Marta. Una chica qué por culpa de su hermana pequeña pierde el interés por las motos desde bien pequeña. ¿Qué pasará cuando tenga que cumplir una promesa que le hace a su hermana antes de irse a la universidad y de la que le va a costar acordarse?
...
Àlex oye el móvil. En principio pasa de él, pensando pensando que puede ser Marc. Pero cuando se decide a mirar y ve de quién es se sorprende.
Marta: Hola Àlex. No quiero molestar. Supongo que no querrás saber de mí y lo entiendo. Sólo quería decirte que espero que estos días de test te vaya bien. Bueno, adiós.
No sabe que responder, o si hacerlo. Se muere de ganas. Pero si pierde el contacto con ella Marc dejará ya de una vez de meterse de por medio y en lo que no le llaman.
Decidido. Lo siente por Marta que supone que habrá sacado coraje hasta de debajo de las piedras para hablarle, pero es lo mejor para ambos. No podría hablar como si nada con ella y dejar que se vaya con Marc mientras él mira desde otro lado.
Cena y se acuesta. No quiere pensar más en nada de esto.
Tres días más tarde:
-¡¡ÀLEX!! -¿Qué pasa Marc? -¿Vas a seguir pasando de mí?
¿Y que mejor respuesta que hacerse el sordo? Àlex no responde.
-¡Soy tu hermano! -Por desgracia. -Vale. No me hables si no quieres.
Marc se va por su lado y Àlex por el suyo.
En Almería Marta tiene la cabeza bajo la almohada para no oír a su hermana volviendola loca.
-¡Ya te he oído! Te lo voy a repetir una vez más. No vamos a ir a Cervera. Ni hoy, ni mañana, ni nunca. Así que deja de incordiar. -¡Quiero verlo! -¡Qué no! -Pues lo llamo y le digo que no me quieres llevar. -¿Quieres dejar de ser una infantil? Además, o no te lo coge, o la va a dar igual. En todo caso me va a volver loca a mi para que vaya yo. -Eso también me vale. -No vas a llamar a Marc. Que por cierto aún tengo que hablar contigo sobre cotillearme el móvil. -Yo no te he cotilleado el móvil. -Claro que no. Y yo soy Miss Universo. -No me extrañaría. Por cierto mira esto. -A ver.
Y le enseña un par de fotos de Àlex.
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-¿A que dan ganas de achucharlo? -¿A cual de los dos? Porque si es al niño está claro que sí. -Me refería a Àlex, pero vale, al niño también dan ganas de comérselo a besos. -Ya. -Ya me lo imagino y todo. -¿El qué? -A Àlex con mi sobrino en brazos. -¡¿TU SOBRINO?! ¿Qué sobrino? -¿Cuantos hermanos tengo? -Sólo yo. -Pues ya está. El que tendrás con él. -¡¡CRISTINA!! ¡¿CÓMO SE TE OCURRE DECIR ESO?! -Eh. Que no soy yo la que babea por un hermano y se lía con el otro. -Ni babeo ni me lío con nadie. -Vale Marta. Yo ya he hecho mi trabajo por hoy. -Vete un poco a la mierda. -Encantada a irme con Marc. -¿Qué acabas de decir? -¿No lo has mandado ahí a él también? Pues encantada de pasar mi tiempo con él. -Anda vete ya.
Cristina hace caso a su hermana mayor y se va. Se va y no molesta más. Bueno no molesta más a Marta. Porque ahora el turno de molestar le llega al piloto de Cervera. A Marc. Lo llama y se lo coge a la primera.
-Espero que sea importante Cristina. -¿Querrías tener por ahí mañana a mi hermana? -¿Es una trampa? -No. Responde. ¿Quieres que Marta esté mañana ahí en Cervera? -Claro que sí. ¿Pero a que viene la llamada misteriosa esta? -Necesito convencerla para que me lleve. Y he imaginado que a lo mejor tú podrías ayudarme. Yo consigo ir y tú tener por ahí a Marta. -¿Y cómo quieres que la convenza? No me coge el móvil. -Pétale el WhatsApp. En algún momento tendrá que responder. Y con tanto insistir acabará dando el brazo a torcer. -No sé yo. -O sino Àlex. Creo que si él se lo dijera... -Mi hermano no va a hablar con nadie. Ya lo intentaré pero no prometo nada. -Vale guapo. Gracias.
Marc cuelga y no sabe que pensar. ¿De verdad piensa que va a poder convencerla? No lo creé. Pero por probar no va a pasar nada.
Abre el WhatsApp y busca el contacto de Marta. Y cuando lo encuentra le llama la atención la foto de perfil. La abre y al verla de cerca no sabe como reaccionar. ¿Qué es esto?
Sale corriendo a buscar a Àlex. Esto no puede quedarse sin saberlo.
Àlex le arranca el móvil a Marc y se queda un rato mirando la foto de perfil de Marta. Ni reacciona. No se mueve para nada. Ni pestañear.
Marta en Almería está flipando. Acaba de hablarle una de sus amigas de Madrid dándole una noticia que aún no termina de creerse.
Claudia: Marta. Tengo algo importante que contarte.
Marta: Pues ya puedes empezar a disparar.
Claudia: Vale. Pues... Que vas a ser tía.
Marta: ¡¿QUÉ?!
Claudia:
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Marta: ¡Ostias! 😱Que va a ser verdad...
Claudia: ¡Claro que es verdad! ¿De verdad me crees capaz de mentir con algo así?
Marta: No. Pero es que no me lo esperaba.
Claudia: Ya somos dos.
Marta: ¿Felicidades? ¿Pero como ha pasado, Clau?
Claudia: No lo sé. Pero bueno, ha pasado y ya está.
Marta: ¿Lo sabe ya el otro?
Claudia: Casi se me desmaya antes. Sí. Lo sabe y... lo ha aceptado bien.
Marta: Aunque no fuera buscado me alegro por vosotros. Por cierto, ¿de cuanto estás?
Claudia: 4 semanas.
Marta: Mándale saludos a Adri. Y nos vemos pronto guapa. Ahh y cuidate.
Marta se queda un rato mirando la foto. Todavía no se lo puede creer. Vaya amiga más descuidada tiene. Aunque en verdad le hace ilusión tener un "sobrino", como lo ha llamado ella. Son como hermanas. Aunque no se conozcan de toda la vida.
La pone de foto de perfil y cambia el estado a "Feliz 👶💙". Más de uno va a pensar lo que no es. Pero le da igual.
Al rato le suena el móvil. Es un WhatsApp. Mira quién es y se queda flipando.
