Capítulo 80: Pronto te tendré en mis manos queridas nueces...

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-Mmm...¡Mmm! Oh mi Fios-Trago la comida-¿Si le coloco un poco más de esto, sabrá mejor?-Agarro la salsa blanca con una mirada de picardía, pero Gerardo aleja la sartén de mi, niega con la cabeza mientras ríe.

-Pareces una pequeña niña cazando las galletas que van saliendo del horno.

-Pero quiero más...-Hago puchero al ver como la salsa es alejada de mi, hago una expresión un tanto dramática como en las películas, y Gerardo ríe-Pronto te tendré en mis manos, y disfrutaré cada momento contigo como si no hubiera un mañana-Murmuré y luego miré con furia a Gerardo-Y tú irás a la cárcel como todos los villanos.

-Tú irás a la cárcel por tratar de robar mi salsa blanca-Bufo y me dirijo al lavaplatos para lavar todo lo usado que esté sucio.

Gerardo me llamó para preguntarme si aceptaría el puesto de su asistente por hoy en la cocina, obviamente acepté, porque después de todo esto, la propina que iba a llevar es realmente deliciosa.

-¿Para qué haces esto?, ¿es solo una práctica?

-Algo así-Gerardo corta las cebollas y no pierde la vista en ellos-Tengo que practicar para mi examen final, nos notificaron hoy que antes de que se termine el año tenemos que preparar cierta cantidad de comida extranjera para presentarla a los maestros, si paso, podré graduarme de chef.

-¿Cuantos años de estudio presenta tu carrera?

-Estoy en mi último año, ¿no es emocionante?-Cierra sus ojos y proyecta una gran sonrisa, suelto una pequeña risa.

-Veo que es difícil, aseguro que si yo estuviera en esa universidad repetiría el primer año toda mi vida.

-Esto es fácil-Lo miro con desdén-Bueno bueno, para mi. Solo tienes que colocar de tu parte, ser creativo y siempre estar de buen ánimo, a veces la comida lo refleja.

-Me gustaría aprender a cocinar tan bien como tú. A veces me pregunto qué haré cuando me case y tenga hijos, mi esposo pueda estar trabajando mientras yo tenga que alimentar a esas pobres criaturas, ¡se morirían de hambre!

-Valeria...-Gerardo suelta mi nombre y deja de cortar las cebollas para mirarme.

-¿Si?

-Yo con las presentaciones no soy nada bueno, siempre me pongo nervioso, tiemblo, tartamudeo, me tenso, incluso dejo de respirar. Cuando Nicole estaba aquí siempre iba a mis discursos, faltaba al colegio por eso, porque nunca pude superar mi miedo, pero ahora que no está me sentiré horrible, y los platillos que presentaré son mi única oportunidad para avanzar, solo que tengo que hablar sobre ellos, y no estoy seguro si lo pueda lograr, por eso quiero preguntarte algo, tú... ¿Querrías acompañarme?

-¿Yo?-Gerardo asiente con lentitud-Sería grandioso, por supuesto que me encantaría, yo estaré allí para gritarte: ¡Me dejas un poco!-Gerardo ríe.

-Gracias Valeria.

-No es nada-Lo miré fijamente a sus ojos, él hacía lo mismo, y mi mano estaba haciendo su misión, agarrar el envase lleno de nueces tostadas que hace rato habíamos preparado, pero sin que Gerardo se diera cuenta.

¡Y sucedió!

Mi mano agarró el envase con gran rapidez, Gerardo tardó en darse cuenta de la trampa, reí mientras corría para encontrar el lugar adecuado, Gerardo me persigue con la misma sonrisa, extiende su mano para atrapar el envase pero falla.

-¡Valeria!

-Las comeré toda, ríndete-Giro mi cabeza para gritarle, pero no me doy cuenta que la silla estaba allí, tropecé con ella, caí en el suelo, las nueces volaron por los cielos, para sostenerme agarré la camisa de Gerardo, y éste por falta de equilibrio cayó igual que yo, pero a mi lado, y sin dejar pasar un segundo echamos a reír.

Él se levantó, sacudió su camisa y extendió su mano.

-Déjame ayudarte-Agarré su mano y me levanté, sacudí mi trasero mientras contaba las nueces que se habían caído-Creo que ambos perdimos.

-Y yo que moría de ganas por comerlas-Me encojo de hombros y hago puchero, sigo mirando las nueces caídas con melancolía, Gerardo se aleja de mi lado y se dirige a la cocina, luego de unos segundos vuelve y me extiende un envase.

-Ten.

-¿Y esto?-Acerqué el envase a mi cara para ver con exactitud qué era-¿Nueces?

-Son de hace tres días, tranquila, no ha perdido su sabor, era para Candy, pero me enteré que no le gustan las nueces.

-¡Gracias!-Agarro una nuez y la llevo a mi boca-Mmm...¿Quiefes?-Acerco el envase a Gerardo y éste agarra una-Candy está loca por no gustarle estas bellezas.

-Si-Se encoge de hombros y sigue comiendo.

-¿Ya sabe tus sentimientos?-Lo miro mientras las nueces rompen en mi boca, él solo ignora mi pregunta, mirando a la pared fijamente, asiento con la cabeza lentamente-No lo hiciste.

-No.

-¿Por qué? ¿Tienes miedo a que te rechace?

-Eso es una de las razones, pero también es porque no se como hacerlo, lo haré cuando me sienta seguro, cuando esté listo-Le doy palmadas en el hombro.

-Lo harás.

Ella es ValeriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora