Nada más entrar en casa de su madre Akane se vio arrollada por Kenta.
—¡Akane!
—Ya era hora que llegases —recriminó su madre mientras parecía estar colocando su bolso.
—Me he entretenido un poco.
—Si ya veo y mientras tanto nosotros esperándote.
—Bueno, tampoco he tardado tanto, digo yo.
—Desde luego hija que poquita consideración tienes.
—¿Consideración de qué? He venido ¿no?
—Lo único que faltaba es que no hubieses venido.
—Pues podía haberme ido por ahí como han hecho muchos.
—Sí, claro, lo que me faltaba por oír, no tengo bastante con que te vayas a dormir a otro sitio y encima no quieres ayudarme ni un poquito y sabes que el trato era que te dejaríamos ir a dormir a casa de Akira si seguías con tus obligaciones.
—¿Que trato? Tú eras la primera que me mandaba a vivir a casa de papá, no te líes.
—Haz el favor de no contestarme. Y me voy que Kentaro estará impaciente esperando.
—¿Adónde vais?
—Ya lo sabes, Kentaro y yo tenemos que ir a hablar con el abogado.
—No, no me dijiste nada.
—Claro que te lo dije.
—No, si me lo hubieras dicho me acordaría, seguro.
—Tienes mala memoria.
—¡No tengo mala memoria! —casi gritó.
—¿Se puede saber por qué te pones así de histérica?
—Porque si tenéis cita con el abogado quiere decir que me vas a encasquetar a Kenta.
—¿Que manera de hablar de tu hermano es esa?
—¿Eh? ¿Lo vas a hacer? ¿A que si?
—Eso ya lo sabías.
—No lo sabía, si me lo hubieras dicho te habría contestado que hoy tenemos ensayo.
—Bueno a lo mejor se me olvidó mencionártelo pero qué más da.
—Pero es que tengo que ir a los ensayos.
—Pues llévatelo.
—¿Y por qué no te lo llevas tú al abogado?
—Porque se aburriría y daría mucha guerra.
El niño corría por la casa armando bastante jaleo lo cual, unido a la rabia que le causaba la actitud de su madre, estaba a punto de sacar de quicio a Akane.
—¡Kenta para de una vez! —gritó.
—¡A tu hermano no le grites! Luego te quejas de que te llaman bruja.
—¿Y cuánto tiempo hace que sabes lo de la cita con el abogado?
—Pues hace ya una semana.
—¿Y me lo dices hoy? ¿No podías habérmelo dicho antes?
—¡Que no me grites! ¿Se puede saber qué te pasa que estás tan estúpida?
—Que tengo que ir al instituto a ensayar, eso es lo que me pasa.
—¿Y? ¿Cuál es el problema?
—El problema es que no me puedo llevar a Kenta.
—¿Te molesta tu hermano? ¿Es eso lo que me estás diciendo? Desde luego Akane no se puede ser más egoísta que tu ¿Que te costará ocuparte un día de tu hermano pequeño?
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Hola, cielo
Teen FictionSegunda parte de la novela "Con sabor a mandarina" Bastante complicado era para Akira, relajado y perezoso, intentar recuperar la confianza de Akane como para que llegase el popular y guapo Kamui a interesarse también por ella. Además el haber aver...