Capítulo 68: Tito Marc no está de humor.

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Después del viernes horrible que tuvieron todos, el resto del fin de semana casi no mejoró para nadie. Marc siguió sin querer hablar con nadie. A Marta le responde de vez en cuando por miedo a que por pasar de ella le vaya a pasar algo a su sobrino al que aún no ha visto pero al que ya quiere más que a nada en el mundo.

Àlex intenta día tras día que Marta no se vaya tras Almudena para disculparse. Puede disculparse, claro, pero no es lo mejor para ella estar sola en el piso con Almudena que no quiere afirmar aún lo que siente por Marc por miedo a ser rechazada. No piensa permitir que a su hijo y a su chica les pase nada si él puede evitarlo.

El sábado todos se levantaron derrotados. Nadie quería que pasara nada como lo que pasó el día anterior por una tontería como la que fue.

Y los días fueron pasando. Marta cada día tenía más ganas de volver a Madrid. Pero Àlex no la dejó. Se la llevó a Jerez con él. Necesitaba saber que estaba cerca de ellos. Se moría si a alguno le pasaba algo importante. Así que él miércoles al llegar a Jerez Marta se vio entre la espada y la pared. Quería estar ahí con él. Presentía que este iba a ser un buen fin de semana para Àlex. Pero también quería arreglar la situación con Almudena y eso por teléfono no podía hacerlo. No era igual. No la iba a querer escuchar. Pero finalmente vio que o se quedaba o se quedaba.

Àlex no se quedó quieto al llegar. ¿Cómo iba a hacerlo si no podía con los nervios que tenía? Cogió la bici y a dar vueltas a la pista. No encontró otra manera de relajarse.

 No encontró otra manera de relajarse

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Pero Marc tampoco encontró otra. Este es otro cabezota que antes de admitir que le había dolido oír a Almudena decir que no le importaba nada sobre él prefería morirse por dentro con lo que sentía. Y al ver a Àlex pensó que no sería mala idea desfogarse él también con la bicicleta. Nada más que él, la bici, y la pista del circuito de Jerez.

Marta al ver las fotos de esos dos en el móvil no sabe si reírse o ir a buscarlos

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Marta al ver las fotos de esos dos en el móvil no sabe si reírse o ir a buscarlos. Al final acaba haciendo lo primero. Y no para de reírse hasta que Àlex entra y le pregunta de que se ríe.

-De las fotos que habéis subido Marc y tú. No aguantáis ni 5 minutos sin coger una moto o algo y dar vueltas a la pista, ¿no?
-¿Estás bien?
-Sí Àlex, como hace media hora y como hace 3 y como hace una semana. Estoy bien amor, y nuestro peque también.
-¿Sabes que Marc ya le quiere comprar una moto?
-¿Y tú no?
-No ha nacido. ¿Cómo le voy a comprar ya una moto?
-Pero lo acabarás haciendo Àlex.
-Sí no te gusta la idea no lo subiré a una moto Marta. Pero dejemos el tema. Es demasiado precipitado pensar en eso.
-Ven. Tu bebé necesita mimos.
-¿Qué tipo de mimos?
-¿Serás salido...?
-Tú. Que eres la que ha pensado eso.

Y se acerca a la cama donde estoy sentada y hace que nos tumbemos juntos en ella. Dejando caer algún beso suelto.

-¿Has hablado con Marc?
-Sigue sin querer hablar mucho.
-Podría intentarlo yo.
-No. No pienso dejar que te haga algo.
-No va a pasar nada.
-Dejalo que se vuelva loco solo.
-Tú y yo no estaríamos aquí si no fuera por Marc. Quiero ayudarlos.
-Son mayorcitos para saber lo que hacen Marta.
-Vale. Pero habla con él. No me gusta verlo así sabiendo que no es verdad.
-Despues Marta. Después.

Y después fue que Àlex no quería entrometerse en la vida de su hermano por mucho que sepa porque está así. Y como Marta lo sabe en cuanto Àlex desaparece busca a Marc para hablar con él.

-Marc... ¿Podemos hablar?
-Claro.
-¿Cómo estás?
-Bien. No te preocupes Marta.
-Marc... Que lo que dijo Almu...
-No te disculpes por ella.
-No es una disculpa. Tú me ayudaste con Àlex. Creo que es justo ayudarte a ti con Almu.
-No necesito ayuda Marta. Estoy bien.
-Vale.
-¿Está bien ese enano?
-Sí. Pero creo que su tito no.
-El tito Marc no está de humor. Eso es todo.
-¿Y no hay manera de animarlo? Marc enserio. Que Almu no dijo eso porque lo pensara de verdad. Ahora no porque estás de Gran Premio pero ven a Madrid con la escusa de verme a mí y ver cómo voy con todo y habla con ella. Dile lo que sientes Marc. Sí ninguno la atrevéis a decirlo seguiréis sufriendo vosotros y yo y Àlex al veros así.
-Vuelve con Àlex, Marta. Deja de preocuparte por mí. Y cuida de mi sobrino. Cómo os pase algo Àlex se mata.
-Tendré cuidado. Te lo prometo.

Marta se va con Àlex que ya le estaba dando algo al no verla en el motorhome. Ya tenía miedo a que les hubiera pasado algo a su chica y a su hijo, o hija. Quién sabe lo que será el pequeño que viene en camino.

De Marc no se sabe mucho más. Con Marta habla porque es la madre de su sobrino y tiene miedo a que le dé un ataque por no hablar con ella y Àlex le eche la culpa a él después de lo que pudiera pasar. Pero con Àlex le cuesta más hablar. No es que le haya hecho algo, pero le cuesta hablar con él. Ni él mismo sabe lo que le pasa. Aunque cree que Marta tiene razón. Al menos con él. Pero no cree que haya solución posible. Ya se lo dejó claro. No es nada ni nadie. Y lo entiende. No por ser Marc Márquez va a tenerla comiendo de su mano. Y eso aún le gusta más de ella. Porque no quiere a alguien interesado en él por ser piloto. Sino por ser él. El chico que hay detrás del piloto de MotoGP.

Me Llaman Pistolas (MLLP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora