43.- Tan triste...

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Eras una persona tan triste... Y no me había dado cuenta hasta esa llamada de tu madre llorando hace unos minutos.

Aún no asimilaba todo...

Tu voz era fina y delicada, cuando estabas contenta. Y últimamente estaba más rasposa y apagada... Eras una persona tan triste que tu voz irradiaba lástima.

Tus ojos ya no eran brillantes y titilantes. Ya no, hace unos minutos eran oscuros, cristalinos e hinchados. Tus ojos reflejaban el llanto.

Esa sonrisa tuya no la veía hace tiempo, pero creía que la falta de esta era por cosas vanales, que esa expresión se iría en algún momento. Y sí, se fue, pero para estar con una expresión neutral y muerta, hasta que quedes en los huesos. Eras una persona tan triste que en tus labios se miraban tus mentiras al decir que estabas bien.

Tus manos y dedos estaban delgados, pálidos. A penas tenías las fuerzas para levantar la poca comida que tenías, o de la soga que sujetaste muy bien. Tus manos eran la muerte misma, al igual que tú eras la pena en persona.

Y no hablemos de tu cuerpo, estaba sin vida. Lo único que sobresalían eran tus venas, tus pocos lunares. De ahí te perdías en claridad, en moretones. En el infinito mundo tuyo, en el sufrimiento mismo. Eras una persona tan triste, que tu cuerpo era puro decaimiento.

De tus labios salían esas palabras hirientes hacia ti, que intentaba yo curar. Eras tan cruda, tan fría, tan directa hacia tu persona, como también tan mentirosa, que nunca te diste cuenta de lo perfecta que eras, y caías en ese agujero sin fondo. Tus palabras reflejaban agonía.

Tu postura y caminar era algo que si pude notar con claridad. Cambiaste tanto... Y jodidamente fui tan ciega. Antes eras alguien tan feliz, que me pregunto si fui yo la culpable de que cayeras. Te encorvabas demasiado, y eras lenta y sin ningún motivo ni esfuerzo para seguir adelante. Eras tan triste, que tu caminar esa desánimo.

Y como tus fuerzas eran nulas, me parece increíble que apareciesen para terminar con tu vida. No podías ni caminar y ahora hace unos minutos te colgaste de aquel trazo de cuerda. Tu fuerza era invalidez.

Tus ganas de seguir eran tan invisibles, que se veía a simple vista, en tu físico. Siempre te dije que eras bonita tal cual, que no necesitabas cambiarte. Pero te odiabas a más no poder, y te dejaron de gustar los espejos. Y tu cabello... Mi dios, tu cabello... Era lo más sedoso y brillante que había visto, y lo extrañaba, porque hace meses no lo veía bonito, cuidado. Tu cabello era sinónimo de descuido, más que sólo físico.

¿Y sabes qué era lo peor de verte así? Pues te diré; verte quebrar a llantos. Que pensaras que todo era una basura, contándote. Que no había que tener fe, paz. Que no había que luchar, que eso no ayudaría en nada. Verte respirando a hipos, queriendo no botar más aire. Me duele tanto, me dejas tan vacío el corazón, tan descuidado el optimismo. Eras una persona tan triste, que eran tus lágrimas, infinidades de sueños quebrados...

Cuando te calmabas y hacías que todo había pasado, siempre me abrazabas y jurabas no llorar por lo mismo otra vez. Pero sabía que me mentías, tus abrazos me hablaban a gritos que no te creyera, que te salvara de la peor forma, que ya no había vuelta atrás. Y eran tan frágiles, tan débiles. Tus abrazos eran desesperanza, mucha desesperanza.

Eras tan triste... Tan humana.

"Eras", amiga mía. Y nunca me di cuenta para hacer algo al respecto.

"Eras", porque ya no eres nada. Sólo recuerdos, llantos, y lo que sigue para este cuerpo andante de tu gran amiga.

Eras...

¿Por qué mis palabras deben ser el peor pasado?
¿Por qué dejas mis ayudas flotando en el aire sin que te llegasen?
¿Por qué te fuiste sin despedirte?
¿Por qué eras alguien tan triste y sin un motivo para seguir adelante?
¿Por qué no intentaste hablarme de tus problemas?
¿Por qué no quisiste una puta ayuda de alguien que daría más que eso, si no la vida entera?
¿Por qué, eh?

Y me siento tan mal, te intente ayudar de todas las formas en las que podía. Pero no se puede salvar a alguien que no quiere ser salvado...

Eras una persona tan triste... Y te fuiste siendolo.

Abre los ojos, Pega un gritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora