Capítulo 67: Dejadme en paz.

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Llego el viernes para todos. Marta salió antes de la universidad para llegar cuanto antes a Cervera. Pero no se fue sola. Àlex la volvio tan loca con que ya iban ellos que eran muchas horas en coche para ir ella sola que cogió a Almudena y se la llevó camino a Cervera con ella.

Para la otra era como un sueño. Iba a Cervera a pasar unos días con los Márquez. Ella que ahí no pintaba nada. Pero su amiga es tan cabezota que en vez de pensar en la opción del AVE o dejar que fuera Àlex a Madrid prefirió llevársela a ella para incordiar al otro Márquez supuestamente.

Incordiar no sabe, pero la sorpresa de Marc cuando abrió la puerta y se encontró con que Marta no venía sola es increíble.

-¿Almudena?
-Tu hermano es muy pesado y esta de aquí muy cabezota.
-Ya... Entrad que os va a dar una insolación ahí de pie en la puerta.

Marta entra en la casa y lo abraza. Lo que pone celosa a Almudena que por mucho que niegue lo obvio no puede negarlo en situaciones como esta.

-¿Dónde está el papi incordio?
-Àlex está en su cuarto. Puedes salir corriendo a por él, ya me encargo yo de que Almudena se sienta como en su casa.
-Eso no lo dudo.

Dice eso y se va a por su chico al que se le tira encima más verlo. Cómo le ha echado de menos en solo unos días.

-Demasiado mimosa tú, ¿no?
-Te he echado de menos. ¡Mucho!
-Y yo a ti Marta. No sabes cuánto.

Àlex la abrazo bien a él y los sentó en la cama para estar más cómodos y mejor. Marta se dejó apoyar en él cerrando los ojos y dejándose dormir con él. O más bien apoyada en él. Aunque él se encarga de colocarlos bien en la cama y dejarla descansar. Han sido muchas horas hasta llegar a Cervera desde Madrid. Y más en su estado.

Volviendo a Almudena y Marc, esta se queda un rato callada en frente del catalán que no sabe que decir ni que hacer. No esperaba que su cuñada se trajera a Almudena con ella. Es verdad que era lo mejor y que Àlex no solo es un desquiciado, pero esperaba que acabase subiendo de otra manera y no que viniera con acompañante. Y menos a ella.

-¿Quieres ver la casa?
-Vale.
-Pues empecemos con la visita entonces.

Marc le va enseñando toda la casa rincón por rincón mientras Almudena va flipando con cada cosa que ve que le llame la atención. Y acaban la visita en su habitación.

-Pues esta es mi habitación, nada del otro mundo. No te enseño la de Àlex porque estarán esos dos ocupados.
-Lo entiendo. Ya la veré. O no, no hace falta que me la enseñé nadie. Es una habitación solamente.
-Sí. ¿Y que quieres hacer hasta que esos dos salgan de ahí?
-No sé me ocurre nada. Ni siquiera sé qué hago yo aquí.
-Cuidar de Marta y de mi sobrino.
-Supongo que sí.

Marc acaba sacando la idea de jugar a la Play. Vaya cosa más rara en él, ¿no? Y se pasan gran parte de la tarde jugando partida tras partida hasta que Marta despierta y Àlex y ella los interrumpen pensando otra cosa.

-Lo siento. Ya nos vamos. Solo queríamos saber si seguiais vivos...
-Marta no seas idiota. Solo me estaba enseñando a jugar mejor a la mierda esta. Sabes que no se me ha dado bien nunca.
-¿Pero serás...? ¡¡A MÍ NO ME DEJAS ENSEÑARTE!!
-No te ofusques que eso es malo para el pequeño Àlex en miniatura.
-Yo te doy una ostia hoy.
-Nosotros mejor nos vamos, sí. Vamos Marta. Tranquilízate.
-Vale...

Marta sale de la habitación de Marc casi a rastras con ganas de matar a su amiga. Nunca quiere jugar con ella pero con Marc lleva toda la tarde jugando como si fuera lo que más le gustara en la vida.

Intenta calmarse por Àlex que empieza a tener miedo a lo que pueda pasar y cuando Marc y la loca de Almudena aparecen un rato después todavía quiere matarla. Pero se tranquiliza porque sabe la razón en el fondo de porqué a pasado eso.

-¿Os dejamos solos tortolitos?
-¿Qué dices?
-Almu no hagas la que no sabe de que hablo. Qué lo has entendido perfectamente.
-¡NO SÉ PARA QUÉ COÑO HE DEJADO QUÉ ME TRAIGAS! ¡¿CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE MARC NO ES NADA NI NADIE PARA MÍ?!

Almudena se aparta de todos, sobretodo de Marc y sin pensarlo más se va por dónde ha venido. Dejando solos a Marta y a los dos hermanos Márquez Alentà con cara de no saber qué pasa ahí. Sobre todo Marc que eso que ha dicho Almudena le ha sentado como una patada.

Así que él también sale de casa una vez reacciona y no vuelve hasta bien tarde cuando Marta y Àlex ya están en la cama. Ella dormida después de llorar como una idiota al ver como su amiga se ha ido de esa manera y lo mal que le ha sentado a Marc todo eso. Y él no puede pegar ojo. No sin saber dónde está su hermano. Es capaz de hacer alguna locura. No va a estar tranquilo hasta que vuelva. Y cuando lo oye volver se levanta sin despertar a Marta y lo ve en unas condiciones que mejor no verlo.

-Marc...
-Dejame. Métete en tus asuntos. ¿Es que no tienes ya bastante con dejar embarazada a Marta?
-Marc cálmate.
-Vete a la mierda Àlex. No me digas lo que tengo que hacer.
-Hazme caso Marc. Date una ducha y vete a la cama. Mañana arreglamos esto. Pero no vale la pena estar así.
-¡NO TIENES NI PUTA IDEA DE LO QUÉ DICES!
-Yo no soy el que te ha dicho que le importas una mierda.
-Vuelve ya a la cama con tu novia y tu hijo perfectos, Àlex.
-Vale.

Àlex lo da por perdido y vuelve con Marta que se ha despertado y ya está llorando de nuevo. ¿Para que tuvo que traer a Almudena? Solo ha traído problemas. Nada más. Ella esperaba que así Marc y ella abrieran los ojos y se dieran cuenta de lo que pasaba entre ellos pero Almudena ha soltado una bomba que le ha explotado en toda la cara a Marc y ya no quiere saber ninguno de nada más.

Me Llaman Pistolas (MLLP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora