Buscaron una explanada para acampar, era un sitio precioso no muy lejos del río. Para que fuera más cómodo el traslado de las tiendas llevaban 3, una de 4 plazas, otra de 2 en la que cogían perfectamente 3 personas y una individual donde había sitio para 2.
—Esto está muy claro —decía Chiharu—. La abuela lo ha hecho a propósito. La grande es para las chicas, la mediana para Nowaki, Kohaku y Kyojin y esta pequeña para la pareja de novios.
—¿No estarás insinuando que uno de esos novios soy yo? —gruñó Akane.
—Está clarísimo, mis abuelas son muy modernas, este es vuestro nidito de amor.
—A ver, loca —habló Akira antes de que estallara de nuevo Akane—. Tu teoría tiene una gran base pero es que las tiendas las he escogido yo, pesada.
—¡Entonces eres tú el que quiere pasar la noche con Akane! —declaró triunfante Minako.
—No pienso pasar la noche contigo —advirtió Akane.
—No se por qué no, ya pasaste una noche con Kamui.
Minako y Chiharu comenzaron a hacer ruiditos nerviosos.
—Eso fue distinto y vosotras callaos ya, no voy a pasar la noche con él. Akira diles algo, diles que no es así.
—¿Tanto te molestaría pasar la noche conmigo? —dijo con tono aburrido.
—¡Akira!
—Ahhh... está bien. A ver, Chiharu, en la tienda grande dormiremos los cuatro chicos, tú y Minako en la pequeña y Akane, Himeko y Ryuko en la mediana, esa era la idea. Y tú, chica desconfiada ¿de veras pensabas que quería pasar la noche contigo?
—¿Y por qué no? —Cuestionó Nowaki—. ¿Es que tiene ella algo de malo?
—Nowaki, no calientes el tema, haz el favor.
Minako miraba el interior de la tienda pequeña.
—Es muy pequeña ¿no?
—Entráis vosotras dos perfectamente —respondió Akira.
—Pero es que es muy pequeña —insistía—, vamos a estar muy apretadas
—Es que a mi hermana le gusta dormir bien espatarrada —aclaró Nowaki.
—No pasa nada —intervino Himeko—. Pueden dormir en esta tienda Ryuko y Akane y nosotras tres en la mediana.
—¿No te importaría? —Minako se acercó a ella tomándola de las manos y mirándola con ojillos tiernos.
—No, claro que no.
—¡Ay que bien! Entonces hacemos eso ¿vale?
—Deja de comportarte como una mimada caprichosa —regañó Nowaki a su hermana.
Akira las observaba disimuladamente, le llamaba la atención el silencio de Akane y que no propusiese nada y enseguida se dio cuenta al ver como miraba la tienda pequeña: recordaba que Akane, cuando ellos se quedaron encerrados en el ascensor lo pasó francamente mal y reconoció ser claustrofóbica. Ahora que lo pensaba, si de pequeña la encerraban durante horas en un armario era lógico que tuviese terror a los espacios cerrados y pequeños, todo encajaba perfectamente.
—¿No te gustan las tiendas pequeñas, Akane? —dijo, no con intención de molestarla si no para que Ryuko, siendo su amiga y conociéndola cayese en su problema de claustrofobia.
Akane no contestó pero Ryuko captó la indirecta.
—Mejor Himeko y yo dormimos en la pequeña —propuso—. Y que Akane duerma con su "cuñadita", tenéis que ir conociéndoos.
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Hola, cielo
Novela JuvenilSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...