Karasu conducía por las calles de Kizuna hasta la casa de Sumire, esta, en lugar de disfrutar del paseo como otros días, no podía dejar de pensar en lo que había pasado y una especie de revoltijo iba creciendo en su estómago.
Cuando Karasu detuvo la moto y se bajó para ayudarla ella se quejó quieta, absorta en sus pensamientos.
—¿Te pasa algo? —preguntó extrañado al verla tan paralizada.
—No... Esto, Karasu ¿Te importaría llevarme a casa de Jisei?
—¿Crees que es buena idea? Lo mismo necesitan estar a solas.
—No lo se —dijo con bastante angustia—, pero se que tengo que ir, sé que tengo que estar con Jisei y con Ryuko. No sé qué pasa y creo que no voy a poder ayudar a Akane pero... siento que mis amigas me necesitan.
—Está bien —dijo conmocionado ante la voz angustiada de Sumire y volvió a subir a la moto.
Cruzaron el camino, no muy largo, que separaba ambas casas y de nuevo bajó para ayudar a Sumire que esta vez sí lo hizo.
—Muchas gracias, Karasu.
—¿Quieres que espere?
—¿A qué vas a esperar?
—Por si sientes que molestas y quieres irte.
—No te preocupes , mi casa no está lejos, puedo ir andando. Además seguro que van a venir Akira, Kyojin y Hisoka, Hisoka seguro que viene, él me ayudará.
—¿Estás segura?
—Que sí, tú vete tranquilo ¡Ah! Y muchas gracias.
En otras circunstancias Karasu se hubiese quedado para llevar de vuelta a su casa a la chica pero no se encontraba con ganas de nada, solo quería llegar a su casa y hablar con su madre.
Tras quedarse sola frente a la puerta del bloque de apartamentos donde vivía Jisei, Sumire respiró profundamente y entró. Llegar hasta la puerta de la casa no fue difícil, una vez allí tocó el timbre y esperó sintiendo ese revoltijo en su estómago.
—¿Inari-sensei? —dijo asombrada al ver quien le había abierto la puerta.
—¿Sumire?
—Venía a ver a Jisei ¿Esta es la casa de Jisei?
—Sí, claro, pasa, si yo ya me iba, solo he subido para ayudar.
—¿Es Kisuke? —Jisei se acercaba a la entrada y al ver a Sumire al lado del profesor se quedó congelado.
—Bueno, yo me marcho. Hasta mañana, chicas.
Inari se marchó rápidamente, le daba la impresión de que empezaba a ser juzgado o algo así.
—¿Pasa algo, Sumire?
—Jisei, ya sé que no se nada y que me meto en donde nadie me llama pero es que tengo la sensación de que me necesitas, tengo algo en la tripa que me dice que tengo que estar aquí.
Durante unos segundos Jisei observó a Sumire. No podía percibir nada en ella que no fueran ganas de ayudar.
—A lo mejor solo sirvo para que lloréis pero...
Jisei no la dejó terminar, se abalanzó a abrazarla y rompió a llorar. Sumire soltó las muletas para responder al abrazo.
...
Akira. Hisoka y Kyojin caminaron en silencio hasta la casa de Akane. Hisoka entregó la cartera a unos de sus hermanos y le pidió a Ginta "eso". Este le entregó una bolsa de plástico con algo alargado y estrecho envuelto en papel de periódico.
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Hola, cielo
Teen FictionSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...