Capítulo 14: Me llaman Pistolas.

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Un chico moreno y alto que estaba detrás de su hermana Cristina se da la vuelta y ambos se quedan pálidos y paralizados al verse.

-¿Hola? ¿Va a responder alguno?- pregunta Cristina.

No responde ninguno. Marta reconocería esa cara en cualquier sitio. Es él...

-¡¿Albert?!
-¿Cómo que Albert? Marta estás muy mal de la cabeza. Ese es...
-Cristina. ¿Te importaría dejarnos solos?
-Cla... claro.

Cristina se va a otro lado y Àlex se queda con una Marta aún medio en shock.

-¿Hola?
-No... No sabía que ibas a estar por aquí.
-Ni yo pensé que ya estuvieras por aquí. ¿Cuando llegaste?
-Anoche.
-Con que muchas clases.
-¿Qué querías que te dijera? ¿He conducido más de 11 horas hoy? Me hubieses llamado loca.
-No estabas loca. Sólo cansada. Y con razón.
-¿Conocías a mi hermana de algo?
-No. Sinceramente no. Pero no parecía tan...
-¿Loca?
-Sí.
-¿Entonces lo de Pistolas es...?
-Me llaman Pistolas...
-Supongo que no me contarás el porque.
-Es una historia muy larga.
-Vale. Al menos tendrás una explicación para las pintas estas que llevas, ¿no?
-También es una historia muy larga.
-Vamos que hoy no quieres hablar.

Àlex se mira la hora en su Lotus y se da cuenta de que ya es tarde.

-No es que no quiera hablar contigo, pero ya es hora de que me vaya.
-¿Irás mañana al circuito?
-Claro.
-Vale.
-Ya nos vemos en otro momento.
-Claro.

Los dos se separan y cada uno se va por su lado. Àlex por uno. Y Marta por el otro. Esta última cuando encuentra a Cristina la manda a callar antes que pueda hablar y se van. Una vez en el hotel se mete en la cama y pone la alarma en el teléfono para llegar a tiempo para los entrenamientos mañana.

La marcha imperial de Star Wars suena a las 7 de la mañana. Marta se levanta y se viste. Despierta a Cristina y baja a desayunar. Cuando vuelve a la habitación Cristina aún se está vistiendo.

-Termina de vestirte tortuga. Para gustarte la velocidad eres muy lenta niña.
-Oye no mal metas.
-Infantil. Vamos que vamos a llegar tarde hermanita.

Cristina se termina de vestir, desayuna dos tonterías y se van en silencio. Bueno en silencio absoluto no. Porque cuando Marta se da cuenta a lo que lleva en la cabeza Cristina casi se matan.

-¿Pero que haces con una gorra de Valentino Rossi?
-No tengo una de Marc.
-Esa no es una razón.
-No tengo una gorra de Márquez pero si una de Rossi así que me he puesto lo que tengo.
-Vale, vale. Cuando lleguemos te compro la que quieras pero luego quema eso.
-¡¿QUÉ?!
-Vale. No la quemes. Pero guardala al menos.
-Vale Marta.

El resto del trayecto pasa tranquilo. En silencio. Entran en el circuito y enseguida ya ven las casetas con el merchandising de los pilotos. Cristina parece una niña pequeña. No se lo puede creer aún.

-Vamos loca. No te vayas a perder.
-¿Lo del coche lo has dicho enserio?
-Sí. Quema eso enserio.
-Noo. Lo otro.
-Sí. Vamos a ver cual quieres.

Cristina sale corriendo y Marta se ríe y va a su paso hasta ahí. Se pega 15 minutos para elegir pero al final se decide. Y se van a las gradas. Cristina saltando y abrazando su nueva gorra de Marc Márquez.

Ven todos los entrenos. Y cuando queda en FP2 de Moto2 a las tres de la tarde y tienen un hambre voraz Marta va a por algo de comer. Y vuelve a dónde está Cristina. Justo cuando le suena el móvil.

Número desconocido:
Hola Marta soy Marc. ¿Sigues por el circuito?

Marta:
Sí. Viendo la FP2 de Moto2.

Marc:
Vale.

Marta se queda pensando. Que conversación más rara.

-¿Te pasa algo?
-No. Por cierto. Toma, antes de que me olvide.

Cristina se queda un rato mirando lo que le da su hermana mayor y luego reacciona.

-¿Esto son pases?
-Sí.
-¿Y que hacemos aquí? ¡Vamos corre! ¡Que luego ya no consigo ver a Marc!

La loca de Cristina agarra a Marta y la arrastra con ella. Marta se suelta y la para.

-Quítate eso si pretendes ver a Marc.
-Ostias que seguía con ella. Gracias.

Se cambia la gorra y sigue corriendo. Marta la sigue más despacio. No tiene prisa. No sabe a donde van. Aunque ya supone que Cristina si lo sabe porque después de un rato la oye gritando. Y no necesita mirar hacia delante para saber que es lo que la ha hecho gritar de esa manera. Ve pasar desde ahí a los pilotos de Moto2. Incluso alguno casi la atropella por no mirar por dónde caminaba. Resulta ser que es Edgar Pons. Que se disculpa por lo que casi ha pasado. No fue su culpa pero a ella le parece muy mono ahí todo preocupado y discúlpandose.

Los libres acaban pronto y el joven Pons vuelve a salir para hablar con ella.

-Oye. Que lo siento.
-Que no ha sido tu culpa. Enserio. Eso sí. Si me puedes ayudar a buscar a mi hermana que la he perdido de vista sería genial.
-Pues... Si me esperas un momento te acompaño.
-Vale.

El chico vuelve a entrar y ella se pone a dar vueltas por la zona para distraerse. Y darle tiempo. Está por fuera de otro Box cuando ve llegar una moto azul con un 73 también en azul y naranja. Àlex Márquez. Que se baja de la moto y entra al Box. Marta se queda mirando curiosa a ver que hace. Hasta que Àlex se quita el casco y le ve la cara.

El aire empieza a faltarle. Nota como el pulso se le para por momentos. Está pálida. Y cuando el piloto mira para la entrada del Box y la ve se queda igual.

Edgar ya cambiado aparece por detrás. Pero pasa de él y conteniendo las lágrimas de la rabia sale corriendo.

Edgar mira a Àlex y este al fin reacciona y echa a correr detrás de Marta. Pero la chica es muy rapida y le ha perdido el rastro. Así que ya sabe a donde ir.

Una vez llega al Box de Marc su hermano le pregunta que pasa.

-Me ha visto.
-¿Quién?
-Marta. Me ha visto en el Box. Sin el casco... Y ha salido corriendo.
-¡Te dije que se lo dijeras! ¡Que iba a ser peor si se enteraba por su propia cuenta!
-¡Déjame en paz!

Àlex desaparece y no sabe a dónde ir. No sabe dónde está. Ni que va a decirle cuando la encuentre.

Me Llaman Pistolas (MLLP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora