El primer día de clase después de las vacaciones siempre era muy bullicioso, había demasiadas cosas que contarse, pero al final del aula estaba el grupo compuesto por Ryuko, Xu-Xu, Jisei y Sumire más alborotado de lo habitual.
—¿Que tal el trabajo? —preguntaba Ryuko, la más discreta, a Akane.
—¿Qué tal con Aki? —interrogaba Sumire.
—¿Cómo dormisteis? —Se interesaba Xu-Xu.
—¿Os hago una descripción detallada o con un rápido resumen os vale? —contestaba algo aturullada por tanta pregunta la interrogada.
—Una descripción detallada —respondía tajante Xu-Xu.
—Cuanto mas detalle mejor —añadía Sumire.
—Bien, vale, pues veréis: llegué, cené y me metí en la cama, antes me puse mi pijama, claro. Esta mañana me desperté, me duché, me vestí y llegué aquí y respondí vuestras preguntas.
Jisei se acercó a ella entrecerrando los ojos.
—¿Por qué tu aura tiembla?
—Y yo que sé, ni siquiera sabía que las auras temblasen.
—¿Que nos ocultas?
—Está bien, está bien. Akira me llevó hasta los laboratorios, hablé con las otras personas que se ocupan de la limpieza, muy agradables, por cierto; después el padre de Akira me llevó a su casa y cené con ellos y luego preparé una bañera a Akira, quería agradecerle su paciencia y mientras él me hizo un chocolate calentito y me regaló una flor y yo le da un masaje y se quedó dormido.
Sumire gritó como enloquecida.
—¡Aki, por dios! —exclamó Xu-Xu hacia donde el chico estaba sentado—. ¿Te quedaste dormido?
Akira se giró y se rascó la cabeza.
—Era tarde, tenía sueño.
—¡Que cosa más tonta de hombre! —gruñó Xu-Xu mientras se separaba del grupo—. Me voy para mi clase.
Karasu llamó la atención de Sumire, algo quería enseñarle y Jisei volvió a acercarse con cara inquisidora a Akane.
—Tu aura sigue temblando —susurró.
—Esta bien —habló en voz baja mirando a su alrededor—. Me quedé dormida en su futón.
Jisei la miró de lo más sorprendida.
—¿Cómo puede pasar eso?
—Pues... me dormí.
—¡Pero te metiste en su futón! —exclamó Ryuko con voz ahogada.
Akane afirmó con la cabeza.
—Claro —dijo Jisei a Ryuko—, eso es algo muy normal, uno suele meterse en el primer futón que encuentra para dormir.
—Ya sabía yo que no ibais a entenderme.
—Te metiste en el futón de Akira —sentenció Jisei—. Hay poco que entender.
—Pero él estaba dormido.
—Claro, ya que más daba.
—Es que me sentía sola.
—¡Tócate los lereles! —exclamó de nuevo Ryuko.
—No lo entendéis, de pronto me sentí muy mal, sola, como abandonada, era como que se habían deshecho de mí, sentí como que a nadie le importaba, que mi madre y mis hermanos estarían tan tranquilos, que seguramente ni me echarían de menos, estarían en casa, viendo la tele, riendo como si nada y me sentí muy mal y Akira me había hecho un chocolate y me regaló una flor y me dejó una nota que decía "Bienvenida. Espero que te sientas a gusto" y quería estar a su lado, solo un momentito, solo quería sentir un poco de... no sé, no sé por qué lo hice pero sin darme cuenta me quedé dormida.
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Hola, cielo
Teen FictionSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...