Capítulo 20

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Kamui notaba distinta a Akane, no sabía decir que pero era como si fuese distinta. Pensó que sería porque estaban de vacaciones y eso hacía que estuviese más relajada, quizás no tenía que ocuparse tanto de sus hermanos y podía descansar.

Habían ido a comprar unos refrescos y alguna que otra bolsa de aperitivos hablando de cosas sin mucha importancia y en el camino de regreso Kamui observó que no había nadie por allí cerca, era una tarde calurosa y no apetecía demasiado salir. Kamui llevaba una bolsa de plástico con los refrescos y la chica otra con los aperitivos y de repente Kamui se detuvo.

—Sujeta un momento la bolsa —dijo.

Ayesa agarró la bolsa sin pensarlo, estaba distraída y se sorprendió cuando notó las manos de Kamui en su cintura y que este se aproximaba demasiado a ella.

—¡Eh, eh, eh! —dijo sonriendo y poniendo ambos puños, con bolsas incluidas, sujetando el pecho de Kamui e impidiendo que se acercase más—. ¿Dónde vas, fiera?

Kamui se detuvo y miró perplejo a la chica, no sabía que le confundía más, si el rechazo o que lo dijera con una sonrisa.

—Perdona ¿Te he molestado?

—No, hombre, no, molestarme no me has molestado pero ¿Qué pretendías?

—Robarte un beso.

—¿Y no podías habérmelo pedido?

—Es que oí que a las chicas os gusta... bah, déjalo.

—Puede que a tu amiga la princesa melocotón le guste que le roben besos pero a mi que un tipo más alto y fuerte que yo, que puede sujetarme, posiblemente hacerme daño y obligarme a recibir un beso, no me gusta del todo, llámame rara.

—Dicho así casi parece que te estuviera intentando violar.

—Querías darme un beso que yo puede que no desease, sin mi permiso, a la fuerza, tu puede que lo llames "robar un beso" y te parezca romántico pero a Akane te aseguro que le suena a abuso.

—¿Hablas de ti en tercera persona?

—Sí, bueno, es que estaba pensando que no soy la persona más indicada para hablar de moralidad, le he robado algún que otro beso a un chico... tendré que disculparme.

—Lo siento, contigo nunca acierto, eres desconcertante.

—¿Es que alguna vez te he insinuado que quería que me robaras besos?

—No pero a veces me da la impresión...

—Sé que soy como... un poco bipolar, es lo que hay. Venga, toma la bolsa y volvamos que van a pensar que estamos haciendo cualquier cosa.

—¿Entonces no quieres que te bese?

—Tranquilo, cuando quiera que me beses te darás cuenta y a lo mejor te arrepientes.

—¿Tengo que tenerte miedo?

Ayesa sonrió.

—¿Te apetecería salir algún día conmigo? ...Le preguntó mirándole de forma insinuante.

—Creía que querías que aclarara mis sentimientos con Momoka.

—No te emociones, no te estoy pidiendo una cita para que seas infiel a tu melocotón, hablo de salir, divertirnos, reír, salir a dar una vuelta, caray.

—¿Qué día te viene bien?

—Veo que tú no te haces de rogar, así me gusta.

—¿Te gusta el tenis?

Hola, cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora