Himeko miraba angustiada a Kohaku mientras movía las manos sin parar.
—¿Que me quieres decir? —preguntaba mirando hacia donde Akira y Akane estaban a punto de aparecer.
—Me gustaría que Akane confiase en mí, yo necesito ayudarla de alguna forma.
Himeko se sintió incómoda de una forma extraña. Pensó que a lo mejor a Kohaku le gustaba Akane y eso le causaba una sensación muy molesta, lo cual no dejaba de ser confuso.Y yo te estoy estorbando ¿es eso? He hecho mal en quedarme, todo lo hago siempre sin pensar.
—No, tú no sabías nada. Es que yo... ya sabes cómo pienso, creo que ya que el universo me ayudó tengo que devolver el favor ayudando a alguien, ya sabes, es como una cadena de favores, si algo te hace bien tienes que hacer bien para conservar el equilibrio.
Si, Kohaku tenía teorías complejas sobre lo de hacer el bien a los demás y Himeko ya las conocía.
—¿Pero que es lo que le pasa a Akane? No, mejor no me lo digas, serán cosas privadas y no tienes que hablar de las cosas de los demás. Mejor me voy a dar una vuelta y veo un poco el bosque.
—No, no quiero que deambules sola por ahí.
—No me iré muy lejos, he traído un libro, aprovecharé para leer en un rincón bonito.
—Pero es que yo quiero que me ayudes.
—¿Y yo como te voy a ayudar?
—En realidad creo que es a Akira a quien quiero ayudar, me cae bien y sé que quiere ayudar a Akane pero no sabe qué hacer y yo he pensado que puedo conseguir que ella se desahogue y él se sentirá mejor.
—¿Pero no crees que lo mejor sería pedir ayuda a un profesional? Para eso están.
—Sí y Akira va a hablar con la madre de Nowaki pero es que yo... siento que puedo ayudarla, sé que si consigo hablar con ella... pero es que no creo que confíe en mí, no somos tan amigos, ni hemos hablado nunca de nuestras cosas, pero tu... yo sé que tiene más confianza en ti.
—No lo creas, tampoco tenemos tanta confianza.
—Pero habéis hablado algo, seguro, sois chicas, las chicas os comunicáis más, habláis más de vuestras cosas.
—Bueno, si, a veces hemos coincidido y hemos hablado de nuestras cosas, por ejemplo sé que sus padres están divorciados, recuerdo de alguna vez me ha hablado de sus hermanos ¿tienes algo que ver eso con lo que le pasa?
—Algo si, Akira me ha dicho que está muy estresada. Mira, Himeko, a Akane le ha pasado algo cuando era pequeña que la tiene muy traumatizada, algo que ha intentado ignorar y ya sabes lo que pasa cuando uno no se enfrenta a sus fantasmas.
—Ya... entiendo. Pero mejor no de cuentes nada, a mí no me gustaría que nadie fuese hablando de mis problemas con otras personas.
—¿Ella sabe lo que te pasó con Hizashi?
—Sí, eso sí, porque yo lo he contado.
—Pues solo necesito eso. Sé que conmigo no va a tener confianza pero quizás contigo, sí.
—¿Es que tienes... tienes "algo" con Akane? —preguntó con temor.
—¿Qué? No, es que... el otro día hablé con Akira... Por favor, ayúdame a mí, necesito hacer algo por alguien.
Akira y Akane llegaban al lugar donde habían acampado. Habían tardado un poco con la intención de dejar a solar a Himeko y Kohaku; eso había sido una idea de Akane, por supuesto y Akira se quejaba de lo lianta que siempre era, para ser una chica que decía odiar el amor siempre estaba intentando "juntar" a parejitas.
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Hola, cielo
Novela JuvenilSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...