Capítulo 42: Capitán América y lágrimas desordenadas.

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Alex se queda a dormir como ya le había dicho a Marta. Pasa de llamar a Marc. Ya verá que no va a volver hoy cuando no aparezca.

Marta y él están viendo algo en el salón los dos la mar de tranquilos hasta que vuelve Almudena y a mete un susto de muerte.

-¿Pero tú no te ibas?
-¿No decías que estuviera como en mi casa?
-Sí. Pero pensé que te irías después de... De lo que querías.
-Vaya fama tengo.
-Deja de hacerle caso Àlex. Te está buscando las cosquillas.
-Os dejo solos tortolitos. Por cierto, ¿que veis?
-Está empezando "Capitán América. El primer vengador".
-¿Me puedo quedar? Mejor me la pongo en la tele de mi habitación. No quiero... molestar.
-A Chris Evans hay que verlo en grande Almu. Quédate. No molestas. ¿A que no Àlex?
-Claro que no. Siéntate con nosotros.
-No se te ve muy animado eh.
-No soy muy de ver películas la verdad.
-No tienes mucho tiempo para verlas.
-Pues no.

Almudena se sienta al final al lado de Àlex y los tres juntos ven la película. Las dos chicas mueren con cada minuto de película. Mientras Àlex se aburre. Pero está bien. La gusta tener a Marta apoyada en él. Aún no le ha respondido. Pero no piensa meterle prisa.

Pero no puede evitar reírse cuando a las dos chicas se les cae la baba y se le salen los ojos al ver al ya Capitán América.

Pero no puede evitar reírse cuando a las dos chicas se les cae la baba y se le salen los ojos al ver al ya Capitán América

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-¿Os traigo un babero a cada una?
-No te pongas celoso.
-No estoy celoso.
-Vale.

Marta se levanta del sofá y se va a la habitación. Àlex la mira y sale detrás de ella.

-Marta espera. ¿Qué te pasa?
-Nada.
-¿Te ha molestado que bromeara con lo de los baberos?
-No es eso Àlex. Sólo que me he acordado de algo.
-¿De qué?
-No te he dicho lo que me regaló Cristina por Reyes, ¿verdad?
-No. ¿Que era?

Marta se levanta de la cama y va hasta el escritorio. Casa la cámara, la enciende y busca las fotos. Y le da la cámara.

Àlex va mirando las fotos y luego deja la cámara a un lado y se levanta a dar con ella.

-No me digas que estás así por la tontería esa que se creía mi hermano y tu hermana.
-No.
-Sí. Sí lo es. Te duele que no fuera verdad. Dios Marta, lo siento. Sólo quería joder a Marc un poco. No quería hacerte daño a ti.
-Es una tonteria Àlex. Pero cada vez que veo las fotos y me acuerdo de la caja que hay en el armario de mi casa en Almería siento algo raro.
-Ven.

Marta se deja abrazar por Àlex que los lleva a la cama y la calma como puede.

-Ya habrá tiempo para eso Marta.
-Sí. Ahora no es el momento, no.

Al final dejan sola a Almudena viendo la película y ellos se van a dormir pronto.

Àlex se despierta por la mañana y a levanta sin hacer ruido. No quiere despertar a Marta. Va a está la cocina y hace el desayuno para los dos y después lo lleva a la habitación. Lo deja en la mesilla y la despierta poco a poco.

Marta abre los ojos y ve a Àlex sonriendole.

-Vamos, arriba dormilona. ¿No tienes hambre?
-¿Me has hecho el desayuno?
-No has pasado una buena noche. Quería que empezaras bien el día.
-Gracias.

Marta le hace hueco en la cama y Àlex se sienta a su lado y se pone la bandeja encima para poder desayunar los dos. Al final más que desayunar sólo se manchan todos. Pero al menos eso significa que están bien uno con el otro.

-Àlex.
-Dime.
-Quiero intentarlo. Quiero intentar que tengamos algo. Yo tampoco puedo olvidarme de ti. Y me dolió mucho pensar que no había sido nada para ti... Pero vamos que tampoco era extraño. Yo no soy nadie. Y tú...
-Ser piloto no me hace nada raro ni importante Marta. Soy un chico como cualquier otro.
-Vale.

Marta aparta la bandeja que seguía encima de Àlex y lo besa. Nada como lo del día anterior. Sólo un beso. Un beso inocente pero lleno de sentimientos. Se separa de él y se va dejando lo sólo.

Àlex se queda esperando ahí hasta que ella vuelve enrollada en una toalla.

-Y yo que quería ducharme contigo.
-Otro día Àlex. No vayas demasiado rápido.
-No puedo no ir rápido.
-Eres Àlex Márquez. La rapidez viene de fábrica.
-Casi. ¿Vamos a ir a algún lado?
-No. No me apetece salir. Ni que te rapte una fan loca.
-Vale. ¿Pero yo cuando me voy?
-Cuando tengas que hacerlo. No te puedo obligar a quedarte ni a irte. Así que tu sabrás cuando te quieres ir.
-¿Nunca? ¿Y si te vienes conmigo a Cervera?
-No puedo Àlex.
-Lo sé. Te quiero Marta.

Marta se queda mirándolo un rato y luego le suelta:

-¿Podrías salir de mi habitación un momento?
-Vale.

Àlex sale de la habitación y justo aparece Almudena que se queda mirándolo de arriba abajo todo el tiempo.

-¿Siempre estás tan caluroso?
-Me lo tomaré como un cumplido.
-¿Te ha echado?
-Se iba a cambiar.
-¿No las vas visto ya así?
-Le caerías bien a mi hermano. Siempre tan...
-Tendría que ser ciega para no ver que hay algo entre vosotros. Pero como le hagas daño a Marta te capo Àlex.
-Entendido.

Y justo se abre la puerta de la habitación de Marta y me mete para dentro sin más.

-Lo siento. No esperaba que te volviera loco.
-No pasa nada Marta.
-Ven aquí, estoy un poco vaga hoy.
-Me gusta esta Marta.

Marta se ríe y se pasan el resto de la mañana haciendo el vago hasta la hora de comer. Y después toca sesión de cine. Aunque se enteran de bien poco a la película la verdad. Por no decir que no se quedan ni con el nombre de la película. Solos los dos disfrutando de la tarde. Sin Almudena molestando. Sin problemas. Sin nada que les moleste. Nada.

Me Llaman Pistolas (MLLP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora