiho, esta parecía ensimismada mirando por su telescopio y tomando notas. Él miraba las estrellas ensimismado en sus pensamientos.
"No me voy a rendir, no me voy a rendir, sé que lo conseguiré, no importa las veces que caiga, mientras tenga una posibilidad, por pequeña que sea, seguiré levantándome. Sé que si no me rindo lo conseguiré"
—¡Eh! ¡Yamada! ¿Te encuentras bien?
—¿Que pasa? ¿Ha pasado algo?
—No hace falta que te quedes a acompañarme, tus amigos te estarán esperando.
—¿Mis amigos? Pues no creo ni que me echen de menos.
—¿Estás seguro? Anda y ve con ellos.
—¡No! Me quedaré aquí y te protegeré.
—Muchas gracias pero no veo de que me vas a proteger.
—Siempre hay peligros, el mal nunca descansa.
—Como quieras "Llanero Solitario" ¿Te interesan las estrellas?
—¿Por qué estás sola en un día como hoy?
—¿Por qué estás tú solo? Di ¿te interesan? Anda mira por el telescopio verás que maravilla.
Genki miró y no tardó en exclamar de forma pomposa.
—¡Es increíble! ¡Qué bien se ven!
—¿A que sí? Es un telescopio muy potente, no lo parece pero tiene un objetivo de... no importa, es muy bueno.
—¿Qué es eso?
—A ver... déjame. Eso es Marte ¿No es precioso?
—Sí que lo es. Enséñame más.
—Mira, ahí está Venus... ¿Lo ves? A Venus le llaman "la estrella vespertina" o "el lucero del alba" porque es la primera estrella en aparecer y la última en irse.
—Mooooola.
—¿Quieres ver a Orihime y HIkoboshi? Son los protagonistas de este día.
Genki empezó a encontrar aquello de mirar por el telescopio algo realmente apasionante, tanto que enseguida olvidó que había dejado en la noria a Momoka con Nowaki y a todos los demás
...
Hizashi y Karura se habían separado de Kohaku y Himeko. Karura quería mucho a su hermano pequeño y deseaba ayudarle, sabía que le gustaba Himeko pero que no se atrevía a decirle nada, más aún, no quería decirle nada pero estar un rato, aunque fuera poco, paseando con Himeko, a solas, era para él casi un sueño.
Había dicho que quería estar a solas con Hizashi. Todos pensaron que sería por algo romántico porque todos sabían que ellos dos tenían algo, no sabían muy bien el qué pero algo había, así que tanto a Himeko, como a Kohaku les pareció normal que quisiesen estar a solas, incluso Himeko comentó de soslayo que le parecía algo romántico.
Lo malo de esa excusa es que Hizashi también pensó que Karura quería "algo", a fin de cuentas ellos eran más que amigos... pero no, no se trataba de eso.
Karura no quería hablar, no quería tener que dar explicaciones de ningún tipo, se apoyó en un árbol del solitario parque donde habían terminado ella y se cruzó de brazos. No quería pero era consciente de que debía hacerlo, ella no era una cobarde que diera la espalda a sus problemas, nunca lo había hecho y no iba a empezar ahora.
—Lo siento —dijo finalmente.
—No pasa nada —contestó Hizashi, en cuyo rostro no parecía reflejarse ningún tipo de asombro o desilusión.
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Hola, cielo
Genç KurguSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...