Sentados alrededor de una gran mesa de comedor se miraban los unos a los otros en silencio.
—Bien —dijo Hizashi—. ¿Que tenéis que decir a vuestro favor?
Los cinco niños comenzaron a hablar a la vez.
—¡Silencio! —gritó Karura—. De uno en uno, por favor.
—Nosotros no hemos hecho nada, Hizashi —Se quejó Kotoko.
—Vamos a ver —habló tranquilo como siempre Hisoka—. Algo habéis hecho.
—¡Pero si vosotros mismos comprasteis los zumos! —protestó Yusuke.
—Ya, pero podíais haber echado algo más —Les miró muy serio Hizashi.
—¿De veras crees que haríamos eso? —Sumomo puso gesto de muy ofendida.
—Pues si, de vosotros no lo dudo.
—¿Y de dónde lo íbamos a sacar? —gruñó Yusuke.
—Además hubieseis notado que tenía alcohol —añadía Hotaru.
—O no —dijo Suo—. Nosotros no solemos beber alcohol como para reconocerlo.
—Por cierto —intervino Karura—, ¿Quién está hablando de alcohol?
—¿Entonces? —Kotoko puso cara de inocente, para algo era la que tenía la cara más angelical—. ¿Qué era entonces?
—Algo habéis hecho porque esto no es normal —dijo enfadado Hizashi.
—Si, claro —Se quejó Yusuke—. Venga, echa la culpa a los niños, a lo mejor habéis sido vosotros, que os habéis pasado con las cervezas ¿Por qué bebéis cerveza si sabéis que aún no podéis? ¿Por qué íbamos a ser nosotros? ¡Anda ya!
—La verdad es que echarles la culpa a unos niños parece rastrero —opinó Hikari.
—Akane, hermanita, estas muy callada —Sonrió Yusuke—. ¿No?
Akane levantó la vista y le miró con furia.
—¿Has pensado que a lo mejor... —Continuaba el niño.
—¿A lo mejor, qué? —gritó a su hermano.
—No, que a lo mejor vamos a tener un sobrinito.
—¡Ah! —gritó también Takato—. ¡Ahora tendrás que casarte con Hisoka!
Akane dio un golpe en la mesa.
—¿Y qué os hace pensar que ha pasado algo? No parecéis muy inocentes con esos comentarios ¡Salid al jardín! Luego seguirá el interrogatorio.
—Pero...
—¡Que salgáis! ¡Fuera!
Los niños salieron y todos miraron a Akane intrigados.
—Kamui ¿Hay un centro de planificación familiar cerca?
—No te entiendo.
—O un hospital, hay poco que entender, quiero que me receten la píldora del día después.
—¿Crees que...
—A ver, estaba prácticamente desnuda entre dos chicos igual de desnudos, llevaba puestos los calzoncillos de Hisoka, eso no es muy normal, no recuerdo nada, solo un subidón horrible y que me di una ducha y te recuerdo a ti y morderte una oreja ¿quién me asegura que no se me fue la pinza?
—Visto así tiene razón —intervino Hisoka—. Yo tampoco recuerdo nada pero si tener un calentón de tres pares de narices, creo que eso tenía algo más que alcohol porque no era normal.
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Hola, cielo
Teen FictionSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...