Me Llaman Pistolas (MLLP 1)

Capítulo 15: ¡He sido un completo idiota!

Marta corre y corre. No sabe hacia dónde va pero sí lejos de él. ¿Como ha podido ser tan tonta? Dos hermanos. Con la misma edad, aspecto y todo. Y ella va y se cree todo lo que le dice el pequeño de los Márquez. Pues hasta aquí las burlas. No quiere saber más de ninguno de los dos. Marc... Se han reído en su cara los dos con lo idiota que ha sido.

Se para cuando ya está casi en la entrada del circuito. No puede irse sin Cristina. Se pone a mirar los puestos con el Merchandising y luego da media vuelta y sigue dando vueltas. Pensaba comprarse algo de Àlex pero ya ha cambiado de idea.

Vuelve a las gradas para relajarse un poco. Y por estar localizable cuando Cristina se canse de estar por ahí dando vueltas.

Las lágrimas corren de nuevo por su cara. Como si fuera un río. Lágrimas y lágrimas. Se siente idiota. Y sobre todo traicionada. ¿Que les costaba decirle que eran ellos los ídolos que tanto apreciaba su hermana? Nada. Pero ellos prefirieron meterle una trola y hacerle creer que no eran nadie.

Fue idiota. Lo tuvo siempre delante. La verdad. Y se hizo la ciega. Las fotos que le enseñaba Cristina. Los comentarios que dejaba caer él. Siempre delante y fue tan idiota de no darse cuenta. Conoció a Àlex Márquez por una simple casualidad. Y él se burló de ella todo lo que quiso. Le había parecido tan mono. Y ahora le parecía de todo menos bonito.

El móvil suena. Lo mira. "Albert". Àlex llamándola. Cuelga. No piensa hablar más con él. Entra en WhatsApp y bloquea tanto a Àlex como a Marc. Los dos han sido iguales. Le han hecho lo mismo.

No puede seguir en el circuito más tiempo. Vuelve a la salida y le manda un mensaje a su hermana.

Marta:
Cris me voy a dar una vuelta por los alrededores. Llámame cuando quieras irte.

No espera respuesta y sale. No conoce nada pero así mejor. Si se pierde al menos pensará en algo que no sea en Àlex Márquez y en lo idiota que ha sido.

Todo le parece precioso. En verdad no. Pero mejor que estar sentada en una grada esperando señales de vida de su hermana pequeña es.

Mientras en el circuito Àlex está que se arranca el pelo. Ha acabado en el Motorhome pero ahí sólo consigue estar aún más de los nervios. Sabe que todo ha sido culpa suya y sólo suya. Marc tenía razón. Y no le hizo ni caso. Ella confío en él y ahora no debe querer saber nada de él. No sólo ha perdido su confianza sino que seguramente le ha jodido el fin de semana entero porque ya no querrá saber más de motociclismo en su vida.

Oye algo y al darse la vuelta ve a Marc.

-¿Qué quieres ahora?
-Nada. ¿Cómo estás?
-Mal. La he cagado bien.
-No Àlex. Tú no has hecho nada.
-Claro que sí. Debí decirle desde el principio que era Àlex Márquez, piloto de Moto2. Y no inventarme una vida que no tengo.
-Àlex déjalo ya. Sólo es una chica más.
-No es una chica más. Es Marta. Y ahora no querrá saber nada de mí ni de las motos en general.
-Eso no lo sabes. Ya veras que sólo necesita tiempo.
-Eso es lo único que no tengo Marc. Tiempo.
-Deja de comerte la cabeza.
-Es que...
-¿Qué?
-¡He sido un completo idiota!
-Sólo querías fingir una vida normal. Y creo que esa chica no es alguien cualquiera tampoco.
-No.

El menor de los Márquez se deja caer donde ve y cada minuto que pasa quiere morirse más. Le ha hecho daño a Marta y no se lo perdonará jamás.

Ve a Marc con el móvil intentando algo.

-Mierda.
-¿Qué pasa?
-Me ha bloqueado. Y me supongo que a ti igual.

Coge el móvil enseguida y se mete en la aplicación corriendo. Y ve exactamente lo que le acaba de decir su hermano mayor. Marta los ha bloqueado.

-¿Y si me meto un tiro? Me odia.
-No te odia. Sólo está dolida.
-Vale.
-Voy a llamarla. Quizás responde.
-Vale.

Àlex se tapa la cabeza con un cojín e intenta no prestar mucha atención a si Marc consigue hablar con Marta.

Por las calles de Alcañiz tenemos a Marta dando vueltas aún. Suena el teléfono y lo coge pensando que es Cristina. Pero no.

-¿Dónde te recojo?
-Soy Marc. No me cuelgues por favor.
-¿Quieres burlarte más aún?
-Yo no me he burlado de nadie.
-Yo no cuento claro.
-Marta déjame hablar contigo y que te explique todo.
-¿Y si no quiero hablar contigo?
-Por favor. Sólo yo. Tú y yo. Àlex no estará.
-Vale. En la entrada del circuito en media hora.
-Gracias.

Cuelga y al instante se pregunta que ha hecho. Ya da igual. Ya ha quedado con el doble campeón del mundo de MotoGP. Empieza a volver por dónde ha ido y llega al circuito. Marc ya la está esperando cuando lo hace.

-¿Llevas mucho esperando?
-No.
-¿A dónde quieres ir?
-Sígueme.

Y eso hace. Lo sigue de vuelta al circuito. Se meten en una de las gradas y Marta espera a que Marc empiece a hablar.

-Primero que todo decirte que mi hermano no pretendía burlarse de nadie.
-Ya.
-Escuchame por favor.
-Vale. Te escucho.
-Hay poca gente que no se nos tire encima y a mi hermano le pareció buena idea fingir que ese no era él. Que Àlex Márquez era otro. Pero cada vez estaba más nervioso por si lo pillabas y luego no querías saber de él. Le he dicho muchas veces que había que decírtelo. Que si te enterabas tú sola iba a ser peor. Está hecho mierda Marta. Quiere morirse. Eres muy importante para él.
-Lo entiendo. Pero eso no arregla que me haya mentido aprovechándose de que no sabía quien era. Y tú tampoco te quedas atrás.
-Yo lo hice por él Marta. Si te decía que era Marc Márquez era lo mismo que decirte que él era Àlex Márquez. Marta, hace mucho tiempo que no veo así a mi hermano. No te pido que lo dejes pasar como si no hubiera pasado nada. Sólo que intentes darle una oportunidad. Sé que pido mucho pero quiero ver bien a mi hermano. Lleva llamándose de todo desde que lo viste antes. ¿Qué me dices Marta?
-...