Samuel veía raro que aún no hubiese vuelto Percy.
Estaba casi del todo seguro de que había conseguido que ese viejo se las apañara de cierta manera para que el inglés no tuviera que sentarse en aquella silla.
No quería dudar de su talento para manipular a las personas, pero se sentía un poco inquieto.
El castaño dejó de comerse la cabeza al fijarse en que Guillermo lo había estado mirando todo el tiempo, sin apartar la vista de él, lo que lo incomodaba sobremanera.
—¿Qué es lo que miras tanto? —preguntó con esa cara de enfadado que parecía tener casi todo el día.
—Nada... —contestó, apartando la vista de él.
—Mira, chico... No quiero enfadarme, pero, de repente, hoy tengo muy poca paciencia, así que más te vale responderme a lo que te pregunto.
—Es... sólo una tontería. Pensaba...
—¿En qué pensabas?
El silencio se hizo presente tras esa pregunta.
De Luque lo observaba, impaciente por su respuesta. En cambio Guillermo quería huir de su mirada, pero sabía que si lo hacía lo haría enfadar y no era lo que tenía previsto.
No sería muy inteligente hacerlo enfadar cuando estaba encerrado en una misma celda con él...
—Es que ya te hice esa pregunta una vez, y no me diste una respuesta que me lo aclarase, así que no importa —hizo una pequeña pausa, y dio pie a una nueva conversación—. Cuéntame algo de ti. ¿Cómo se llaman tus padres? ¿A qué se dedican?
Samuel lo miraba como si fuera idiota.
¿Qué demonios fue eso? ¿A qué venían esas preguntas?
—Será mejor que ocupe mi tiempo con algo productivo. —dijo, alejándose lo suficiente del chico para tener espacio para hacer ejercicio.
Comenzó haciendo flexiones; tres series de treinta, luego continuó con las abdominales, de estas hizo dos series de cuarenta. Después de eso, siguió con otros aleatorios que, sobretodo, trabajaba los brazos y abdomen, pero también ejercía los glúteos y piernas.
Guillermo lo miraba sin prestar atención realmente.
Sus ojos estaban clavados en el cuerpo del castaño, pero su mente lo tenía inmerso en otro mundo totalmente distinto, donde no había un hombre increíblemente sexy fortaleciendo sus músculos, sino uno que huía a toda costa de cualquier pregunta que se le hacía.
De Luque tenía una forma muy peculiar de responder a las preguntas que el joven le hacía, pero sólo de dos de ellas había escapado.
Una, había sido la de hacía un rato, y la otra de cuando le preguntó por qué razón mataba...
¿Acaso tenían una relación la una con la otra?
¿Significaba eso que sus padres tenían que ver con su sádica forma de ser?
El castaño terminó con su rutina de ejercicio, sintiendo la mirada penetrante del chico sobre su nuca.
—¿Qué quieres? —preguntó alzando la voz, mientras se incorporaba. Estaba molesto—Estoy empezando a cansarme de que me mires todo el tiempo.
El delgado cuerpo de Guillermo se tensó de inmediato, dando un paso hacia atrás por instinto.
—L-lo siento —Los ojos castaños del contrario lo observaban desafiantes, como si estuviesen haciendo una cuenta atrás para que el más joven le apartara la mirada—. Estoy un poco distraído hoy...
Samuel se acercó a él, pretendiendo asustarlo.
El menor no era capaz de realizar movimiento alguno. Hasta que el mayor articuló ciertas palabras y luego se dirigió a su cama.
"Pues deja de distraerte, me estás incordiando"
Por fin pudo relajarse, aunque no sin antes permitir hacerse una pregunta. ¿Se estaría acercando en la investigación del punto débil de De Luque? ¿Había sido ese un gran paso hacia adelante?
¿Y qué si fuera así?
La idea de vengarse de aquel hombre ya la había dejado atrás. Ya no le atraía tanto como al principio. Ahora, simplemente, quería estar tranquilo.
Guillermo se sentó en el suelo, deslizándose poco a poco hacia abajo, sintiéndose aliviado cuando su trasero tocó la superficie plana.
De repente había empezado a dolerle la cabeza. No supo en qué momento sucedió. Ni siquiera sabía porqué, pero tampoco se molesto en pensar sobre ello.
Lo único que podía hacer, era mirar en dirección a la cama, donde el mayor se encontraba tumbado boca arriba, con los ojos levemente cerrados y un brazo sobre la cabeza, tapando su frente.
No podía pensar en nada. Su mente se había quedado en blanco, y quizás lo prefería.
[...]
—Se te ve más feliz ahora —dijo con una cínica sonrisa dibujada en su rostro—. Creo que debería sacarte más veces a pasear. Tienes que aburrirte mucho en esa celda roñosa.
—Prefiero la silla eléctrica —Las palabras salían con fuerza de la boca de Percy, como si estuviese disparando balas en dirección al mayor.
—Pues es una pena... porque tengo muchos planes para ti a partir de hoy. De repente he comprendido que sería más interesante tenerte vivo...
El inglés lo miraba con una mezcla de espanto y odio.
Era cierto que no quería morir allí, pero no estaba del todo seguro de que lo que pasaría a partir de ese día fuera a ser mejor.
—No siempre conseguirás salirte con la tuya.
Bob sonrió.
—Eso ya lo veremos —articuló, desafiante—. Ahora será mejor que te subas la ropa. No vaya a ser que ese culo blanco pase frío...
Roberto se acercó a él para colocarle bien las prendas, ya que el otro lo tenía complicado con las manos esposadas.
Volvió a dedicarle esa sonrisa, que tanto odiaba el británico, y lo agarró de la cadena de las esposas, para poder tirar de él cuando le diese la gana, sacándolo de aquel lugar para llevarlo de vuelta a su jaula.
Ahora tocaba librarse de la pena de muerte del de ojos azulados, y ya tenía algo en mente para ello...
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Prisioneros [Wigetta]
FanfictionSamuel y Guillermo son dos prisioneros que empiezan su relación con mal pie. Uno hará lo posible para encarar al otro, quien, en vez de rendirse y dejar de molestarlo, se hará cada vez más pesado. ¿Qué pasará entre estos dos chicos? ¿Decidirán, alg...