Capítulo 04

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Fuera del gimnasio, los amigos de Akira y Akane se habían sentado en el césped esperando que la puerta se abriese y enterarse de que había pasado. Todos salvo Hisoka que esperaba apoyado cerca de la puerta el gimnasio.

—¿Qué creéis que pasará ahí dentro? —preguntaba impaciente Sumire.

—Lo mismo —respondía Karasu sonriendo tontamente—... hacen las paces y todo —Jisei le dio una sonora colleja—. ¡Ahu! Ya empezamos.

—No pienses cosas sucias.

—No son sucias, son cosas naturales.

—¿Qué son cosas naturales? —Se interesó Sumire.

—Luego te lo explico detenidamente, preciosa —De nuevo recibió otra colleja de Jisei—. ¡Vale ya, bruta!

—¡Resetea tu cerebro, Karasu!

—Me estas dañando mi masa gris ¿lo sabías?

—¡Si no sabes lo que es eso!

—Se que sirve para pensar o algo así.

—A ti no te hace falta, tú piensas con otra cosa.

—¿Que insinúa Karasu? —comentó Sumire a Ryuko—. ¿Insinúa lo que yo creo que está insinuando?

—A lo mejor Akane ha matado a Akira y se está deshaciendo del cadáver —rio Kyojin.

—¡Mira! —exclamó Ryuko—. ¡Ya se abre la puerta! ¡Vamos a ver!

Akira salió, miró a Hisoka y éste entró en el gimnasio. Todos se acercaron a él mientras sacaba un cigarro y lo encendía.

—¿Qué tal? —Se impacientó Sumire.

—¿Que te ha dicho? —También preguntó algo nerviosa Ryuko.

Akira asintió con la cabeza. Xu-Xu y Sumire se abrazaron dando grititos de alegría. Ryuko y Jisei también.

—Muchas gracias por tu ayuda Ryuko, lo has hecho muy bien —decía Akira—. Muchas gracias a todos, sin vosotros no podría haberlo hecho.

Karasu le palmeaba la espalda.

—¡Monstruo! ¡Que eres un monstruo!

—Aki —Kyojin le miraba con una sonrisa burlona—. ¿Por qué tu coleta está medio deshecha?

Todas las miradas se dirigieron a esa parte de la cabeza de Akira, este chasqueó la lengua. Sumire se acercó mucho a él y le miró fijamente.

—Ya estamos —Se quejó el chico—. ¿Te pasa algo?

—Tienes los labios rojos.

—Si los tuviera blancos estaría medio muerto.

—Tú sabes a lo que me refiero.

—Te juro que no.

—¿Te ha besado?

—¿Quien? ¿Akane? ¿A mí?

—Uy, uy, uy, todo ese rato ahí dentro, solos... —Se burló Karasu.

—La coleta medio deshecha —añadió Kyojin.

—Aquí ha pasado algo interesante —concluyó Xu-Xu.

Akira sonrió.

—Siento desilusionaros, pero no soy tan bueno como para que caiga a mis pies.

—Ah, pues yo hubiera caído —dijo emocionada Sumire.

—¿Estás como muy nervioso, no? —comentó Kyojin.

Hola, cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora